En el yate de mi jefe, fue increíble

📋 Lecturas: ️
⏰ Tiempo estimado de lectura: min.

Era Jueves por la tarde, el departamento estaba alborotado sobre los rumores que acontecían sobre posibles promociones y reducciones de plantilla. Una gran multinacional había absorbido la empresa y estaba modificando las estructuras de la misma. Yo me encontraba sentado en mi mesa mientras muchos de mis compañeros hacían corrillos en los pasillos rumoreando y prediciendo quienes iban a causar baja en la empresa. Un tal Marcos Sierra había obtenido la dirección de la planta después de una carrera meteórica sin duda apoyada por los compradores del negocio. Marcos era el típico hombre que había estudiado en una buena universidad y que sus padres se lo habían proporcionado todo, casado hacía un año con una bella mujer de familia acomodada que tenía negocio propio. En sus manos recaía el destino de todos los hombres y mujeres del departamento, Marcos era un hombre un poco más joven que yo, que asistía a un gimnasio cercano todos los días, las chicas de la oficina decían que estaba buenísimo aunque yo lo veía como a un hombre con suerte cuya carrera profesional había subido a pasos agigantados gracias a las influencias de su padre, un conocido abogado de la ciudad.

Rondaban las 19:30 cuando estaba apunto de ir a casa a recoger a mi preciosa esposa, Mar que así se llamaba ella era, una joven de 25 años con un bonito y abundante pecho y con unas medidas de infarto, ambos nos habíamos casado hacía 6 meses y nos encontrábamos en pleno delirio matrimonial. Mar y yo habíamos quedado para ir a cenar. Estaba deseando que fuesen las 20:00 para volver a ver a mi preciosa esposa después de un intenso día de trabajo.

La verdad es que el jaleo que se había ocasionado en la oficina no me afectaba, puesto que residía en uno de los puestos clave de la empresa y poseía mucha experiencia que sin duda era vital para la nueva empresa.

A través del pasillo vi que mi secretaria se acercaba a mi mesa con el semblante serio, por su linealidad hacia mi mesa sabía que venía a hablar conmigo. Una vez delante de mi mesa me dijo que el jefe me estaba esperando y que quería hablar conmigo, ella me dijo que me deseaba mucha suerte y que la mayoría de los que entraban en su despacho salían sin trabajo, a pesar de mi tranquilidad no pude evitar ponerme un poco nervioso, de modo que me levanté y me dirigí hacia el despacho, por el camino no pude evitar pensar en la hipoteca del piso y el préstamo del coche, también los comentarios de Mar que aludían a tener hijos. Cuando llegué hasta la puerta llamé y una voz me dijo que pasase, entré y cerré la puerta con lentitud y seguridad, para no dejar entre ver atisbos de nerviosismo.

Marcos me miró y me dijo, siéntese Jaime, yo me acomodé en las cómodas butacas de piel mientras Marcos ordenaba unos expedientes en su mesa. Una vez hubo acabado me miró y me dijo bien: Sé que eres uno de los mejores y más eficientes del departamento, como ya sabrás se están dando muchas bajas porque en esta empresa había gente demás por eso no funcionaba bien.

Te he hecho llamar porque necesito alguien como tú para que sea mi mano derecha y me ayude a manejar este departamento, me he informado sobre ti y sé que eres el más apropiado para el cargo, tu trayectoria y experiencia te avalan. Este fin de semana tengo pensado hacer un pequeño crucero por la costa con mi mujer, si quieres venirte y unirte a nosotros estaría encantado, de ese modo empezaríamos a planificar el futuro y empezaríamos a ponernos de acuerdo, así como conocernos de un modo más distendido.

Yo aunque intenté disimular mi euforia no pude evitar que se me escapara una leve sonrisa, después de aceptar el puesto y la invitación me dirigí a casa a comunicarle a mi esposa la buena nueva, cuando se lo dije se puso súper contenta, aunque no salimos a cenar puesto que nos pasamos el resto de la noche haciendo el amor. A la mañana siguiente mientras yo me vestía para irme a trabajar ella estaba haciendo las maletas, le dije que no cogiera mucha ropa de abrigo porque haría calor, empezó a meter bikinis y ropa como si fuese a pasar un mes en lugar de un fin de semana, le dije que se llevara ropa elegante y sexy para sorprender al jefe, ella me dijo: ¿Seguro que es un viejo verde? No se necesitará mucho para que se ponga cachondo, yo le dije que estaba equivocada y que era más joven, aunque me miró con cara de decirme que no le tomara el pelo.

Habíamos quedado a las 16:00 en restaurante del club náutico, sobre las 16:15 apareció él y su esposa, nada más entrar por la puerta del restaurante no pude evitar mirarla, era preciosa, una figura de miedo y unos pechos tan bien puestos como los de mi mujer, Marcos hizo lo mismo con mi esposa, ciertamente las dos eran bellísimas, capaces de encender los deseos más escondidos de cualquier hombre, después de las presentaciones y los besos nos dirigimos hacia el muelle donde estaba ubicado el velero, debía de costar una millonada. Nada más entrar la mujer de Marcos Silvia le dijo donde depositar el equipaje y cual iba a ser nuestro camarote, yo mientras tanto ayudaba a Marcos a soltar los cabos, nada más bajar el velero constaba de una mesa pegada a la pared, detrás una mini cocina y a la derecha una mini mesa con una sillita donde estaba ubicada la radio, un poquito más adelante había un pasillito con tres puertas, un cuarto de baño minúsculo y dos camarotes pequeños unidos por una puerta, la verdad es que todos los espacios estaban perfectamente estudiados para aprovechar al máximo el volumen del barco.

Las mujeres se quedaron abajo organizando el equipaje y poniéndose los bañadores, mientras nosotros íbamos sacando el velero del club náutico, hacía unos instantes que habíamos salido del club náutico y habíamos dejado el faro a nuestra espalda cuando oímos que alguien subía por las escalinatas, era Silvia, llevaba un mono que ocultaba el bikini que llevaba debajo, nos miró y nos indicó que se iba hacia la proa a aprovechar el poco sol que restaba. Una vez en la proa, se quitó lentamente el mono dejando ver un cuerpo espléndido, tenía una figura envidiable y un bikini que difícilmente aguantaba sus pechos, el bikini era amarillo y le contrastaba con su ya morena piel, me extrañó no ver marca alguna en sus pechos fruto de no haber tomado el sol en ellos. Mientras se untaba la crema solar podía ver como el sol se reflejaba en su piel haciéndola si cabía aun más deseable, no pude evitar tener una erección que intentaba disimular con una toalla. Al poquito subió mi mujer, llevaba una camiseta larga que le llegaba hasta los muslos, esta vez fue Marcos quien se excitó al ver a mi mujer, ella se colocó al lado de Silvia después de darme un profundo beso en la boca, se quitó la camiseta mostrando un bikini blanco minúsculo que yo no conocía, el bikini sólo le tapaba los pezones dejando la parte de arriba al descubierto, Marcos no podía parar de mirarla, menos mal que en el mar no hay tráfico porque de lo contrario nos habríamos estampado. La verdad es que las dos parecían dos sirenas capaces de hacer las delicias de todo hombre.

Conforme fue transcurriendo la tarde Marcos y yo nos dedicamos a hablar sobre las remodelaciones del departamento, mientras tanto nuestras respectivas mujeres tomaban el sol e intimaban cada vez más, al cabo de un rato las dos se levantaron y se fueron abajo a ducharse y a hacer la cena, yo me fui detrás de ella para cambiarme la ropa e ir acenar. Cuando entramos en el camarote veía a Mar muy contenta, de modo que le pregunté que le parecía mi jefe y su mujer a lo que ella me respondió que muy bien, yo le dije si se había percatado de las miradas de Marcos y ella me respondió que fueron las mismas que las mías hacia Silvia, acabó diciéndome que tenía un jefe que estaba muy bueno.

Los dos nos duchamos y nos vestimos, Mar se puso un bikini con forma triangular y una camisa sin abotonar, el bikini le juntaba los pechos y se los hacía espectaculares, se le quedaba un canalillo bastante pronunciado, mientras que la licra del bikini marcaba sus pezones. Cuando salimos del camarote vi que Silvia llevaba un top ajustado y debajo no llevaba nada por lo que uno tenía que estar muy mal de la vista para no ver sus pechos con claridad, Marcos se quedó atónito mirando a Mar, mientras cenábamos no podíamos evitar mirar a las dos mujeres, estaban preciosas, Mar apoyaba por inercia los pechos en la estrecha mesa de la sala, haciendo que Marcos no mirase prácticamente a otro sitio.

Una vez se acabó la cena Marcos dijo que iba siendo hora de conocer a mi esposa por lo que se puso a hablar con ella mientras que yo lo hacia con Silvia, al ratito mi mujer y Marcos subieron arriba para controlar el rumbo del velero, mientras Silvia me insinuaba en todo su esplendor sus preciosos pechos, por un buen rato me olvidé de que tenía esposa puesto que los encantos de Silvia eran tantos como para hacerte olvidar en que día vives, cuando recuperé la conciencia subí arriba haber que hacían mi mujer y Marcos, cuando subí vi que mi mujer estaba al frente del timón mientras Marcos estaba detrás de ella seguro que restregándole la polla mientras que con sus brazos la ayudaba a controlar el timón, de modo que Mar apoyaba las tetas sobre los brazos de Marcos, decidí no decir nada y me bajé con Silvia, permanecí bastante rato conversando con ella, si no hubiera sido la mujer del jefe me la hubiese follado allí mismo, puesto que ella se pasó toda la noche tonteando conmigo llegándome a poner la polla tiesa. Al rato bajaron mi mujer y Marcos y decidimos irnos a dormir los 4, nos fuimos a nuestros camarotes mientras Marcos y Silvia se fueron al suyo.

Una vez en la cama mi mujer me dijo que la follara, que tenía muchas ganas, al apagar la luz del camarote, vimos que a través de la puerta que unía los camarotes había un hueco en la cerradura donde se veía el camarote de Marcos y Silvia, no prestamos atención y tampoco íbamos a espiar a nuestros anfitriones por lo que no le prestamos atención hasta que empezamos a oír unos gemidos fuertes que venían del camarote de al lado, Mar y yo nos miramos y con una sonrisa de complicidad nos dirigimos hacia el hueco de la cerradura, yo fui el primero en mirar y vi como Silvia le chupaba la polla a Marcos mientras el disfrutaba como un enano, dentro de mi pensaba en como me gustaría ser Marcos en ese momento, Silvia estaba desnuda y dejaba al descubierto un cuerpo excelente, Mar me dijo que quería ver asi es que me hice aun lado para dejarle mirar. Estuvo mirando un ratito y empecé a notar que se estaba excitando, yo me fui a la cama y la esperé mientras ella no perdía detalle, al cabo de un rato y coincidiendo con el final de los gemidos, se fue a la cama conmigo y me pidió que la follase, yo le pregunté que le había parecido y ella me dijo que Marcos tenía una polla enorme y que al correrse había empapado de esperma todo el cuerpo a Silvia. Mi mujer parecía estar bastante excitada después de haber visto a Marcos follando asi es que aproveché y me la follé acabando en su interior el cual acabé por desbordar.

A la mañana siguiente nos arreglamos y nos dirigimos a desayunar, Mar miró de una forma extraña a Marcos quien se dió por aludido. Una vez en cubierta las chicas se dirigieron a la proa a tomar el sol mientras Marcos y yo discutíamos a cerca de temas laborales, Silvia y Mar empezaron a hablar entre ellas de una forma más íntima hasta que pude ver como Silvia se quitaba la parte de arriba del bikini, dejando al descubierto sus dos grandes y hermosos pechos, Silvia parecía estar animando a Mar a que la siguiese, aunque esta parecía un poco más reacia a quitarse el bikini, finalmente pareció acceder y se despojó del mismo, otros dos enormes y hermosos pechos salieron a la luz, los de Mar estaban blancos y con la marca del bikini del día anterior en comparación con los de Silvia que estaban morenos y sin marcas, Mar parecía estar un poco incómoda pero poco a poco fue acostumbrándose a la nueva situación, me miró esperando mi aprobación a lo cual yo accedí otorgándole una sonrisa, después de untarse crema en el pecho se tumbó junto a Silvia, me fijé en Marcos y llevaba tal empalme que no podía evitarlo.

Luego nos juntamos con las chicas mientras Mar miraba a Marcos con resquicios de deseo. Silvia se bajó a bajo sin ponerse nada y cuando estaba abajo me llamó para que le dijese que ingredientes echaba en la comida. Me levanté y me dirigí hacia las escalerillas de acceso a los camarotes, desde dentro se podía ver lo que pasaba fuera a través de una claraboya situada en la parte superior de la cocina.

Mientras Silvia me indicaba que quería la comida vi como Marcos untaba crema en la espalda de Mar, poco a poco fue restregando la crema más hacia el pecho sin que para mi sorpresa Mar pusiese impedimento alguno, hasta que con sus manos empezó a acariciar los pechos de mi mujer mientras ella parecía estar disfrutando de ello, Marcos la giró hacia él y con las manos en sus pechos la besó apasionadamente mientras Mar se dejaba llevar, Silvia me seguía hablando mientras yo no la escuchaba fruto de lo alucinado que estaba, me extrañaba tanto que Mar se dejase llevar que no daba crédito a mis ojos, Mar siempre había pregonado que era mujer de un sólo hombre y que nunca perdonaría la infidelidad así como no entendía que la gente se engañase. Mar se acercó a Marcos mientras se besaban y metió la mano dentro del bañador del mismo sacó una polla enorme a la que ella miró con admiración, en ese momento yo no aguantaba más asi es que cogí a Silvia que estaba de espaldas a mi cogiendo un cacharro de cocina y le agarré los pechos, ella no parecía sorprendida sino gustosa, de modo que me saqué la polla del bañador y me hice un hueco a través del bikini hasta clavársela allí mismo empecé a bombear mientras ella gemía, mientras me la follaba y le apretaba los pechos, Mar estaba masturbando a Marcos a la vez que este la besaba y sobaba sin parar, Yo le di la vuelta a Silvia para verla y retorcerle las tetas a placer mientras mi polla disfrutaba como nunca. En ese momento Mar se metió la polla de Marcos en la boca y se la empezó a chupar como nunca lo había hecho con nadie, porque opinaba que eso era una guarrada, no pude aguantar más. De repente Marcos sacó la polla de la boca de Mar y empezó a correrse, el esperma le salía a chorros e iba a parar a la cara y al pecho de Mar, lo cual supuso mi sumun y empecé a descargar en la vagina de Silvia la cual se maravilló de mi interminable corrida, cuando Marcos acabó de correrse el pecho de Mar estaba blanco, lleno de lamparones de esperma, Mar se acercó a él y lo besó en la boca. Al momento pareció despertar de un sueño y cambió la cara de placer y lujuria a la de susto, rápidamente se limpió lo que pudo y se puso el bikini, al ratito bajaron los dos por la escalerilla, hicieron como si no hubiese ocurrido nada, aunque Mar llevaba restos de semen en el canalillo.

La comida fue silenciosa y Silvia me estuvo mirando todo el rato con cara de complicidad mientras Mar estaba callada y con cara de culpabilidad, Marcos sin embargo estaba eufórico y feliz. Cuando acabamos la comida Mar dijo que se iba a dormir la siesta y se fue al camarote, mientras Marcos y Silvia subían a cubierta a arriar velas, ya que se estaba levantando un poco de aire, mientras estaban arriba, los dos parecían estar contándose lo acontecido, una vez abajo, Silvia se sentó a mi lado y Marcos me dijo que iba al camarote haber lo que le pasaba a Mar. El camarote se veía perfectamente desde donde estaba sentado, de modo que Marcos llamó a la puerta y entró sin cerrarla, Mar estaba tumbada en un extremo de la cama y Marcos se sentó a su lado y empezó a hablar con ella.

No pasó ni dos minutos cuando Silvia se levantó cogió la toalla y se dirigió a la cubierta a tomar el sol, me quedé sólo contemplando a Marcos y mi esposa hablar, de repente Marcos le dijo algo que la hizo mirar hacia donde yo estaba sentado. Marcos aprovechó para pasarle la mano desde el muslo hasta el culo, cosa que ella no evadió, seguidamente la besó y le desató el bikini dejando que se cayese en la cama. Empezó a tocarle los pechos mientras Mar lo desnudaba, finalmente se quedaron los dos desnudos, una gran polla volvió a aparecer del bañador de Marcos, Mar empezó a chupársela mientras el metía los dedos en su lubricada vagina, después de un sin fin de caricias y besos vi como Mar cogía la polla de Marcos y se la colocaba entre sus labios vaginales. Mientras me miraba vi como la polla de Marcos iba entrando en su interior a la vez que él chupaba sus pezones, Marcos la fue penetrando poco a poco ya que Mar no estaba acostumbrada a una polla tan grande, Mar fue cogiendo el ritmo y su vagina subía y bajaba a través de esa enorme polla mientras que sus pechos botaban fruto de las contundentes embestidas, después de follarsela de muchas posturas, Mar se volvió a poner encima de él y volviéndome a mirar, empezó a subir y bajar con más fuerza a la vez que sus orgasmos se repetían, hasta que hizo que Marcos se corriese. Yo sabía que le estaba inundando el coño por las caras que ponía ella, una vez acabó Marcos se dejó caer en la cama y Mar se dirigió al servicio, cuando se incorporó de la misma pude ver como un hilillo de esperma le caía por entre las piernas, al entrar en el baño me dirigió un beso y entró a lavarse. Yo me levanté y me dirigí hacia la cubierta, allí estaba Silvia tomando el sol completamente desnuda, me miró y me dijo que me estaba esperando de manera que la cogí y me la follé, esta vez me corrí en su pecho y fue una experiencia inolvidable, puesto que meter un polvo en medio del mar y al aire libre es una pasada.

Compartir en tus redes!!