Una noche inolvidable llena de lujuria
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Esto que os cuento ocurrió hace exactamente 20 años, en ese momento acababa de cumplir 19 años y había mantenido las relaciones normales de un chico de 19 años, no tenía novia y hace 20 años, mantener relaciones sexuales con una chica, era como algo poco probable a menos que fuera tu novia, o claro está una chica ligerita de cascos.
Mi padre tiene muchos hermanos por lo que tengo bastantes primos, en concreto tengo una prima, Dolores, que era considerada por la familia la oveja negra, ella es la mayor de la familia. En ese momento ella contaba con 25 años, y ya estaba separada y con un hijo de 6 años.
Una tarde estando varios de mis primos en casa de mis padres, otra prima recién casada, propuso irnos a pasar un fin de semana al pueblo, donde otro tío nuestro tiene una casa. La mayor de todos los que íbamos era Dolo, que esta vez había conseguido dejar el niño con su madre, ósea mi tía. Nos fuimos 5, mi prima la casada con su marido, Dolo y yo, y otra de mis primas, dueña de la casa. La casa es enorme, solemos pasar allí casi todos los veranos, y por muchos que vayamos, siempre hay camas para todos. Mi tía nos pidió que no subiéramos a la parte de arriba ya que el suelo es de madera, y evitando posibles desperfectos, no subimos. Además en la parte de abajo había suficientes camas para todos.
Era invierno, y el pueblo estaba bastante aburrido, por lo que decidimos quedarnos en la casa jugando a cualquier juego, y como os podéis imaginar, terminamos jugando a asustar a las niñas, además a nosotros se nos unió otra prima segunda que terminó por quedarse también. A la hora de dormir los casados ocuparon una habitación, al principio de la casa, y nosotros dos habitaciones en medio de la casa, una con una cama grande, donde dormirían las 3 mujeres que quedaban y otra, donde dormiría yo, las dos habitaciones son interiores, por lo que una vez apagada la luz, no se veía nada de nada, quedándonos en oscuridad completa.
Tengo que decir que las 4 primas están bastante bien, y aunque Dolo era la que menos pechos tiene, tiene un culo que quita el hipo, respingón y grande, y tiene unos pezones grandes.
Ver a las 4 en pijama, me excitó bastante, hacía algo de frío, y sus pezones se dibujaban perfectamente debajo de la ropa, me costaba disimular la erección que llevaba. Después de un rato dándoles miedo con tonterías, se escuchó un ruido en el piso de arriba, y lo que había sido bromas y risas, se convirtió por parte de ellas, en miedo de verdad, seguramente habría sido un gato, pero los pasos en un piso de madera sonaban y la verdad es que hasta yo pasé algo de susto, por lo que por sugerencia de una de mis primas, pasé a la cama de ellas, ocupando el lugar que ninguna quería ocupar, el primero y al borde de la cama, ya que el otro daba a la pared y no había peligro de que nadie pudiera acercarse por ese lado.
Tuve la suerte de que Dolo quedara a mi lado, yo tenía la polla dura como una piedra y evitaba pegarme a ella, las 3 por cualquier ruido se encogían y reían, pero a pesar de que la cama era bastante grande, no podía evitar rozarme con Dolo a cada momento, yo debía estar de lado, por que no cabíamos ya los 4 en la cama, por lo que mi polla a veces tenía que apretarse a su muslo, entre bromas y bromas, me apretaba más a ella y ya pasé a apretar descaradamente mi polla contra su muslo, en cuanto podía, además comencé a notar que ella era la que provocaba que las demás se movieran en la cama, y claro está todos nos movíamos y yo más me apretaba, en una de esas veces. Mi mano quedó en su vientre, tocaba su piel, y sin saber como mi mano subió por su vientre hasta encontrarme con una de sus tetas, la apreté y ella se dejó hacer, pude comprobar como su pezón estaba como una piedra y lo que más me impresionó, era inmenso, grande y sobresalía y ahora así sin nada, su teta incluso parecía más grande de lo que había podido imaginar, yo me quedé en silencio, y ella, supo reaccionar y siguió con los juegos, pero colocando su mano sobre la mía, para que yo no la quitara, de esa manera comencé a magrearla a mi antojo, apretaba sus tetas, recorría su vientre e intentaba meter mi mano por dentro de su braga.
Dolo era la única que no llevaba pijama de dos piezas, sino un camisón, mi mano recorría sus muslos, pero cuando intentaba meter mi mano por dentro de su braga, me paraba la mano y solo me dejaba tocarla por fuera, en una de esas, ella se giró dándome la espalda, fue una pasada, mi polla quedó entre sus nalgas, me dejaba apretarla contra ella, incluso ella misma, se movía para sentirla, a todo esto el sueño iba rindiendo a mis primas, y poco a poco dejamos de escucharlas, fue cuando ella misma pasó su mano a su espalda y buscó mi polla por encima de mi pijama, sentir su mano, casi hace que me corriese en ese momento, tiré de mi pantalón bajándolo lo suficiente para que ella pudiera tocarla piel con piel, además de conseguir que mi polla se apretara en sus nalgas, ya que su braguita con tanto movimiento hacía rato que le quedaba entre las nalgas, se movió para conseguir meterla entre sus piernas y con un movimiento rápido se apartó la braga, sentí un calor extremo en mi polla, estaba entre sus piernas, y tocaba por primera vez sus labios, estaba mojada, desde delante pude sentir su mano entre sus piernas y como empinando un poco el culo, consiguió que mi polla resbalara por su raja, era una pasada, sentir mi polla resbalar y mojándose por su flujo me estaba poniendo como una moto, y aunque no conseguía meterla dentro, sentía como en breve me iba a correr.
Yo apretaba su teta por delante, y sentía como su dedo jugaba con su clítoris y como en unos segundos después se estremecía, se estaba corriendo, fueron unos segundos eternos, yo tenía mi cara pegada a su oreja, ella se giró un poco hasta conseguir sentir su lengua pasando por mis labios, saqué mi lengua y brevemente las unimos, hasta que no pude más y solté un mar de leche a la entrada de su coño, pude comprobar como sin hacer ruido soltó un hondo suspiro y como su mano jugaba con mi capullo y refregaba todo lo que le había soltado entre sus labios.
Nos quedamos quietos, con mi polla entre sus piernas, yo estaba tan excitado que mi erección no había bajado lo más mínimo y ella se dio cuenta. Se movió un poco para ver la reacción de las demás, no había signos de que estuvieran despiertas, por lo que en voz baja me pidió que me fuera a mi cama, para mi fue una decepción, ya que pensé que todo iba a terminar ahí, pero sin poder quejarme, tuve que levantarme de la cama y a tientas dirigirme a la mía.
Pasaron varios minutos cuando sentí movimientos en la cama de ellas, mi polla seguía tan dura que me dolía, estaba claro que alguien se había levantado de la cama, y se acercaba a mi cama, pero la oscuridad era tal que no veía nada de nada, escuché mas resoplidos en la cama, estaban dormidas.
Una mano me tocó el pecho, y subió hasta mi boca para tapármela, para que no hiciera ruidos, se apartó un segundo, el tiempo de sentir como se quitaba la braga y se quitaba el camisón por la cabeza, y seguidamente volví a sentir como se subía a mi cama, no hubo preámbulos, supongo que los dos estábamos lo suficientemente excitados para andar con juegos en ese momento, se había subido a horcajadas sobre mi, con su mano cogió mi polla y sentí como se sentaba sobre ella, clavándosela hasta los huevos, era la primera vez que tenía a una mujer encima de esa manera, el calor que sentía era alucinante, pero lo que más me impresionó era la habilidad que tenía para apretar los labios vaginales, tengo que decir que fue la primera vez que sentí esa sensación y hasta este momento 20 años después aun recuerdo esa sensación, ya que ninguna mujer ha sabido volvérmelo a hacer, como digo.
Dolo no necesitaba moverse, succionaba mi polla desde la base, mis manos empezaron a recorrer su cuerpo, apretar sus nalgas entre mis manos era una pasada, la flacidez de su carne, me excitaba mucho más, y sobre todo sentir en mi boca, esos dos botones gigantes que eran sus pezones, sus tetas ahora así sueltas, parecían más grandes que cuando la veía con ropa, apreté sus riñones hacía mí, y de esa forma conseguí ser yo quien se moviera un poco dentro de ella, me había corrido hacía varios minutos antes, pero la verdad es que la excitación era tal que no conseguí aguantar mucho antes de volver a correrme dentro de ella, ella se dio cuenta, pero no dijo nada, la sensación que yo tenía era como si hubiera tomado un afrodisíaco, mi polla seguía dura como una piedra, a pesar de haberme corrido dos veces casi seguidas, y gracias a esto ella siguió cabalgando hasta que sentí como ella se volvía a correr, y seguidamente se dejaba caer sobre mi pecho, intento recuperar el aliento, estuvimos así un rato, yo haciendo palpitar mi polla dentro de ella, y ella apretando su vagina con mi polla dentro, se salió de encima mía y se echó a mi lado, yo no estaba dispuesto a terminar la sesión así, por lo que seguí besándola con ganas, y apretando sus tetas, bajaba a chupar sus pezones, y bajé hasta encontrarme con sus vellos, al principio sentí reparo, ya que sabía que debía estar bañada con mi leche, pero me dio igual, y bajé hasta encontrarme con sus labios, los abrí con mi lengua y comencé a jugar con su clítoris, eso parecía gustarle.
Poco a poco sentí como mi boca se llenaba con sus jugos y los míos, pero me los fui tragando, era una pasada meter mi lengua dentro de ella y sentir como me la apretaba con sus labios, chupar su clítoris, debía ser una delicia para ella, ya que sentí como poco a poco se comenzaba a arquear en la cama, y como poco a poco fuimos rodando hasta tenerla sentada sobre mi cara, casi no me dejaba respirar, y recorrer sus nalgas con mi lengua hacía que mi polla me doliera de lo dura que la sentía, mis dedos se perdían dentro de ella, podía meter varios dedos a la vez, conseguía meter mi lengua en su culo, y podía sentir como sabía usar lo mismo los labios vaginales como su esfínter, no tardé en sentir como su boca se tragaba mi polla hasta los huevos, sabía como chupar una polla, recorría todo mi tronco, y apretaba con su lengua mi capullo, pasaba sus dientes por él, llegando a hacerme daño, pero más me gustaba, ella se corrió varias veces en mi boca, y yo terminé por correrme también en su boca, cuando lo hice, se giró y colocándose encima mía, y metiéndose de nuevo mi polla en el coño, buscó mi boca y sentí como me dejaba caer en la boca, buena parte de mi leche, estuvimos besándonos un buen rato, mezclando nuestros sabores, la polla ya me dolía, pero por nada del mundo la hubiera sacado de su tremendo coño.
Era la primera vez que me había corrido 3 veces y seguía con la polla igual de dura, pero la verdad es que estábamos cansados, nos metimos debajo de las mantas, ya que había empezado a hacer frío, y ella dándome la espalda intentó dormir, yo en su espalda, seguía jugando con sus tetas, apretaba sus nalgas con mis manos, y metía mi capullo entre sus piernas, aunque al hacerlo me dolía, pero prefería sentir ese dolor a quedarme quieto. Conseguía metérsela algunas veces por el coño, jugaba con su clítoris, y jugaba con sus pezones, hasta que poco a poco fui sintiendo como su coño se volvía a llenar con sus jugos, yo me cogía la polla y la apretaba en la entrada, la metía abriendo su agujero, y la sacaba y la subía hasta la entrada de su culo, ella poco a poco fue acelerando la respiración, se estaba volviendo a mojar, así estuve jugando un rato, se la metía, la sacaba y buscaba la entrada de su culo y apretaba en la entrada, pero no conseguía meterla, pero eso la excitaba, así estuve no se cuanto tiempo, hasta que ella giró su cabeza, para besarme, durante todo ese tiempo, había sentido como ella apretaba las nalgas y de esa manera impedía que mi polla entrara por su agujero, pero poco a poco y mientras nuestras lenguas jugaban cada vez más rápidas en nuestras bocas, sentía como sus nalgas se iban relajando, hasta sentir como mi polla quedaba en la entrada de su culo, y aunque el paso fue doloroso, mi capullo quedó dentro de su culo.
Mis manos apretaban sus nalgas con fuerzas, y poco a poco fui consiguiendo que mi polla quedara alojada en su culo por completo, cuando la tuve hasta los huevos, volví a sentir como su esfínter me succionaba, conseguí hacerla girar hasta quedar encima de ella, y poco a poco tirar hasta quedar a cuatro en la cama, de esa manera y ella dejando las nalgas totalmente flácidas la embestí hasta hacerlas resonar cada vez que se la clavaba hasta los huevos, nos daba igual que las demás se pudieran despertar, era tal la excitación que no nos dimos ni cuenta, no se cuento tiempo estuve embistiéndola con fuerza, pero la corrida que mejor recuerdo fue esa, cuando los dos nos corrimos, caímos rendidos en la cama, y nos quedamos dormidos. Por la mañana cuando desperté ella ya no estaba en la cama, la polla me dolía horrores, al día siguiente no hubo palabras, y así fueron pasando los días, y nunca más recordamos nada de lo ocurrido, yo nunca he vuelto a follar con ninguna mujer que moviera igual los labios y el esfínter y después de 20 años mis mejores pajas son recordando a mi prima Dolo.
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