Mi esposo se volvió un buen amante
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Debo confesar que no salía mucho que digamos con mi esposo, por eso esa noche de viernes mientras nos preparábamos para salir me sentía un poco extraña. En la tarde había ido a un salón de belleza y me había tinturado el cabello, me peinaron con un estilo sensual, me pintaron las uñas y me sentía completamente cambiada. Hacia mucho no me sentía tan hermosa, no es que no me tenga autoestima, sino que mi esposo no me valora mucho que digamos, es un ser un tanto distante. Mientras me vestía elegí un conjunto de lencería muy sensual y con encajes que transparentaban un poco de mis partes, me lo puse y me quede con el mientras me maquillaba y terminaba de hacer todo lo previo antes de salir. Mi esposo en tanto no dejaba de mirarme, me puse un vestido negro de una sola pieza, era un vestido ajustado muy corto. Tome mi bolso, me cerciore que no me faltara nada, me mire por ultima vez al espejo y me puse unas botas negras de tacón alto que llegaban casi hasta mis rodillas, cuando le dije a mi esposo que estaba lista él hacia ya unos cinco minutos que me esperaba.
Cuando pensé que íbamos a salir y dirigirnos a la fiesta me tomo y quiso tumbarme en la cama. Yo me resistí, tanto tiempo maquillándome y arreglándome que no quería volver a comenzar de nuevo. Mi esposo insistió, me decía que verme tan linda le había subido la temperatura diciéndome que no podía resistir hasta que regresáramos de la fiesta. La verdad a mi no me disgustaba la idea de que me hiciera el amor antes de irnos, por lo que cedí poco a poco, fuimos hasta la mesa de la cocina y me quite las bragas, me incline en la mesa de la cocina y le ofrecí todo mi sexo desde atrás, yo soy una mujer que se calienta muy fácil y deseaba tener la verga de mi marido dentro de mi. Mi esposo se lo saco rápidamente y lo puso a la entrada de mi caverna ansiosa de sentirlo dentro, empujo con fuerza y me lo metió hasta el fondo de una sola vez, un gemido de placer inundo la estancia y él comenzó con su mete y saca, yo sentía como entraba y salía dentro de mí y me sentía maravillosa, tome su ritmo y empujaba contra el para sentirlo mas y mas profundo, cuando para mi desconcierto eyaculo dentro de mi y ceso sus movimientos, lo único que había hecho era calentarme, se limpio los restos de semen de su miembro, se subió la bragueta y me dijo como si nada: Nos vamos?… Me sentí utilizada, lo único que había hecho era calentarme y al parecer no iba a terminar lo que había empezado. Pensaba con ira que lo mejor era que me hubiera dejado como estaba. No quise pelear con él para no dañar la velada antes de que comenzara, pero este era un tema que habíamos discutido muchas veces después de hacer el amor, que no solo el no me lo hacia tantas veces como yo deseaba sino que cuando me lo hacia me dejaba iniciada cada vez en mas ocasiones.
Guarde mis bragas en el bolso para no mancharlas y tome con que limpiarme el semen que empezaba a deslizarse por mis piernas. Llegamos a la fiesta un poco tarde, ya estaba bien animada, era la fiesta que conmemoraba los 10 años de promoción del colegio de mi esposo, allí estarían sus amigos con sus esposas, aunque muchos aun no se habían casado, al entrar nos saludaron afectuosamente y rápidamente mi esposo se integro con sus amigos dejándome sola con unas aburridas mujeres a las que sus esposos les habían echo lo mismo que a mi.
Mi esposo comenzó a tomar mas de la cuenta y yo empecé a sentirme apenada por los comportamientos que comenzaba a tomar, solo quería irme de esa aburrida fiesta, cuando fui donde él para insinuarle que nos fuéramos, me di cuenta que había tomado demasiado y que ya no podía conducir nuestro auto. Estuvo un rato insoportable hasta que lo acostaron en una habitación de la planta baja donde pude ver que también habían acostado a otros dos borrachos. Volví a la fiesta y para ese entonces estaba aburrida, apenada por el show de mi esposo y enojada, yo no tenia mi licencia de conducir y no sabia que hacer. Decidí tomar un taxi y dejar a mi esposo allí, le pedí a uno de los amigos de mi esposo que me ayudara a pedir un taxi para irme, pero el insistió en que no eran horas par coger un taxi, además que no debía abandonar así a mi esposo, que en cualquier momento despertaría y ya estaría mejor. Yo insistí diciéndole que no quería permanecer en la fiesta porque estaba cansada y el sugirió que me acostara en una habitación libre de la planta superior, me dio las llaves y me indico cual era, yo estaba incomoda y no quería que me preguntaran mas por mi esposo, por lo que acepte y subí al segundo piso, busque la habitación entre en ella y cerré con llave, me acosté en la cama apague la luz y empecé a pensar una y mil cosas, odiaba a mi marido, todo había cambiado y todo iba cada vez peor.
Aun tenia la calentura que mi esposo me había dado en la casa y como todo parecía que él estaba fuera de combate empecé a acariciar mi cuerpo, no había tenido oportunidad de ponerme mis bragas por lo que deslice mis manos debajo del vestido y empecé a estimular mi clítoris, mi sexo empezó a humedecerse rápidamente. En esas estaba cuando sentí que alguien intentaba abrir la puerta, me detuve, ya me estaba fastidiando, otra vez tenia que cortar y estaba mas caliente que nunca. Los sonidos en la puerta cesaron y desaparecieron, reinicie mis caricias pero ya había perdido el ritmo y la concentración y fue difícil volver a comenzar, logre volver a calentarme, mi excitación crecía precipitadamente, me metía uno, dos dedos, tres y no dejaba de rozar mi clítoris cada vez más sensible. De mi agitación me aparto un sonido de llaves en al puerta, ensayaban una, luego otra. No pude terminar y no podía creerlo, acaso no podía ni complacerme yo misma. Una de las llaves giro y la puerta se abrió, fingí dormir aun con mi sexo húmedo y palpitante y con mis pechos duros y anhelantes. Deseaba que se fueran pronto para así poder terminar con lo que había empezado, entreabrí los ojos y vi dos siluetas masculinas que hablaban en voz baja. No entendí lo que decían, uno de ellos encendió la luz y se quedaron mirándome. No pude moverme, mi corazón comenzó a latir con desesperación, sabia que con mi vestido sin bragas debajo de el y la posición que tenia en la cama les brindaba una vista directa de mi sexo, un instante después uno de los hombres se volvió y cerro la puerta, puso el seguro y se acercaron a mí, no los veía porque no me atrevía a abrir mis ojos, pero escuchaba todo con precisión, estaba asustada, inmovilizada de pánico, no entiendo porque fingía dormir, sentí cuando se aproximaron, uno se ellos se monto en la cama, paso su mano directamente por mi sexo aun húmedo por mis caricias, me estremecí y fingí despertarme. Los mire aterrada, estaba inmovilizada por el pánico y el terror, el que me había tocado dirigió su cara hacia mi sexo y empezó a chuparlo y lamerlo con gran fogosidad, intente resistirme, el nerviosismo y la situación me tenían asustada pero a la vez me había excitado mucho más. El otro tipo me cogió de los brazos, se acerco a mi oído y me dijo que me quedara quieta, me hablo suave diciéndome que iban a tratarme bien, que no me preocupara, que me relajara y disfrutara. Yo no sé porque motivo afloje mis músculos y abrí las piernas, el tipo que estaba comiendo mi sexo ante esta súbita disposición mía, se acomodo y empezó a darme una mamada portentosa, sus dos manos jugaban en mi sexo, lo acariciaban, lo penetraban con sus dedos y no dejaba de lamerlo y chuparlo con sus ágiles labios. El otro tipo mientras tanto me había acomodado mi pequeño vestido en la cintura y ya me había quitado el sostén liberando mis pechos que estaban tan duros como una roca, empezó a masajearlos y a besarlos con gran pasión. Se los metía a la boca, primero uno y después el otro, los chupaba y luego jugueteaba con sus puntas mordiéndolas suavemente… sentí como me estremecía de placer, el éxtasis recorría todo mi cuerpo, no podía resistirlo, mis gemidos llenaban toda la habitación, estaba entregada y cautiva del placer que estos dos desconocidos me estaban dando, sus caricias y sus besos me inundaron de placer y éxtasis, el orgasmo recorrió todo mi ser, encorve mi cuerpo para soportar tanto placer y me sumí en las sensaciones del mejor orgasmo que he sentido en mi vida.
El tipo que estaba jugando en mi sexo dejo de hacerlo un instante, yo tenia mis ojos cerrados para disfrutar mejor de todo lo que sucedía y un instante después una verga grande y dura me penetro de un solo envión, separe mis piernas para permitir su entrada y pude apreciar como se deslizaba suavemente por mi sexo lubricado, era grande ya que desplazaba los músculos de mi cavidad hacia los lados como nunca lo había sentido en mi vida, el tipo comenzó con su mete y saca y yo ya estaba encendida otra vez, empecé a moverme a ritmo con él para sentir mucho mejor sus penetraciones, levante mis piernas y las pase por sus caderas y empecé a empujarlo para que me la insertara mucho mas fuerte. En eso estaba cuando sentí una tiesa verga que rozaba mis labios, no quise abrir los ojos, ya sabia lo que vería, abrí mis labios y una verga dura entro en mi boca, la ensalive y empecé a mamarla con gran entusiasmo, no era gruesa pero si muy larga ya que sentía cuando me la metía toda en la boca que entraba hasta muy adentro de mi garganta. La chupaba, la mamaba, la besaba, la lamía y recorría con mi lengua toda su extensión jugando con su capullo, lo hacia igual de rápido a las embestidas del otro tronco que me taladraba una y otra vez sin parar, por fin tenia una verga responsable dentro de mi. Los gemidos me impedían chupársela bien a mi otro amante, el éxtasis me inundo con mas intensidad y tuve que dejar de chuparla mientras me estremecía sintiendo como la empujaban con todo su poder dentro de mí levantándome casi de la cama con esas admirables embestidas, un nuevo orgasmo me hizo casi perder el conocimiento y sentí como resbalaban los fluidos de mi compañero dentro de mí. Recordé que había descuidado a mi otro amante y volví a tomar su pene entre mis manos y me lo metí a la boca, poniendo ahora si toda mi concentración en la mamada que le estaba dando mi compañero no tardo en dar síntomas de que pronto terminaría quise sacarlo de mi boca y terminarlo con mis manos pero el me contuvo y sin dejar de chuparlo sentí como mi boca se llenaba de un liquido caliente y suave, termine de chuparlo dejándoselo limpio completamente y yo no tuve mas remedio que tragármelo todo. La verdad nunca me había tragado un polvo y no era tan malo como yo creía.
Ellos se apartaron de mí, se vistieron, apagaron la luz y se fueron sin decirme una palabra. Yo me sentía satisfecha por fin en mucho tiempo, me quede un instante en la cama pensando en lo que había sucedido, nunca había tenido relaciones con nadie diferente a mi esposo, empecé a sentirme un poco culpable pero nada arrepentida. Cuando iba a levantarme para ir al baño a arreglarme y lavarme sentí que la puerta de la habitación se abrió otra vez, vi una silueta de hombre reflejada en la luz del corredor, pero desapareció cuando el cerro la puerta y todo quedo en silencio y en tinieblas. Me quede helada, escuche sonidos de una correa, una bragueta que se deslizaba hacia abajo, unos zapatos que caían al piso y antes de que yo pudiera reaccionar unas manos estaban acariciando mi sexo otra vez, me tomaron de la cintura y me acostaron boca abajo, levantaron mi culo y me pusieron en cuatro, yo solo me dejaba hacer, una verga rozaba la entrada de mi sexo desde atrás y un instante después se deslizaba dentro de mí, yo empecé a moverme al ritmo de ese nuevo aparato de placer y no tarde en estar otra vez mas caliente y deseosa que nunca, en medio de mi agitación y goce escuche débilmente que la puerta se abría otra vez iluminando por un instante la habitación para luego cerrarse dejando nuevamente todo en tinieblas. Yo estaba ensimismada sintiendo esa verga penetrarme con gran frenesí una y otra vez, como se abría paso con violencia dentro de mi, mis gemidos eran cada vez mas y más intensos, una verga demasiado flácida rozo mis labios, como una autómata los abrí y la acogí dentro de mi boca, estaba muy pequeña aun y empecé a mamarla con gran ardor mientras no dejaban de penetrarme en mi sexo, para mi deleite empecé a sentir como crecía en mi boca y esto me excito a más no poder, sentí como me perforaban con mas fuerza y un nuevo orgasmo inundo todo mi ser, mi amante descargo sus líquidos dentro de mi y al sacármelo sentí como se deslizaban por los alrededores de mi sexo. Mientras no dejaba de chupar la verga que le regalaban a mis labios, ya la sentía dura y grande, quería seguir chupándola pero mi nuevo amante la saco de mi boca y me quede a la expectativa, yo aun seguía en cuatro con mi trasero levantado y expuesto, unas manos me tomaron de mis caderas, abrían mi trasero y tomaban de los fluidos que salían de mi sexo y masajeaban mi orificio trasero, sabia lo que vendría, muy pocas veces permitía que me lo hicieran por ahí, no tuve tiempo de pensar mucho cuando todas mis dudas se hicieron realidad al sentir como una verga que yo sentía enorme se abría paso por mi trasero causándome un gran ardor, mis caderas tocaron la pelvis de mi amante por lo que estaba segura que ya estaba todo adentro y empezó a meterlo y sacarlo lentamente, se deslizaba muy deliciosamente y tome su ritmo para sentirlo mucho mejor dentro de mi, el tipo empezó a aumentar su velocidad y sus manos recorrían mis pechos y mi clítoris aun bañado de los fluidos de mi excitación y de mis anteriores amantes.
La habitación se ilumino y volvió a oscurecerse, eran dos voces que luego quedaron en silencio, escuche las ropas caer, un instante después la voz de mi amante le decía a uno que se acomodara debajo de mí, sentí su cuerpo deslizarse entre mis piernas y las piernas de mi amante, yo solo me dejaba hacer, mientras el tipo me la metía por mi culo empecé a sentir el roce de una polla en la entrada de mi sexo, me deje caer sobre el y con gran jubilo la sentí deslizarse dentro de mi mientras el de atrás no dejaba de metérmela, sentí dos enormes vigas entrar y salir dentro de mi. Mis gemidos eran mas y más intensos, se deslizaban fácilmente, estaban duros y calientes, una tercera se acerco a mis labios yo solo los abrí y empecé a mamar con locura desenfrenada, sus vergas me penetraban, sus manos me recorrían, sus gemidos y los míos me llevaron al éxtasis, un orgasmo y después otro, me estremecía, convulsionaba primero se vino el que me daba por detrás, saco su polla llena de semen y un poco se deslizo por mis caderas, libre de la polla que me había dado tanto placer por mi culo cabalgue con mucha mas intensidad al tipo que tenia debajo de mi sin dejar de chupar la verga que tenia en mi boca, el tipo me clavo con gran intensidad y descargo su leche dentro de mi, un instante después se lleno de leche mi boca y esta vez no intente sacarla sino que seguí chupando hasta limpiar él ultimo rastro de semen del aparato de mi amante. Ellos se incorporaron se vistieron y se fueron, dejando la habitación completamente en tinieblas. Un instante después la habitación se ilumino nuevamente y luego se oscureció, yo estaba acostada sintiendo los fluidos que se deslizaban dentro de mi sexo y se escapaban de el deslizándose por mis piernas. El tipo que entro se coloco encima de mi y me penetro sin ningún preámbulo con mucha fogosidad y con gran fuerza, se fue y entraron dos, uno por delante y otro por detrás, luego entro un tipo mas que me penetro por delante, en esas estaba cuando entro otro y se la mame con gran maestría, no tardaron en venirse llenándome con sus cálidas descargas. Yo estaba en un estado de éxtasis y de placer que inundaba todo mi ser, un orgasmo venia después del otro, sin parar, cuando uno de mis amantes se iba yo me acariciaba mi sexo para estar bien caliente y lista esperando al próximo. Entraron varios tipos mas, a veces entraba uno, a veces dos y muy pocas veces tres. Un breve momento en el que me quede sola pensé que tal vez era el momento de terminar con todo esto, la puerta se abrió y ni mire quien había entrado, sentí la ropa deslizarse del cuerpo de alguien, al parecer era solo un hombre quien había entrado, yo estaba acostada en la cama y me dije, este será el ultimo, me masajeaba mi clítoris para estar lista a su penetración, se acomodo encima de mi y encontró mi entrada fácilmente, se deslizo tan suave dentro de mí que estaba igual de excitada que con el primero, empecé a gemir y le pedí que lo hiciera mas rápido. Una voz asombrada me pregunto: Mónica???.
Era mi esposo. Me quede inmóvil, el también. No me atreví a responder. Un instante mas tarde él reinicio sus movimientos y me amo como nunca me había amado, yo desconocía esa forma de tomarme y de clavarme con gran apasionamiento, hacia mucho que no me lo hacia así. Terminamos al tiempo. Mi esposo me ordeno que me vistiera y no me dio ni tiempo de lavarme, me acomode mi vestido como pude, no encontré mi sostén y salí detrás de el. En el salón al lado de la puerta pude ver a unos 10 tipos esperando para entrar, creo que lo hice como con 20 y no se si algunos repitieron, los fluidos de mis amantes se deslizaban por mis muslos, olía a sexo. Mi esposo salió sin despedirse, yo les di una pequeña sonrisa. Subimos al carro y condujo hasta nuestra casa, ya no tenia rastros de su anterior borrachera, entramos sin decir nada, yo fui al baño, me desnude y me di una larga ducha recordando el éxtasis que sentí esa noche. Cuando salí del baño encontré a mi esposo desnudo con la verga entre sus manos acostado en la cama, fui directo a ella y se la mame como nunca se lo había hecho, me trague en medio de sus gritos de excitación toda su descarga. Dormimos placenteramente y nunca hablamos de lo sucedido, pero nuestro comportamiento en la cama se reformo completamente, mi esposo se volvió un amante perfecto, por eso nunca olvidare esa noche de éxtasis y pasión que cambio mi vida y a mi esposo.
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