La vez que me entregue a un joven

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Soy una profesionista, casada, que tengo 42 años, pero como practico deporte me conservo con un buen cuerpo, tengo un busto grande, unas piernas que envidiaría cualquier jovencita, aunque no había pasado por mi mente acostarme con nadie, ese joven atlético conductor de una colectiva me había trastornado que termine abriéndole las piernas y permitiéndole me penetrara.

Era temprano, por razones de trabajo me habían citado en la periferia de la ciudad, mi auto tenia varios días descompuesto, aunque con el auto, a veces tomaba la colectiva, así que salí de casa, llevaba, una falda corta, zapatillas, panties, mi blusa.

Me iba a subir en la parte posterior de la colectiva, cuando el conductor un joven muy apuesto atlético de 1.80 de estatura, yo mido 1 62, casi me ordeno que me pasara adelante, con él. No sé porque pero así lo hice, después subió otra chica, yo tuve que ir al lado de él, quien no dejaba de admirar mis piernas. Faltaban unos minutos para llegar a mi destino, íbamos solos, platicábamos, el era soltero, yo le dije que estaba casada. El sin ningún rubor me dijo que le gustaba, que me veía bien, que tenia unos senos grandes y unas piernas muy hermosas. Yo solo le di las gracias y me dijo que me esperaba ver pronto, pero fue mas lejos, de plano me dijo a que hora salía, y que si podía llegar por mí. Yo le seguí la corriente pensé que no llegaría y le dije que si porque no. Así varias veces nos vimos, me iba a dejar o a traer hasta que en una ocasión:

La reunión tardo toda la mañana, comenzaba a llover, algunas compañeras me ofrecieron llevarme, como era una de las ultimas reuniones, alguien llevo unos bocadillos y vino. Eran las tres de la tarde, recordé la cita, y pensé que no llegaría, me tarde para salir, de repente estaba sola, salí, lloviznaba, camine, no estaba, de repente, alguien traía un paraguas, estaba de tras de mí, era el, y no se que paso, porque en unos momentos me encontraba cobijada en sus brazos y estábamos entrando en un motel. Ahí el comenzó a besarme, yo acariciaba su cabello, me tocaba mis muslos, me recostó, pasaba su lengua en mis pechos, estaba fascinado, después acariciaba mis piernas, decía que le gustaban un chorro, sus manos recorrían las pantorrillas, yo estaba excitada, muy excitada, y comencé a quitarle la camisa, a besar su pecho, mientras el, bajaba el vestido, bajaba el cierre y descubría mis pechos, solo había bajado mi bra de encaje negro, pasaba su lengua en mis pezones, así estuvo un rato, mientras yo con temor buscaba su pene, cubierto por un pantalón de mezclilla, después, con delicadeza me volteo boca abajo, besaba mi espalda, besaba mi cuello, acariciaba mi cabello, y me decía:

– Mmmmm, que deliciosa estas mamacita… te parece.

– Si me gustas mucho, desde que te vi me fascinaste.

– Estas rebuena… te gusto?

– Muchísimo, mmmmm…

Afuera caía una tormenta, y yo estaba más excitada, me besaba mi cuerpo, mi vestido estaba enredado en mi cadera, el comenzaba a bajar mis panties, mi tanga salía poco a poco, mis zapatillas habían caído, estábamos desnudos, la cama seguía tendida, ya estaba por vez primera desnuda ante un hombre que no era mi marido, muy joven, alto, fornido, con un pene que ya quería tener, y que sentía que pasaba por mi vagina, por mis muslos, mis manos lo buscaban, lo tocaba, lo sentía, y le decía, que me gustaba su pene, que estaba rico, grande y duro, le decía, papacito, quiero que me cojas, que me des el tronco, el palo, me quería volver loca, pero el también se encontraba superexcitado, no paraba de besarme, y de decirme, que tenia unos senos grandes, enormes, que me iba a coger, que me iba a dar la verga, luego me volteaba, y pero me ponía, al sentir atrás su instrumento, colgando, pasando por las nalgas, hasta que ya no podía mas, me puse boca arriba, y por fin, de un solo golpe me penetro, se siguió moviendo, una y otra vez, en segundos eyaculo sobre mi, con las piernas dobladas, besándome mi boca, nos fundimos, mis nalgas levantadas, ese momento, grite, y le dije: mmmmm que rico, que sabrosa verga tienes, que sabroso pene tienes, metemelo todo, damelo todo, más, y me ahogué en un grito de placer, al tener tamaño tronco en mi vagina, el por su lado, me dijo: Que buena estas mamacita, me gustas de a madres, pinche vieja, como me gustas, que piernotas tienes, me vuelves loco y esos pechos, amor mío eres mía solo mía.

Nos quedamos así, fundidos, hasta que en una hora, volvió al ataque, nuevamente comencé a sentir el palo, por atrás, parado, duro, entrando por mi vagina, y una y otra vez, entraba y salía, a veces se quedaba quieto, para no eyacular, pero volvía a moverse, me tocaba los senos, los muslos, yo me encogía para darle oportunidad a que entrara todo, me besaba mi cuello, mi espalda.

Después decidimos, bañarnos, entramos a la regadera, me gustaba verlo, yo me desinhibí como nunca, le lave el pene, ahí en la regadera, me incline para besarlo, comerlo, chuparlo, el beso mis pechos, se puso atrás de mi, con pene parado, que jugaba con mis nalgas, me lo metió, y así mojados, me llevo nuevamente a la cama, ensartada en su verga, me rocosto boca abajo, yo solo veía en uno de los espejos, que esta tirada, con otro hombre que me hacia feliz, de verdad, sentía un placer inmenso de estar probando el pene de otro hombre demasiado joven, atrás de mi, yo no podía levantar las nalgas, ni moverlo, pero me gustaba mucho, así en esa posición nuevamente eyaculo y yo tuve otro orgasmo más.

Ya estaba anocheciendo cuando salimos, pero al abrirme la puerta, solo senti, como alzaba mi vestido, me empujaba sobre el asiento, inclinada, me bajaba nuevamente mis panties y mi tanga y me volvía a coger, tomaba mis nalgas, las abría, y metía su pene en mi vagina, me había excitado en segundos, y sentía muy rico en tener su pene, así de ese modo, entrando y saliendo, que rico y maravilloso sentí, cuando de repente se abrió una de las cortinas que cubren la cochera, era un empleado del motel, le llevaba su cambio, perdón exclamó, Ricki, ahí te dejo tu cambio y disculpa. No me había visto el rostro, mi cabeza estaba dentro del auto, con la verga de Ricki adentro, pero se había dado cuenta que me estaban cogiendo. Eso me hizo recordar que con mi esposo, cuando éramos novios, un amigo, nos encontró dentro del auto, y yo estaba sentada en el pene de quien después seria mi esposo.

Terminamos, salimos del Motel, tuve varios encuentros con Ricki, hasta que por razones de trabajo, se tuvo que ir a los Estados Unidos y no he sabido nada de el. Si lee esto ojala me busque, ahora estoy divorciada y ya no habrá mas problemas.

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