Mi esposa me pone los cuernos, eso me excita
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Estaba desayunando sentado en el comedor de la cocina preparado para marchar a trabajar. Nuria mi esposa, siempre se levanta para hacerme el desayuno, llevaba como casi siempre una bata corta, muy fina medio transparente y debajo solo las braguitas que es como duerme. La miraba, aunque esta a punto de cumplir los 45, aun mantiene su culo respingón y sus tetas bastante tiesas. Siempre tan coqueta y arreglada. A pesar del tiempo me sigue poniendo cachondo.
Lo que ocurre es que sé que me pone los cuernos, lo descubrí hace unos meses, había notado que cada vez se compraba mas ropa interior y más atrevida, había cambiado sus gustos. Ahora se compraba mucha ropa interior negra, gránate, muy calada, con encajes en otros tonos. Los sujetadores muy escotados y apretados, las bragas tipo bikini, cortitas, muy caladas por el pubis, en fin. Tampoco le había dado mucha importancia y a mí me gustaba mucho.
Hace unos meses, un día llegué a casa, y al llamarla no contestaba, al acercarme vi que estaba en nuestro dormitorio hablando por teléfono, la saludé con un gesto y ella terminó enseguida. Me dijo que hablaba con una amiga y ahí quedo todo. Pero a la noche, no se por qué no me podía dormir, cuando la noté muy agitada, me miró para ver si yo dormía, creyendo que sí noté que se empezó a tocar los pechos, le notaba la respiración agitada. Enseguida empezó a pasarse la mano por encima de la braguita tocándose el pubis, ya he dicho que suele dormir solo con braguitas, gemía casi en silencio. Luego noté como metía su mano por debajo la braga, notaba como se acariciaba los pechos con una mano y con la otra se masturbaba, la notaba entrecortada la respiración. La verdad esto me puso a mí también muy caliente, era la primera vez que la veía, bueno que la notaba masturbarse. Se ve que la molestaba y se bajó las bragas hasta dejar al descubierto su coño, y siguió tocándose. Yo pensando en aquel coño de mi mujer tan precioso, con sus labios tan carnosos, le suponía tan caliente y mojado que me empalme como un burro, pero no me moví.
La respiración ahogada cada vez mas entrecortada de Nuria me hacía suponer que estaba llegando, que se iba a correr de un momento a otro, y así fue al poco gimió intentando ahogarlo, se puso boca a bajo y notaba que seguía con sus dedos metidos en su coño, mientras se iba apagando su calentura. Al de unos segundos presentí que se había dormido, notaba que no se movía y que su respiración era profunda y tranquila, me giré para comprobar y así era, se había dormido. Encendí la lamparilla de noche, se había dormido boca abajo, con su mano bajo su vientre. Apenas si se había subido la braguita que quedaba tapándole apenas media nalga. Yo estaba totalmente empalmado, aunque como era la primera vez tampoco entendía lo de mi mujer, creía que estaba satisfecha con nuestra relación. Pero no podía quedarme así, me dolía la polla de dura que se me había puesto, me baje el slip, me cogí la polla y me empecé a meneármela.
Estaba súper cachondo pensando en la paja de mi mujer y viéndola con su culo casi al descubierto, me la meneaba con fuerza y no tardé mucho en correrme, no pude evitarlo, me apetecía y así lo hice, me corrí sobre el culo de Nuria. Mi leche caía entre las nalgas de ella, chorreaba perdiéndose en a raja de su culo, había salpicado su braga también, no pude evitar pasar mis dedos por su culo esparcir la leche en sus nalgas. Me di la vuelta y me quedé dormido. Aquello que había pasado con mi mujer me extrañó, ya digo creía que estaba satisfecha de nuestra relación, pero tampoco le di mayor importancia, además me resulto muy excitante.
Otra tarde cuando llegué a casa, ella se estaba duchando, me extrañó, no era su costumbre ducharse a esas horas, además tampoco era un día de calor. Entré al baño, estaba duchándose metida en la bañera llena de espuma, estaba preciosa, me acerqué y la besé. Empecé a jugar, a jabonarle los pechos, tiene unas tetas preciosas, grandes y duras, con unos pezones encarnados que cuando se excita se le ponen grandes y duros. Me decía que parase que todavía no estaba la cena, que acababa de llegar. Yo seguí metiendo mis dedos enjabonados por la raja del culo recorriendo sus nalgas, y metiendo mi mano hasta llegar a su coño que estaba muy enjabonado, metiendo mis dedos entre sus labios y jugando en su vagina. Me insistía en que parase que la niña tenía hambre y no estaba la cena.
Esa noche no esperé a ver si se masturbaba, cuando ella se metió en la cama yo ya estaba caliente y con mi polla dura, le cogí la mano y se la llevé hasta mi polla, pero ella me dijo que estaba muy cansada que habían andado mucho, le hice ver como estaba. Así que notando cierta desgana, me bajo el slip e inclinándose me paso sus tetas por mi polla, la cogió entre ellas, y me empezó a masturbar. Luego bajo mas y metiéndosela en la boca me la empezó a mamar hasta que de mi polla salió un torrente de leche que le inundó la boca. Se la tragó y dándome la espalda dijo que durmiéramos que era tarde. Cada vez me extrañaban más actitudes de mi esposa, jamás hubiese antes rechazado un polvo por cansada que estuviese, las duchas a deshoras, las pajas, la ropa interior, en fin que no llegaba a adivinar que pasaba pero presentía que algo sí.
Una tarde, estaba oscureciendo, habían cambiado la hora, estaba con el coche de la empresa parado en un semáforo, cuando vi cruzar un coche y en él me pareció que iba Nuria y conduciendo un hombre, sin pensarlo lo empecé a seguir. Se me habían juntado todas mis dudas en la cabeza en un segundo. Ni siquiera estaba seguro de que fuese ella. Lo seguí tratando de adivinar si era ella la que iba allí. El coche se dirigió a una zona de playas encima del mar, en esta época desiertas prácticamente, había oscurecido prácticamente, pero había luna llena, me coloque un poco mas arriba y desde allí veía perfectamente el coche. Si, era ella, estaba en aquel coche, enseguida se empezaron a abrazar y besar. Él le desabrochó la camisa y sacando un peco de debajo del sujetador se lo empezó a lamer, ella le acariciaba el pelo. Le mordisqueaba el cuello, enseguida tenia la falda recogida y le metía la mano entre sus muslos acariciándole su pubis. Ella pasaba su mano por su bragueta.
Enseguida vi, tenía casi la vista nublada de los nervios y el disgusto, como se inclinaba sobre él mamándole la polla que le había sacado. Él trataba de meter la mano bajo la braga de ella, no podía, ella levantó su culo del asiento y se bajo las bragas por debajo la rodilla para facilitárselo, veía como él con su dedo la follaba. Como ella se agarraba y se estrujaba el pecho. Como se besaban comiéndose casi la boca. Nuria le masturbaba mientras. Sentía morirme de rabia y dolor, veía a mi mujer allí, con las dos tetas fuera colgando de su sujetador, la falda recogida, con las bragas bajadas, sus muslos al aire, y a aquel tipo follándola con sus dedos y ella pajeando. De pronto vi el culo desnudo de Nuria por el cristal, se estaba cambiando al asiento trasero, y el también, vi como ella poniéndose de espaldas ofrecía su culo a aquel tipo, apoyando sus codos en el asiento levantaba el culo para ser follada, él con su polla cogida con la mano la dirigía a mi mujer. En ese momento me di cuenta que estaba llorando de rabia de impotencia viendo aquello, caían lagrimas de mis ojos que casi no me dejaban ver. Cuando me las sequé, vi que tenía clavada la polla en el coño de Nuria, que se apretaba contra ella clavándola una y otra vez, veía balancearse las tetas de ella, como gozaba. Vi que ella llevaba sus manos hacia atrás, que se abría sus nalgas y que sacando la polla la dirigía al agujero del culo de mi mujer. Que lentamente le iba clavando su polla, cogido a sus nalgas, le estaba follando el culo. Vi como ella se retorcía seguro se estaba corriendo y él, al poco, echando su cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados, dejaba de empujar, se había corrido había dejado su leche en el culo de mi mujer.
No pude más, llorando me alejé de allí. Me confesó que llevaba seis meses viéndole, se habían enamorado, también era casado.
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