La vieja amiga de mi madre es mi puta favorita

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La historia que les voy a contar es verídica. Mi nombre es Fabián y tengo 30 años, vivo en Capital Federal de la Republica Argentina. Esto sucedió hace dos años aproximadamente. Frente a mi casa vive una mujer de unos 63 años, mi vecina y amiga de la familia cuyo nombre es Luisa. Paso a describirla ella mide 1,69 mts., de piel blanca y es gorda, un culo que calienta y lo mejor que tiene son sus pechos de 150 cms, porque se los medí.

Todo comenzó cuando una tarde de verano, vino a tomar mate con mi vieja su amiga de toda la vida. Ellas estaban en el patio de casa charlando y tomando mate como dije antes, cuando al inclinarse hacia adelante vi entre medio de sus descomunales tetas, debido a que ella llevaba vestido puesto no muy escotado. Desde ese momento comenzaron mis fantasías con la gorda, y por cierto me hice más de una paja pensando en ella.

Un día la invité a mi casa debido a que mi madre había salido, le dije que viniera a ver una película, para mi sorpresa vino con el mismo vestido de aquella vez, yo ya tenia la película puesta en el video, como se podrán imaginar el video era porno, con una mina con las tetas igual a las de ella. No bien comenzó la película la actriz empezó a acariciarse ese majestuoso par de tetas, y ella me dijo que no le gustaban ese tipo de película y tomo dirección como para irse, en eso sin escucharla trate de meterle una mano por debajo del vestido con destino hacia sus tetas, ella me quitó la mano pero le pude tocar un poquito. Al día siguiente como todo un caballero y le dije que fue una tontería y que perdonara mi actitud, aceptando ella de excelente buen grado mi justo y oportuno pedido de excusas muy sinceras.

Pasó el tiempo y comencé un curso de masajes, con lo cual le dije si quería venir a casa para hacerle masajes y poder practicar con ella, obvio sin cobrarle un centavo. Así fue, ella aceptó, vino por primera vez a casa y todo fue muy paciente de mi parte.

Debido a que era verano venia ligera de ropa solo con una remera y pantalón jogging. Me dijo que tenía que hacer ella, a lo que le respondí que se quitara la remera, así lo hizo, ella en la camilla sentada de espalda a mí, se la quitó, y yo por detrás trataba de verle las tetas. Luego la acosté sobre la camilla y le masajee la espalda, rozando los laterales para poder tocarle las tetas que tanto quería tocar, ver y chupar. Le desprendí el sostén pidiéndole permiso y la volqué para ponerla boca arriba, ahora si tenia las tetas que tanto tiempo espere para mi deleite, fue tanta la excitación que le dije que iba a buscar otra crema para el masaje y fui al baño y me hice una paja que no tardé en acabar, puse mi leche en un frasco y le dije que me demoré un poco porque no la encontraba. Mi leche se la pasé por sus maravillosos pechos dejándoselos muy bien lubricados, sobándolos lentamente, gozando internamente todo el calor que emanaban de sus generosas tretas. Y no dijo absolutamente nada, ella gozaba relajada de todos mis ardientes masajes.

Así pasaron varias sesiones de masajes hasta que cuando estaba finalizando una le dije que ya que no le cobraba le iba a dar un besito en un pezón, a lo que no dijo nada, así lo hice, pero mejor para que el otro no se ponga celoso también le voy a dar un besito, después se fue contenta de haber disfrutado de todo, ya que es una mujer que hace mas de veinte años que no le dan una pija y no tiene ni hijos ni nada. Tal vez ella también se masturbó ese día. Seguimos con las sesiones y con mas confianza ya una tarde la llamé y le dije si podía venir que tenia que practicar para el día siguiente, así fue en menos de cinco minutos estaba en casa, ya que vive frente a la mía, pero esa tarde tomé otra posición y postura para la sesión, ella sentada frente a mi, y mi boca a la altura de sus hermosas y fabulosas tetas, me hice la cabeza todo el día que se las iba a chupar toda la sesión sin desprenderme un segundo de sus pechos y mucho menos de ese par generoso de pezones rojos que me traían de la cabeza.

Calculo que se las chupé como una hora sin parar y ella como que no se daba cuenta, hasta que levantó la vista y la gorda tetuda me miraba, y yo mordiendo y mamando esa belleza de tetas, con sus pezones rosados y duros que me regalaban todos sus jugos, para mi sorpresa no dijo que pare ni nada. Yo me dije esta es la mía, la acosté en la camilla boca arriba y continué con el masaje mas abajo, hasta que llegué a tocar suavemente su concha, ahí me dijo, si siempre hacia ese tipo de masajes,… para una total relajación, es imprescindible masajear todo el cuerpo sin excepciones…, se ve que estaba muy caliente ella, así lo indicaba la humedad de su concha, y en realidad yo mucho más que la supertetuda vecina.

Terminé la sesión y le había escondido su sostén, ella sentada junto al escritorio, ni se movía para buscarlo estaba con el pantalón puesto, anteojos y las tetas al aire, cuando vi esa escena me calentó el “look intelectual”, vine deprisa a chuparle las tetas de nuevo, con la excusa de decirle que me había olvidado darle el besito en los pezones porque se había portado muy bien.

No sé porqué se cortó la relación con mi vieja y desde entonces no viene mas a casa. Lo peor que antes vivía sola en toda la casa y ahora se mudó una pareja. Días más tarde le confesé que me gustaba como mujer pese a la diferencia de edad a lo que me dijo que solo seamos amigos.

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