Sexo duro increíble con pareja casada

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Después de lo ocurrido en el garaje, mi mente no paraba de pensar en lo bien que me lo había pasado y no dejaba de pasarme imágenes de todos esos momentos de placer. Yo no quería volver a serle infiel a mi marido pero mi excitación por lo ocurrido y el deseo de saber que más me podía dar Luis me hizo llamarle para aceptar su invitación. Tras mucho pensármelo, marque su número de móvil y le llamé. Estuvimos hablando unos minutos, me preguntó por el coche, por mi estado después de aquel día y quedamos para el día siguiente en su casa.

Hacía frío ese día en la calle por lo que decidí vestirme bien abrigada. Llegué a su casa, un edificio con 6 alturas. El vivía en el 4º. Llamé a la puerta y para mi sorpresa, abrió una chica alta y morena con una amplia sonrisa. Pensé que me había equivocado y me disculpé, a lo cual ella se rió y me pidió que pasara.

Ya dentro de casa me invitó a sentarme en el sofá y me sirvió un café. Fue cuando me explico todo. Se llamaba María y era la mujer de Luis (yo desconocía que tenía mujer) y por lo visto, les gustaba practicar sexo con otras personas. Ella era, como ya os he dicho antes, alta y con pelo negro, el cual hacía resaltar sus ojos verdes y su tez blanca. Me llamó mucho la atención sus largas y carnosas piernas. Tiene caderas anchas, culo ancho pero plano y unos pechos preciosos, una talla 100 más o menos. Iba vestida con una bata de estar por casa que dejaba al descubierto, a cada paso que daba, sus largas y blancas piernas.

Después de conversar un rato, Luis abrió la puerta de la calle y entró en la habitación. Se acercó a su mujer la dio un beso y se dirigió hacia mi. Me agarró de la cintura y me beso en la boca. Se sirvió un vaso de coñac y se sentó en frente del sofá donde yo estaba sentada. María se acercó a él y dándome la espalda se soltó el cinturón de la bata y dejó que ésta cayera resbalando por su precioso cuerpo. Quedó totalmente desnuda y desde la posición mía, pude ver un cuerpo alto y muy blanco con un culo un poco caído y plano.

Luis se levantó y bajándose la cremallera le ofreció su gruesa polla. María la agarró con fuerza y comenzó a chupársela mientras Luis se desvestía. Después de un rato de sexo oral, María se dio la vuelta y se dirigió hacia mí con una sonrisa en su boca. Se arrodillo en frente mío y me hizo levantar. Una vez levantada me desabrochó el pantalón y me lo bajo, dejando al descubierto mis braguitas blancas. Siguió con éstas, luego con la chaqueta, para acabar con mi sujetador. Me dio un empujón y me tiró contra el sofá. Se inclino y comenzó a lamerme el coño. Nunca había estado con una mujer y al principio me resultó raro pero al cabo de un rato cerré los ojos y me dejé llevar.

Yo ya estaba muy caliente gracias a la juguetona lengua de María cuando abrí los ojos y pude ver que Luis estaba follándose a su mujer por detrás. Esta gemía de placer en cada embestida y el aliento que desprendía en sus gemidos llegaba a mi coñito ya húmedo haciéndome enloquecer cada vez más.

Luis se apartó de detrás de su mujer y haciéndole una señal, ésta se subió al sofá y puso su depilado pero jugoso coño en mi cara. ¡Chúpalo! Me dijo.

Me dio asco pero accedí. El sabor era extraño pero a la vez agradable. Oía gritar de placer a María cada vez que movía mi lengua y eso me excitaba mucho hasta que Luis, sin previo aviso, me agarró de las piernas, me las levantó y comenzó a follar mi húmedo coñito. Sus embestidas eran fuertes, las cuales me hacían recorrer todo el coño de María con mi lengua., ésta no tardó en correrse en mi cara soltando un pequeño líquido espeso que cayó en mi boca. Yo no tardé mucho más en correrme también soltando unos gritos que seguro oyeron todos los vecinos. Luis siguió un rato follándome hasta que sacó su polla de mi caliente coño y se la clavo a su mujer en la boca, eyaculando dentro de ella. Después de que María le limpio su semen con su lengua, se acercó a mí y me traspaso todo éste para que yo me lo tragase, cosa que hice no sin antes darle un beso con lengua a ella.

Desde este día suelo alternar mis citas con hombres y con mujeres, y la verdad, no sé cual me gustan más de los dos, eso si, hago caso a Luis en todo lo que me dice, ya que es éste el que me consigue todas las citas.

En mi siguiente relato les contaré como fue la siguiente experiencia con una tía de Luis de unos 50 años.

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