Mi ardiente y cibernético amante (V)

📋 Lecturas: ️
⏰ Tiempo estimado de lectura: min.

Karla salió de la casa en su auto. Juan Carlos se sentó a su lado y disfrutó de su belleza mientras esta manejaba. Realmente lo era. Tenía tanto de su madre. Sus ojos eran grandes, su cabello castaño,
glúteos bien formados, piernas largas. Su boca, ahora que lo notaba más, parecía la perfección viva. De cuello largo como bien decía María Jesús. Llegaron a casa en San Borja pasadas las ochos de la noche. Karla activo el control remoto para abrir la cochera. Ingresaron y luego cerraron los portones de metal. Juan Carlos era la primera vez que ingresaba. Se admiró de lo que veía. Karla lo tomó de la mano sonriente y lo dirigió a una de las salas del segundo piso. Le dio un beso en los labios y le dijo: “Ponte cómodo cariño, veré cómo está todo por acá y luego te acompaño, si?”.

Juan Carlos recordó como María Jesús le había descrito su vivienda. Resultó más bella que la narración pero sus palabras fueron las correctas. María Jesús. La recordó. Era un manjar de mujer y ahora lo sería también Karla. Esta última era casi de su misma edad por lo que pensó conocería los hábitos de la juventud actual. Se quitó el saco y lo colgó en una silla. Juan Carlos se sentía anonadado con todo lo que veía. Su mundo era completamente distinto a este. Todo era nuevo para el. Los hábitos, las comidas, la vajilla, las costumbres, el trato entre ellos, el trato tan tierno que le dieron las chicas a las empleadas, la ropa que se ponían. Le resultaba casi incomprensible el entender como todas las amigas siendo doblemente profesionales todas podían disfrutar del sexo tanto como el lo soñó algún día. Ahí estaba con sus pensamientos hasta que ingresó una empleada con uniforme que le obsequió una sonrisa diciéndole: “Señor Juan Carlos? Buenas Noches. Sírvase por favor.” Y le ofreció una copa de coñac. “La señorita Karla lo acompañará dentro de unos momentos. Le pide que por favor se sienta cómodo. Cualquier cosa le agradeceré me lo haga saber. Estaré en el cuarto de a lado”.

Juan Carlos tomó la copa que le ofrecían y se sentó a esperar. Era maravillosa esa casa. Sorbió algo de coñac y le supo raro su sabor. Nunca lo había probado. Qué afortunados eran, su hábitat era distinto a este. Totalmente distinto. Ahí se tenía que trabajar duro para lograr algo que no se compararía en nada con lo que ahora veía. Admiró más aún a María Jesús por haber logrado todo esto y a Karla, por estar logrando el camino que su madre y amigas iniciaron en su momento. Supo por las chicas que fue duro el trajín al inicio y que sus logros habían sido planificados cuidadosamente y puestos en ejecución con estudio, dedicación, honradez y trabajo. No mentían jamás. Eso era algo que en su medio era raro.

Media hora después, mientras admiraba unas vasijas de cerámica sintió unos pasos en la parte superior de la escalera de caracol y alzo la vista. Karla apareció radiante. Se había puesto una bata larga de una tela ligera que desconoció. Ceñida al cuerpo con un lazo en la cintura esta se mostraba en todo su esplendor. Unas sandalias del mismo color de la bata. Mientras bajaba ambos se miraron fijamente. Karla estaba deliciosa. Se aproximó a él y lo tomó de la mano nuevamente invitándolo a recorrer la casa. Mientras lo hacía JC admiraba más la belleza que se movía a su lado. Las cosas que veía pasaron a un segundo lugar. El perfume que emanaba de su cuerpo le excitaba todo su ser. Presionó fuertemente la mano de Karla. Esta sintió la presión y sonrió. Cada sonrisa era una caricia, cada paso que daba a su lado le hacía sentir el hombre mas afortunado de la Tierra. De pronto Karla se detuvo. Estaban en un lugar que le dijo era uno de los cuartos de huéspedes. Juan Carlos ingresó llevando casi a rastras a Karla. La tomó de la cintura y la besó con pasión. Sus labios se encontraron y sus lenguas se coronaron en una. Las manos de Juan Carlos acariciaron, con delicadeza al principio y fuertemente después, los glúteos de su amante. Poco a poco fue quitándole la bata hasta que estuvo completamente desnuda. El aroma de su cuerpo embriagaba la mente de JC. Karla con la sonrisa en los labios y con la mirada fija en sus ojos, sin decir palabra alguna, le quitó la camisa, acaricio el pecho que se le presentaba, beso los pezones de su amante. Luego con delicadeza le sacó el pantalón dejándolo tirado en el piso. Al mismo tiempo observaba como el pene de JC se manifestaba a través de su ropa interior. Inmenso. Tomó a JC de los hombros y lo beso nuevamente jugando con su lengua al mismo tiempo que lo acariciaba. Pegó su cuerpo en el de JC y sintió ese miembro vibrar. Su vagina lo llamaba a gritos pero prefirió esperar el momento preciso para encontrarlo. La cama de huéspedes estaba cubierta con un edredón color marrón, alfombras en los pies, las lámparas de las mesas de noche estaban encendidas como si hubieran sido preparados para la ocasión. Supo después que fue así. Karla llevo a su amante al borde de la cama y se echo en ella con elegancia adoptando la pose más sexy que se pudiera brindar al ser amado. JC miraba con los ojos saltones cada uno de esos movimientos. Lo deslumbraban. Le decían todo sin decir nada. Solo buscaban su placer.

En un momento Karla tuvo a JC a su lado. Este inicio sus caricias en las piernas. Suavemente paso sus manos por ellas como tratando de memorizar cada uno de las curvas que encontraba. Sus muslos eran una delicia. Karla cerró los ojos cuando le abrió las piernas para acariciar su muslo interior. Sus labios fueron en busca de los sabores escondidos de la preciosa diva que tenia delante. Beso las piernas y muslos. Se deleitó luego con la entrepierna y acarició al mismo tiempo esos glúteos que pedían amor a gritos. Karla susurró su nombre y tocó su cabeza con cariño presionando para que los besos se prolongaran en esa zona. JC encontró esa cuevita llena de líquidos. Su lengua jugaba y buscaba beber de ellos. Sus labios succionaban esos otros labios carnosos, dulces. Su lengua ingresó una y mil veces. Karla gemía tiernamente. JC tomó sus glúteos y los acarició más. Sus dedos hurgaban ya por ese agujero oculto. Al encontrarlo lubricado se le facilitaron las cosas. Introdujo un dedo logrando que Karla gimiera profundamente. Ahora jugaba por dos lados. Sus labios estaban trabajando a cien por hora mientras que sus dedos le provocaban a Karla más contracciones agradables. Otro dedo se introdujo en ese potito delicioso. Gemidos. Placer. Un tercer dedo fue el detonante para que Karla sintiera su primer orgasmo fuerte. Ya había sentido otros pequeños deliciosos. Pero este fue increíble. JC sintió en sus labios como esos jugos salían de su vagina y los bebió con gusto. Saboreo con su lengua cada gota que le brindaba su amante mientras la llenaba de caricias con una mano y con la otra introducía y sacaba esos tres dedos mágicos. Al mismo tiempo JC giró su cuerpo para presentar su miembro totalmente erecto ante los ojos de Karla. Todavía había que quitar la ropa interior de JC y esta procedió con esmero y paciencia a ello. Saltó ese miembro divino y Karla lo tomo con las manos para luego llevarlo a su boca y besarlo con placer y deleite. Una armónica hubiera merecido ese tratamiento. Las notas de amor que salían de esos besos a lo largo del miembro de JC provocaron en este el placer buscado. Karla besaba y chupaba su miembro por los lados y de cuando en cuando introducía el miembro en su boca. Era inmenso y no podía meterlo todo por lo que procedió a chuparlo al mismo tiempo para poder lubricarlo y profundizar aun más ese acto. Ella se sentía en las nubes al sentir la lengua de JC metida toda en su vagina y sentirla moverse de un sitio a otro mientras tragaba sus jugos que salían a raudales. Al mismo tiempo se entusiasmaba al tener ese hermoso muñeco dentro de su boca. JC no aguantó más y también le brindo sus jugos. Karla sintió como múltiples chorritos llenaban su boca. Jugos de su amante que bebió agradecida. El muñeco parecía luego querer descansar pero Karla prosiguió con sus besos y succionadas.

JC se detuvo para acariciarle los senos. Eran suaves, duros y respingados. Grandes y hermosos. Los chupó luego de alcanzarlos con la boca. Besó luego los hombros de Karla, su cuello, sus hombros mientras que ésta se limitaba a cerrar los ojos y gemir deliciosamente. Esos gemidos alocaban a JC. Sus bocas se unieron nuevamente y ambos tomaron sus rostros acariciándolos. JC sentía entre sus piernas como su muñeco se contactaba con la vagina de Karla. Poco a poco los besos dieron paso al juego de introducción hasta que Karla sintió como el muñeco se introducía en ella con lentitud mientras sus labios nuevamente se encontraban. JC estaba encima de ella y se movía rítmicamente. El mete y saca tan conocido resultaba agradable para ambos. Sus manos acariciaban cada célula que encontraba. Las piernas de Karla le propinaron un “abrazo” a fin de presionar sus glúteos contra su vagina buscando mayor penetración. JC se detuvo y en un movimiento ágil puso a Karla encima de el. Esta se arrodilló encima de ese miembro nuevamente erecto sintiéndolo muy dentro. Sus músculos interiores empezaron a presionar y moverse, como succionando y buscando mas jugos de su amante. Al mismo tiempo subía y bajaba su cuerpo jugando. El ritmo fue creciendo en ambos hasta que Karla sintió como el mundo vibraba con ella.. Su cuerpo convulsionó arqueándose hacia atrás e introduciendo así mayormente ese rico miembro. Gimió y volvió a descargar sus jugos dejando en el ambiente el aroma que gustaba a JC. Momentos después volvió a gritar al sentir los jugos de JC salir a borbotones dentro de ella provocando su placer al máximo. Ambos se abrazaron con fuerza, se besaron, sonrieron, jugaron nuevamente con sus manos acariciándose. Era un momento feliz y ampliamente deseado. Se encontraban en la edad adecuada como para sostener este tipo de acometidas una y otra vez sin cansarse. Ella ahora conocía más de su JC y este más de ella. Ambos habían buscado los puntos más sensibles y los habían hallado. El relajamiento que vino luego fue delicioso y lo aprovecharon manteniéndose unidos, besándose y contándose sus cosas.

Karla en un momento se separó de JC y poniendo sus codos en la cama le oía contar su vida y peripecias en el Ministerio donde trabajaba. Levantó el auricular del teléfono y ordenó a una empleada que trajera algo de comer y un poco de vino. Mientras conversaban ambos, sus cuerpos se relajaban más y más. Pero disfrutaron de cada segundo pues se oían risas, besos. Las caricias no se dejaban de lado. JC escuchó llegar a la empleada y trató de cubrirse con el edredón. “No te preocupes”, le dijo Karla. “Es amiga mía fuera de mi empleada. Su nombre es Marieta y lleva ya más de 10 años con nosotras. Es como de la familia. Verdad Marieta”, le dijo con una sonrisa. Marieta llevaba un carrito rodante con las bebidas y alimentos que Karla solicitara. Tenía 30 años, su cuerpo estaba bien formado. Portaba una minifalda y una blusa que permitía ver un escote bajo y unos senos grandes redondos y firmes. Pelo negro ondulado, Tendría 1.65 de talla más o menos. JC la vio y supo que, al igual que Patricia en casa de Marie, ésta también era conocedora de los secretos más profundos de ambas mujeres en casa. Marieta brindó una coqueta sonrisa a JC mientras le alcanzaba la bandeja con bocaditos para que escogiera. Karla lo miraba también con una sonrisa. “He sido la ganadora de la ruleta”, dijo, “pero tu eres el ganador de mi cuerpo y de mi noche”. Siguieron conversando mientras Marieta se retiraba mirando coquetamente a su jefa y amiga. JC estaba como en las nubes. Comieron y bebieron una botella de vino entre ambos. Para Karla eso no era problema. Pero JC si los tenía. Su cabeza empezó a girar. Veía a Karla más lejos cada vez. Su imagen se acercaba y se alejaba y para su asombro daba vueltas. Karla lo motivaba dándole de comer un poco. Al verlo algo delicado llamó nuevamente a Marieta y le solicitó un vaso con unas pastillas que se disolvían en agua con efecto efervescente. Bueno para la resaca. Marieta trajo lo solicitado y preparó el brebaje. JC lo tomó casi de un sorbo mirando a Karla y diciéndole que disculpara el bochorno pero que la bebida le caía mal. Karla ya sabia eso pues Maria Jesús les contó en detalle esa noche de placer en el hotel y el problema de JC con la bebida. JC miraba de reojo a Karla. Se acercó a ella y puso su cabeza en sus pechos. Los sintió ardientes, deseosos. En un momento JC se reclinó y descanso su cabeza en el vientre de Karla. La noche había sido agotadora para el…. Y se durmió.

Marieta, que había presenciado todo, se rió de lo acontecido. Karla la acompañó en esas risas acariciando el cabello de su amante. “Necesito ir al baño”, le dijo a Marieta. “Por favor. Te importaría quedarte con el por un momento?”. Marieta aceptó gustosa. Se sentó a su lado y vio como su amiga se levantaba colocando la cabeza de JC en la cama a pocos centímetros de ella. Karla tenía un cuerpo bellísimo. Al caminar hacia el baño Marieta la observó e imaginó como ese cuerpo se había sentido con las caricias de JC. Había escuchado sus gemidos de placer pues estaba en la habitación de al lado. Entre ellas no hubo nunca secretos ni puertas cerradas. La vio caminar y perdió su figura al entrar esta al baño. JC dormía como un niño. Pero, en un momento, medio dormido se percató de que estaba en la cama y no en el vientre de Karla; y viendo a Marieta sentada a su lado pensó que era la primera. Tomó de la cintura a Marieta y la jaló hacia si besándola. Marieta se sorprendió por ello pues pasó todo rápido. El beso llevo a caricias y JC al parecer se sorprendió al ver a “Karla” vestida nuevamente. Sus manos hurgaban entre las piernas de Marieta y al estar tratando ella de retirarlas salió Karla del baño y vio lo que pasaba. Marieta le dijo que JC pensaba que era ella y que había despertado jalándola y deseando acariciarla. Rieron ambas de la situación tan especial que se presentara.

Karla vio a su amante como urgía con sus manos y buscaba sus arcanos para gozar nuevamente de ellos. Lo hacia medio dormido y en un estado casi involuntario. Sus ojos permanecían cerrados. Karla se acercó a Marieta y le dijo: “Amiga. Te importaría compartir conmigo a este bombón? No creo que dure mucho pues ha sido una noche larga para el, pero en la madrugada podremos verlo en todo su esplendor. Te parece?”. Marieta la miró y sonrió diciéndole: “Y si despierta y sabe que no eres tu la que esta en la cama. No crees que se moleste?” “No amiga. Cuando se despierte será otro día y el sentirá en las nubes y podremos hacerle ambas comprender el porque de lo que suceda”.Marieta entusiasmada aceptó. Karla inmediatamente procedió a quitarle la blusa sin que JC se enterara de lo que pasaba. El sostén salió luego dejando ver unos senos hermosos. Más grandes que los de Karla pero tan bellos como los de ella. Con algo de dificultad retiró Karla la falda de Marieta, luego su ropa interior. Hasta que la dejó totalmente desnuda en los brazos de JC. Este luego de su abrupto despertar se había vuelto a dormir pero permanecía con la cabeza en las piernas de Marieta. Karla sonrió y le dijo a su amiga que si deseaba cualquier cosa la llamara. Ahora los papeles se invertirían entre ambas amigas. Cuando salía Marieta le dijo: “Karla. Quédate por favor. Me agradaría pasar lo que voy a pasar estando tu presente. Me sentiré más tranquila y segura. Además cuando no sepa que hacer ante algo en especial siempre te tendré cerca para preguntarte. Te parece?”. Karla la miró y la vio hermosa pero algo atemorizada. Así que se quedó acomodándose en el sofá de la habitación mientras veía a la pareja en la cama.

A las 2 de la mañana JC despertó somnoliento aún. Vio a su pareja a su lado, dormida, dándole la espalda. La acaricio y beso en sus hombros. Solo oyó un gemido dulce. Sus manos acariciaron esos glúteos firmes sintiéndolos suaves. Introdujo dos dedos en ese potito que se le presentaba deseable. Sintió más gemidos de parte de su compañera. Marieta se encontró de pronto en manos de JC, literalmente. Despertó con esas caricias pero no dijo nada, solo se sentía a gusto y disfrutaba cada minuto con JC. Este acercó sus labios a los de ella y la besó. Su lengua se vio acosada por la de el y se pregunto que estaría pensando su amiga Karla. Estaría dormida? JC bajó a besarle sus pechos mientras acariciaba esas caderas hermosas y su pene buscaba su destino. Marieta lo ayudó colocándolo con la mano en la entrada para luego ella misma moverse hacia delante introduciendo ese vigoroso miembro muy dentro. No había tenido sexo desde hacía once meses, desde que su novio la dejó por otra. Así que la oportunidad que se le presentaba no quiso desperdiciarla. Apretó contra su pecho a JC para que la penetración fuese mayor y empezó a moverse con ritmo, lentamente en círculos y al mismo tiempo de arriba abajo. JC gozaba como joven que era. Marieta de improviso volteó a JC quedando encima de el. Subió sus rodillas al lado del pecho de su ahora amante sin dejar de sentir ese miembro muy dentro de el, Aprovecho su peso para sentirlo mas al fondo. Ahora encima sus movimientos eran de sube y baja. Uno tan endiablado que hizo que JC gritara de gozo. Este tomo los pechos de Marieta con las manos y los presionó firmemente notando como el placer de sus caricias eran bien recibidas por ella. Tomó su cara y la acercó a sus labios para besarla nuevamente con pasión. En un momento Marieta convulsionó y sintió otro orgasmo delicioso. JC la tomó de los glúteos y ayuda que sus movimientos fuesen más rítmicos. Fueron minutos de esplendor, deleite, gozo infinito que llevaron a los amantes a múltiples orgasmos. Los gritos de ambos no se hicieron esperar. Los jugos se confundieron en uno y la pareja se sintió en las nubes. Marieta prosiguió ahora lentamente con sus movimientos. De pronto una sombra se acercó por detrás de la cabeza de JC. Era Karla. Los gritos de pasión la habían despertado y se acercó a participar de los placeres que veía. Con las luces de la habitación contigua Marieta pudo ver como Karla le pedía poniendo un dedo en su boca que conservar silencio. Estaba desnuda y al verla así Marieta se sintió estupendamente bien. Karla se aproximó a la boca de JC y lo beso. Este sintió esos labios como buscaban los suyos. Esa lengua como se juntaba con la suya y se removía con fuerza dentro de el. Al mismo tiempo sintió como su miembro crecía nuevamente ante la euforia de Marieta. Aunque no sabia aún qué pasaba. Karla se puso de pie de pronto y se aproximó con las piernas abiertas para colocarse encima de la cara de JC. Lentamente, tomándose de los hombros de Marieta, procedió a descender su pelvis encima de la cara de JC, buscando su boca.

Un momento después JC sintió la vagina de Karla, sintió sus jugos, su aroma. Introdujo su lengua profundamente sintiendo como Karla emitía unos grititos de placer. Esta no se pudo sostener mucho por la posición forzada que tenía así que tomó de las manos a Marieta para no caerse de lado. Su vagina empezó a vibrar, sus músculos interiores le decían a JC que lo deseaba adentro. Marieta seguía moviéndose con lentitud hasta que su cuerpo le dijo que estaba a punto de otro orgasmo. Se movió como loca presionando las manos de Karla. Esta al sentir lo que pasaba se sentó literalmente en la boca de JC sintiendo su lengua muy dentro de ella y cerrando los músculos de su vagina. Ambas mujeres sintieron el orgasmo al mismo tiempo. JC soltó lo suyo segundos después. Karla dejó esa posición incomoda pero de delicia para echarse al lado de JC. Este al sentir ese movimiento abrió los ojos, con ambas manos tocó a Karla para luego hacer lo mismo con Marieta. Las luces de la mesa de noche se encendieron de pronto para sorprender a JC con la visión de dos mujeres a su lado.
Karla le tomó la cara y lo beso. Le explicó lo que había pasado desde que el vino hiciera estragos en él. JC miró a Marieta tomo su rostro y la beso en la boca dulcemente.

Marieta estaba feliz y Karla notó esa felicidad de su amiga y empleada. La tomó de una mano y re recostaron una a cada lado de JC. Sintieron sus brazos, acariciaron su cuerpo, se deleitaron con su pene que crecía nuevamente. Lo besaron. Lo amaron toda la noche de muchas maneras. De pronto sonó el timbre del teléfono…

Continuara……..

Escriban sus comentarios a:
[email protected]

Compartir en tus redes!!