Mi hijo me comió el culo y me gusto muchisimo

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Ya había publicado un relato que trató sobre la primera vez que mi hijo que me dió una buena cogida. Este es mi segundo relato. No pensé en publicar esto, pero mis ganas de comprartirlo no pude negarlas.

Esto que les contaré pasó hace unas dos semanas si no me equivoco. Fue sabado.  Afortunadamente era mi día de descanso. Mi esposo llegaba hoy de su viaje de costumbre. Así que me decidí hacerle una comida de bienvenida. Tenía ya preparada una crema de champiñones, spaghetti con albóndigas, y sólo me faltaba comprar arrachera y preparar una ensalada.

– Jorge!!! Llamé a mi hijo.

– ¿que pasó?

– necesito que vallas a comprar un kilo de arrachera y unas zanahorias, tomate, lechuga, cebolla y un pepino.

– es mucho, ¿no?

– me vas a hacer ese favor, ¿si o no?, le pregunté seria.

– tranquila, ahora regreso.

En lo que fue de compras, saqué una botella de vino para relajarme un poco. Miré el reloj. Las 12:00 pm. El llega a las 3 pm. Aún faltaba, pero no quería que me sorprendiera haciendo su comida.

– llegué. Avisaba Jorge.

– que bueno, pensé que te ganaría tu papá.

– jaja ni queriendo.

– lavame las verduras y pasamelas, le pedí.

Al hacerlo, se acercó y dejó todo a un lado de mí.

Se apartó. Pensé que se iría, pero no lo hizo. Se paró detrás de mí, como la vez pasada, y me tomó de la cintura. Dios, tener sus manos largas en mi cintura me hizo derretirme. Años que no me tomaban así. Acercó su rostro a mi cuello, diciendome:

– hueles muy rico, mamita.

– no hijo, ahora no, y menos ahorita.

– ¿porque no?

– estoy algo ocupada y limitada de tiempo.

– vamos, un ratito. Verás que se pasará rapido.

– dejame terminar, porfavor.

– veo que tomaste unos tragos, seguro ya te sientes ebria.

– no, como crees, contesté, mintiendole.

– andale, estás bien rica. Me encanta verte con pantalones ajustados. Hacen que te veas bien buena con el culo bien parado.

Sus palabras, me excitaban.

– jaja ya calmate, le decía riendo.

– solo decirte lo que pienso, se me alarga la verga. La tenga ya parada y lista para tí mami.

– ya, no sigas. No es el momento.

Quería que ya no dijera nada. Me estaba incitando a dejar aún lado la comida.

De pronto, plantó su mano derecha en la entrepierna. A pesar de que estaba vestida, la sensación de tener su mano en la parte de mi vagina me calentó un poco. Me sobaba muy lentamente.

– jorge…espera…

– se que te gusta, déjate acariciar.

No podía negarlo, me estaba excitando ya desde un principio.

Subió su mano y empezó a desabrocharme el pantalón. Bajó mi cierre y si, bajó tan rápido como pudo mi pantalón hasta mis rodillas.

– mirate, tienes unas lindas piernas. Blancas, bien cuidadas. Tonificadas. Y tu culo ni se diga, la última vez que te lo probé, me encantó.

No sabía que hacer. Tomé el cuchillo y empecé a cortar la zanahoria.

– para hijo, ahora que lo pienso. Esto no debe seguir. Eres mi hijo y pues…no. Debemos acabar con esto.

– claro que no, contestó con una voz dominante y em dió una fuerte azote en mi culo.

– Aaahhh!!! Jorge!!! No, que si duele!!

Me sobé mi trasero.

– aguantate, si vas a terminar por pedirme que te de más golpes cuando te meta mi verga.

Sus palabras me excitaban, con sólo recordar lo que hicimos en mi recamara.

Tomó el resorte de mi calzón y me lo levantó de modo que la parte que me tapaba bien mi culo, se me metiera entre mis nalgas.

Al hacerlo mordí mis labios. Sentía como si tuviera puesto una mini tanga.

– jorge!!! Hijo!!! Decía yo.

– ¿que pasa mamita?, me encanta tu culito. Lo tienes bien paradito. Cuidarte te te a puesto bien rica. Seguro que los pendejos de tu trabajo desean darte una buena cogida.

– no lo dudes, contesté con un tono suave. – mala suerte para ellos.

Pegó su cuerpo a mí.

– siente, la tengo bien parada y dura.

– sii…me gusta. ¿te excito mucho?

– demasiado, me gustaría metertela bien hasta adentro.

– sii, que rico. Me gusta que digas eso. Me excita.

– ¿te gusta esto?, me preguntó resbalando su mano en mi vagina. Tener mi calzón metido entre mis pliegues hacía que sintiera bien sus dedos sobre ellos.

Su mano cubria toda mi rajita.

– sigue, tocame más.

Bajó mi telita desnudando toda mi humeda zona.

– mira, mamá. Tienes una vagina bien rica. Se me antojó lamertela. Meterte toda mi lengua.

– mmmm!! Que rico!!

Tomó mi culo y me lo abrió. Separaba mis dos nalgas de modo que se asomara mi ano. Me las levantaba.

– ¡Dios! Estás bien buena. Me encanta tu culo, mamá.

– ¿si?, me gusta como me tomas.

De repente, sin decirme, me soltó un leve golpe en mi culito, haciéndolo temblar.

– sii!! Que rico!! Golpeame el culo, andale, me gusta.

– ¿porque no mejor te doy una buena mamada?, me preguntó con una voz excitada.

– hazme lo que quieras, respondí.

Me besó el cuello. Me abrazaba y acariciaba con sus dedos mis pliegues. Sentía muy rico. Metió un dedo entre mis delgados pliegues.

– siente, mamita.

– sigue, frotame.

Comenzó a rascarme el clítoris con la punta de su dedo muy lentamente.

– sii!!! Que rico!!

– estás húmeda.

Sus caricias eran muy excitantes. Me frotaba en forma de circulo en mi clítoris.

– Aaahhh!!! Que bien se siente, dije retorciendome.

Cerraba inconcientemente mis piernas de lo excitada que me ponía.

– siento mi dedo mojado, mamá. Ten, prueba. Me dijo separando su mano de mi vagina llevando sus dedos a mi boca.

Estaba tan caliente que me excito muchisimo que hiciera eso.

Abrí mi boquita y agarré su mano para lamer sus dedos bañados del sabor de mi vagina.

– mmmm, saben ácidos, pero ricos.

– que linda te vez, mamá. Chupalos.

Sacó los dedos de mi boca y se los metió a su boca.

– ¿a que te saben?, le pregunté.

– ricos. Me saben sabrosos mamita.

Se agachó y me abrió el culo.

– que rico lo tienes. Se me antoja chuparte todo el culo.

– que sucio, corazón. No, no lo hagas.

– eso dices, pero se que te gustaría.

Decía la verdad. Estaba tan excitada que dejaría que me lo chupara. Y eso hizo. Olió mi culo.

– huele bien rico tu ano, mamita.

– no hables y sólo sigue

Sus manos cubrían todo mi trasero blanco. Me lo abría y me lo cerraba.

Miré hacia atrás para verlo. Y justo en ese momento me dio una rica lamida.

– rayos!!! Hazlo otra vez!!

Abrió bien mi trasero y empezó a lenguetear mi ano.

– sii!!! Así!!! Cometelo!!!

– si mamita!!! Que rico!!!

Que sucia era yo. Dejaba que mi hijo me lamiera el culo.

Acariciaba mi hoyo con su lengua. Podía sentir mi culo húmedo de su rica saliva.

Me lengueteaba muy sabroso.

– ¡Dios! Mamá, me encantas.

– si, me encantas, me excitas.

Al tener mi ano húmedo me metió un de sus dedos.

– Aaahhh!!!! Rayos!!!! Metemelo!!!

– me gusta verte así. Haces que se me enduresca mi verga.

– que rico, si!!! Metemela!!!

– espera!!! Ahorita!!!

Me sacó su dedo y se lo chupó.

– que rico sabe, mamita.

– hijo!! No!!! No hagas eso!!! Sabe sucio!!!

– claro que no mamá, sabe muy rico!!

Sentía mi ano dilatado.

Escupió mi anito y me introdució dos dedos. Abriendome más el culo.

– Aaahhh!!! Puta madre, me duele!!!

– tranquila, mamita.

Tener sus dedos dentro de mí, me ardía. Ni porqué lo tenía lubricado de su rica saliva, no evitaba que me doliera.

Apreté el cuchillo y cerré mi otra mano formando un puño.

Sus dedos me daban vueltas de izquierda a derecha y viceversa. Se levantó y me dió un beso en la mejilla.

– me encanta meterte mis dedos en tu sucio culo, mamita.

– lo sé, pero sacamelos, le contestaba con una voz cansada.

Los retiró diciendome:

– dios, mamá!!! Te dejé el hoyo más abiertote.

– si, lo siento. Meteme tu verga, le pedía mientras me penetraba el ano con el índice.

– eres una puta cerda, ¿sabías?. Veo ya te gustó.

Se agachó de nuevo y tomó mi culo. Me lo abrió y me metió su lengua en el ano.

– que rico y sucio!!! Metemela toda!!!anda!!! Le decía poniendo mi mano sobre su cabeza evitando que se apartara de mi culito.

– sabes bien rica, mamita. Tienes un culo hermoso.

– si bebé!!! Que rico me lo chupas!!!

¡Dios! Nunca imaginé que fuera tan perversa y sucia. Dejaba que mi hijo me comiera el culo.

– huele bien, te lo lamería todo ep tiempo.

Sus palabras me envolvían de lujuria y perversidad. Sin duda era algo que no podía evitar.

– cojete a tu mamita, hijo. Vamos!! Meteme tu larga verga.

– si, mamita, lo que tu digas!!

Se levantó y me metió de un golpe todo su largo dedo en mi ano.

– Aaahhh!!!! Rayos!!! Gemí.

– ¿que sientes, mamita?, acaso no te encanta lo que te hago?

– si, mi vida!!! Me encanta lo que haces conmigo!!!

– te vez muy linda así!!! Con mi dedo en tu rico culo!!!

– si, me gusta que me lo metas.

– y ahorita te gustara más.

– ¿porque lo dices?, pregunté.

Sin responderme, metió su punta en mi culito.

– si!!! Metela!!! Llename de tu verga!!!

– que bien te escuchas, me pregunto si así eres con papá.

– para nada, él no se atrevería a hacer lo que tu me haces.

– cierto, es un inútil, decía con una voz dominante y sexy.

– si, es un completo estupido!!!

– si, ¿y porque le haces de comer?

– no se, por estupida, también.

– no, tu eres una maldita ramera, a la que le gusta ser sucia.

– ven, besame, le dije tomando su rostro para hacercarlo a mi cara y poder probar sus labios.

Justo en ese momento me penetró con fuerza.

– Aaahhh!!!! Dios!!!! Siii!!!! Que rico!!!

– que rico te estoy cogiendo!!!

Tener su miembro bien a dentro me volvía loca. Sentía todo su cachote bien adentro.

– espero que no me ensucies de tu mierda, mamita, sino tendré que darte unos buenos golpes.

– descuida, mi vida, no soy tan sucia como parece. Acercate más y cogeme con fuerza.

– ¿eso quieresn hermosa?

– si, que más quisiera.

Colocó sus manos en mi cintura y me retiro un poco su miembro. Sentir resbalarse dentro de mí, era una sensación fenomenal. Sin sacarlo se pegó con fuerza a mí. Penetrandome con ganas.

– Aaahhh!!!! Siiii!!!! Así bebé!!!! Más!!!!

Repitió el movimiento dos veces seguidas.

– Dios mío!!!! Que rico me lo metes!!!

– que bueno que te gusta, mamita.

– besame otra vez, lengueteame la boca como lo hiciste con mi culo.

– tus palabras y tu voz me excitan tanto, enserio.

Me plantó sus labios y metió su lengua en mi boca. Lo hizo como me lamió el culo.

En ese instante me cubrio de nuevo mi rajita con su larga mano y me empezó a mastrubar el clitoris con sus dedos.

– mmmm Aaahhh!!!

Metí mis manos a mi blusa y tomé mis pechos. Los tenía duros, mis puntas estaban bien paradas. Me las pellizqué.

– quitate la blusa, quiero verte las tetas.

– si, lo que tu digas, mi amor.

Saqué mis manos y me quité tan rapido como pude mi blusa blanca.

Me desabrochó el sosten dejandolo caer.

– mira, sabrosos pechos, mami.

– ¿te gustan, mi vida?

– me encantan, se ven muy ricos.

Quitó su mano de mi vagina y tomó las puntas de mis pechos con sus dedos.

– tocame, jalamelas, le pedía.

Me apretó mis puntas como su quisiera exprimirlas.

– como desearía que te saliera un poco de lechita, mamita. Eso sería tan excitante.

Mordí mis labios.

– quiero que me metas tu verga en mi vagina. Quiero que me cogas por ahí.

– ven, dijo.

Retiró su verga de mi ano.

La sensación fue indescriptible.

Agarró una silla del comedor. Se sentó y me acercó a él. Su verga estaba muy parada. La tenía larga, de buen tamaño. No creía como eso pudo entrarme en el culo.

Sin decirle me inqué y le chupé la punta. Succioné y lengueteé.

– Aaahhh!!! Mamá!!!! Espera!!!!

– que rica la tienes, pequeño.

– lo haces muy sabroso mamá. Se nota que te la quieres comer toda.

– si, bebé. Me la tragaría toda completa.

– ¿a que te sabe?

– a mi sucio culo, mi amor. Quería probar que tal sabía.

– no puedo creer que seas una completa cerda.

– si, corazón, soy muy sucia. ¿acaso no te gusta?

– me encanta, mami. Ven, quiero cogerte.

Me paré frente a él, abriendo bien mis piernas. Separé mis pliegues para que me entrara su punta, y le dije:

– vamos jorge!!! Entierramela!!!

Me agarró de la cintura, y me sentó en él.

– Aaahhh!!! Mamá!!! Que rico!!!

– siii!!!! Que rico, bebé!!!!

– brinca, brinca, muevete!!!

– si mi amor, lo que tu quieras, le contesté excitadamente. En verdad que tener su verga bien adentro me volvia estúpidamente loca. La sensación era exquisitamente sabrosa.

Lo abracé del cuello, pegué su cara a mis tetas, empecé a brincar lentamente.

– Aaahhh!!! Siii!!!! Que rico!!! Que rico!!! Jadeaba con locura.

– te amo, mamá!!! Lo haces super bien!!! Siento como si me viniera dentor de ti mil veces!!!

– si, corazón!!! Que bueno que te gusta cogerme!!!

Me tomó mi culo y empezó a moverlo. Me columpiaba lentamente. Me entraba y me salía su verga riquisimo.

En ese momento me metió uno de sus dedos en mi rico ano.

– así, cariño!!! Metemelo!!! Que rico!!! 

– si!!! ¿Te gusta esto?

– si, pequeño!!! Me vuelves loca!!!

– sigue brincando, mamita. Quiero bañarte de mi semen.

– siii!!! Que rico sería eso!!!

Estuvimos durante 10 minutos así.

– mamá!!! Me quiero venir!!!

– hazlo bebé!!! Expulsame tu semen!!!

– ¿estás segura???

– muy segura, hermoso!!! Vamos!!! Hazlo!!! No temas!!! Te gustará hacerlo!!!

– siii!!! Está bien!!!

Me importaba muy poco si me bañaba de su pegajoso semen. La verdad quería que me llenara de él.

– siii!!! Ya casi!!! Mamita!!! Dios!!! Ya casi!!! Ya casi!!!

– si bebé!!! Hazlo!!! Vamos!!! Lo incitaba.

Empecé a columpiarme más rapido, quería que lo disfrutara.

– eso bebé!!! Vente!!! Vamos!!! Llename de tu lechita!!!

– Aaahhh!!!! Puta madre!!!! Dios!!! Siii!!!! Mamá!!!! Que rico!!!! Jadeó.

– abrazame!!! Tomame el culo!!!

Dios!!! Sentía caliente por dentro. Me expulso mucho semen.

– ¿cuando fue tu ultima vez, corazón?, le pregunté.

– hace una semana, ¿porqué?

– porqué expulsaste mucho, corazón.

– te tenía muchas ganas.

– jaja, no te creo, le respondí.

– ¿mamá, y Caro?

– fue a casa de un amigo a hacer tarea, ¿porqué?, le pregunté seria.

– no por nada, no quisiera que nos encontrara así.

– descuida, no lo hará.

No me convencía mucho su respuesta, pero no le di más importancia.

Y eso fue todo. Aún no a pasado nada más. Si gustan ver mi primer relato, solo chequen mi relato anterior mediante mi nombre, “Isabel”.

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