Como me transformé en la putita de un hombre maduro
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Yo soy un hombre mayor y con una vida ya hecha, en todos los sentidos. Estoy casado con una mujer, tuve hijas y nietos, etc. etc. cómo le pasa a mucha gente. Tuve una vida sexual muy activa tanto con varones como con mujeres. En relatos anteriores conté cómo fui desflorado a los once años por otro niño de la misma edad mientras practicábamos jueguitos y toqueteos con nuestros genitales y repentinamente mi amigo me penetró y me eyaculó casi sin que tuvieramos conciencia de lo que nos había sucedido. Eramos niños que recién asomábamos a nuestra sexualidad o genitalidad y para aquella época todo lo relacionado con el sexo era pecaminoso o culposo y no se hablaba ni comentaba con nuestros mayores.
Cuando mi amigo me desvirgó nos asustamos ambos y no se porqué, suspendimos los juegos sexuales y no volvimos a hablar del tema. Dos años después, nos volvimos a encontrar ya un poco más grandes y una tarde de verano después de jugar al fútbol tuvimos sexo en un baño del colegio donde mi amigo estudiaba.
Esta segunda relación fue diferente, con plenitud y de goce total por parte de ambos, ya no era un juego de niños, mi amigo me penetró bien a fondo y me culeó durante quince minutos más o menos, yo sentí enorme placer y ningún dolor ni molestia no obstante que habían pasado dos años desde que él mismo me desvirgó en ese juego genital de niños y en esos dos años nunca más tuve sexo con nadie ni varón ni mujer, sólo me mesturbaba en el baño de mi casa.
Después de esta relación sexual plena y placentera nunca más tuvimos sexo. Al poco tiempo con mi familia nos mudamos y nunca más supe de ese amigo mio, llamado Carlitos.
Cuando entré en la adolescencia seguía masturbandome y comencé a salir con chicas de mi edad, y mi debut heterosexual fue en un prostíbulo al cual me llevó un amigo mayor que yo. A todo esto yo siempre oculté mi relación gay con Carlitos a los once y a los trece años, era un secreto muy bien guardado por mi, aunque tuve relaciones sexuales con chicas de mi edad, siempre tenía la fantasía de volver a tener relaciones como gay como me había sucedido con Carlitos. Al crecer y ya siendo un muchachito, cuando estaba en el último año de la escuela secundaria, paralelamente estaba haciendo el curso de ingreso para la universidad. Para este curso debía viajar lejos de mi casa tres veces por semana y por el turno tarde y noche. En aquella época tuve un poco más de libertad de movimientos ya que yo vivía con mis padres y mis hermanos una mujer y un varón ambos mayores que yo, que eran muy controladores de mis actividades y mis horarios. Yo tenía dieciseis años y mi hermana tenía veinte, y debo confesar que sin proponérmelo, a veces la miraba con excitación cuando la veía en ropa interior por la casa pues era muy bonita y aunque intenté espiarla nunca pude verla desnuda. A esa altura de mi vida yo vivía como una revolución hormonal, me mesturbaba casi a diario,a escondidas compraba revistas tipo Playboy o Hustler y era muy mirón, incluso iba al natatorio de la universidad sólo a mirar y me excitaba con las chicas en traje de baño.
Esta revolución sexual que estaba viviendo fue en incremento y comencé a frecuentar baños públicos de estaciones de trenes y de ómnibus, incluso iba a los baños de un hospital que había cerca de mi casa donde se juntaban hombres mayores que exhibían y se miraban sus miembros disimuladamente. En una oportunidad yendo para la universidad, entré en los mingitorios de una estación de ómnibus de larga distancia y tuve mi primer contacto con un hombre mucho mayor que yo, el sujeto tendría unos cuarenta años, era alto y algo moreno tipo mestizo. Recuerdo que entramos en uno de los retretes y cerramos la puerta, yo estaba muerto de miedo pero muy excitado a la vez, no sabía qué iba a ocurrir entre nosotros. De pronto este hombre me empezó a tocar el miembro y me bajó la ropa, yo permanecía casi inmóvil por el miedo y la adrenalina, creí que me iba a penetrar, pero no, el hombre me empezó a masturbar y rápidamente tuve mi erección, sin bajarse la ropa se sentó en el sanitario y me hizo una fellatio, que para mi era la primera vez que me ocurría, en pocos minutos me llevó a una eyaculación completa en su boca, no hablamos ni una palabra, me sacó hasta la última gota. Por los nervios no me di cuenta si se tragó el semen o lo escupió. Estaba aterrorizado pues se sentía movimiento de gente que entraba y salía de ese baño público en los mingitorios. Nunca más lo vi a ese hombre y así como me hizo la fellatio también pudo haber ocurrido que el tipo me penetrara a mi pues yo estaba como omnubilado por el miedo y la excitación, pero eso no ocurrió.
Después de ese episodio comencé a frecuentar más seguido los baños públicos y ya no tenía tanto miedo, la mayoría de estos hombres sólo entraban a mironearse unos a otros y se exhibían los penes y algunos se masturbaban, por lo general eran hombres grandes, muy pocas veces vi adolescentes como yo. En una oportunidad, yo estaba volviendo de la universidad y entré en el baño de la estación de trenes, que era inmenso, con mingitorios y retretes con puertas. Me quedé un rato tocándome junto a otros que estaban haciendo lo mismo y de pronto se ubica muy cercano a mi un señor de baja estatura, cabello entrecano y alrededor de unos cincuenta años, no quitaba los ojos de mi pene que ya estaba recontra erecto. Yo pensé tener allí mi segunda fellatio con este hombre que seguía al lado mío, pero no encontraba la oportunidad pues el baño era un ir y venir de gente en forma permanente. Luego de estar allí cerca de quince minutos, yo decidí retirarme pues se estaba haciendo tarde para regresar a mi casa y mi familia se preocupaba cuando yo me demoraba. Al salir del baño y mientras caminaba por el pasillo, este hombre se me acerca y me pregunta si yo tenía un lugar para ir con el, yo le contesto que no, le comento que vivía lejos y con mi familia. Entonces nos detenemos y me dice que él tenía un buen lugar para ir, si yo quería acompañarlo, que era cerca de allí. Yo casi entro en pánico, no sabía que hacer y le pregunto si ese lugar era su casa y si vivía solo, etc., me comenta que era un hotel de pasajeros y que podíamos ir sin problemas. Yo tenía 16 años y me dio miedo, pues no lo conocía y aparte no tenía como avisar a mi familia, ya estaba demorado como una hora y me estaban esperando para comer. Estuve a punto se seguirle la corriente a este hombre pero la desconfianza pudo más y le dije que lo dejáramos para otro día. El hombre me dió la dirección y me dijo que el estaba en ese hotel como encargado todos los días a partir de las 8 pm y que su nombre era Jesús. Yo memoricé la dirección y me fui para mi casa. En los días siguientes volví a ir a ese baño a ver si lo encontraba pero no lo vi más, pasaron dos semanas y la curiosidad y el deseo de volver a verlo me fueron ganando. Un viernes cuando fui al curso universitario, les digo a mis padres y a mi hermana que iba a regresar tarde pues nos reuniríamos con compañeros para tomar algo y preparar un examen.
Al volver del curso, me tomé un taxi y fui a la dirección que había dado aquel hombre que conocí en el baño. Era un lugar cercano pero yo no conocía para viajar en omnibus por eso fui en taxi. Cuando llego a la dirección, era realmente un hotel de pasajeros, en la calle tenía una puerta doble y una hoja estaba abierta, ya estaba anocheciendo era invierno. Entro y había una escalera que terminaba en otra puerta doble con vidrios pero no se veía hacia adentro pues tenía cortinas. Esa puerta estaba cerrada, entonces pego unos golpes de llamada y en ese momento justo salía una señora con una niña de la mano, cuando me ve me pregunta si iba a entrar y yo le digo que venía a buscar al Sr. Jesús, el encargado, la señora me dice que pase que Jesús estaba allí. Yo entro y lo veo a este hombre que había conocido dos semanas atrás y lo saludo. El hombre no me reconoció y pensó que era alguien que venía a buscar una habitación. Cuando le comienzo a hablar y le recuerdo que él me había dado la dirección y el nombre, al tipo le cambió la cara por la sorpresa y se dio cuenta enseguida quien era yo. Estaba tomando café, hacía frío, y me ofreció tomar, a lo cual me negué. Estaba muy nervioso y no sabía cómo seguir nuestra conversación, mientras tanto entraban y salían personas que estaban hospedadas en ese lugar y yo comenzaba a ponerme nervioso pues no sabía como encarar el tema. De pronto me pregunta si tenía tiempo y si podía yo pasar la noche en el hotel, a lo cual le dije que no, que podía quedarme una hora o dos, pero tenía que regresar a mi casa. Entonces termina de tomar su café y me indica que me sentara en una pequeña recepción y que lo esperara unos minutos. Yo me siento, y estaba cada vez mas nervioso por la situación. Jesús se va hacia adentro y pasaban más de diez minutos y no regresaba, yo estaba casi para entrar en pánico y estaba a punto de irme para mi casa, cuando lo veo que regresa y antes de llegar a mi, me dice en voz alta, señor pase por acá, hablándome como si yo fuera una persona que venía a hospedarme en el hotel.
Fuimos juntos hasta el primer piso por escalera y en el medio del pasillo abre una puerta y me dice aquí tiene la habitación, ahora mismo le voy a traer un juego de toallas y elementos de higiene. Yo ingreso al cuarto, había dos camas individuales, no era lujosa pero todo muy limpio y bien arreglado, tenía baño privado. Me siento en la cama a esperar y otra vez me empieza a ganar la ansiedad pues Jesús tardaba en venir, al cabo de unos diez minutos me tocan la puerta y digo adelante y entra el hombre con las toallas y me las entrega, me dice ponte cómodo que arreglo unos asuntos en la recepción y ya estoy contigo, tenía un acento español, Empecé a relajarme un poco pues me di cuenta que el hombre no me había mentido y debía disimular su ingreso a la misma habitación pues me habían visto otras personas y él me daba un trato como si yo fuera un pasajero nuevo. Mientras yo esperaba en la habitación, pensaba que se me estaba haciendo tarde y que en cuanto me hiciera la fellatio me iría rápidamente, esa era toda mi pretensión, fui al baño, oriné y me higienicé para que el tipo me encontrara limpio sin restos de orina o cualquier otro fluido.
Cuando Jesús vuelve a la habitación le pone llave a la puerta, apaga las luces del techo y enciende los dos veladores de las mesitas de luz, se sienta conmigo en la cama y me repite que me pusiera cómodo, yo estaba un poco desconfiado pues del tema sexual no habíamos dicho ni una palabra y no sabía como encarar el asunto, era mi segunda vez con un hombre desconocido y muy mayor, en un lugar totalmente extraño, tenía sensaciones encontradas, de pronto se acerca bien a mi y me comienza a besar en la boca, para mi era un completa novedad, me quedé pasmado pues yo nunca había besado en la boca a un hombre, Jesús tenía bigotes tipo finitos y la barba del día sin afeitar, yo me sentía raro pero quería seguirle el juego pues estaba otra vez como omnubilado, el tipo me seguía besando con más fuerza y con una mano me tocaba el pene y con la otra me acariciaba el pecho. Me seguía besando y de pronto me abrazaba y cuando yo me relajo un poco, siento que mete la lengua en mi boca, a partir de ahí yo comencé a tener impulsos sexuales muy fuertes, me quito los zapatos y él me acomoda suavemente hacia la posición de acostado y comienza a bajarme el cierre del pantalón, mete su mano y toma contacto con mi pene pero sin dejar de besarme en la boca y extendió los besos a mi cuello y a las mejillas, yo entraba cada vez en mayor excitación y estaba esperando el momento en que Jesús metiera mi pene en su boca y me lo chupara.
Mientras continuaba con las caricias y los besos, me quita el pantalón y el calzoncillo y ya me metía manos por todos lados, yo ya estaba a punto de estallar, hasta perdí la noción del tiempo y se me fue el miedo. Él continuaba vestido, sólo se había quitado los zapatos para no ensuciar la cama, mientras nos besábamos, yo con mi mano le toco el miembro por sobre el pantalón y noto que no era muy grande pero lo tenía bien duro ya estaba erecto, de pronto él va hacia el lado de mis piernas, yo estaba temblando pero muy caliente y con su mano me seguía masturbando pero con mucha delicadeza, extiende los tocamientos suaves y lentos hacia la zona de mis testículos y mi culo, yo estaba extasiado con toda esa batería de caricias, de pronto se pone encima mío y vuelve a buscar mi rostro y comienza nuevamente con los besos y metía la lengua por todo el interior de mi boca, me estaba enloqueciendo de calentura, con una mano me seguía masturbando muy lentamente y con la otra me tocaba suavemente las tetillas como si fueran senos de mujer.
No sé cuanto tiempo estuvimos en esa posición cuando de pronto con sus rodillas levanta mis piernas como en la posición del misionero y me aprieta fuerte muy fuerte y me mordisqueaba los labios alternando con la metida de su lengua en mi boca a lo cual yo también respondía con tremendos chupones y también le metía mi lengua, eran sensaciones en todo el cuerpo que yo jamás había experimentado antes con un hombre. De pronto, cuando ya parecía que nada más podía ocurrir en ese juego que Jesús manejaba como un experto, siento que el tipo me vuelve a levantar las piernas apoyándolas en sus hombros, me empieza a rozar con el pene duro en la raja de mi culo y en un momento dado cuando menos lo esperaba, con un empujoncito suave pero firme siento que me penetra a fondo, sin dolor ni molestia algna y comienza con el movimiento acompasado, cuando me entró el miembro duro sólo sentía placer, parecíamos fundidos en un solo cuerpo y cuando miro hacia arriba sólo veo mis piernas desnudas sobre los hombros de Jesús y el movimiento de él mientras me culeaba con un ritmo lento y acompasado, para mi en ese momento fue como si hubiera desaparecido el mundo, me olvidé de los horarios, de mi familia, de la distancia, de los miedos y de todo lo que me preocupaba; lo que recuerdo es que el tipo ni se quitó el pantalón, se ve que sacó su pene a través de la bragueta y antes de que yo me diera cuenta de lo que estábamos haciendo ya me había penetrado, mientras me estaba culeando sentía curiosidad por su verga que sólo la había tocado por sobre su pantalón, pero no me animaba yo a pedirle un cambio de posición ni otra cosa, el hombre tenía el control pleno de la situación, yo estaba totalmente entregado, me olvidé por completo de que mi intención cuando fui a buscarlo era que él me hiciera una fellatio a mi y volver a mi casa como una aventurilla callejera más.
En muy poco tiempo y sin darme lugar a pedirle nada, de pronto noto que baja el ritmo del movimiento y me aprieta con todo el peso de su cuerpo gimiendo de placer y me doy cuenta que en ese momento está eyaculando, aparte yo siento adentro de mi culo cómo le brota el semen a borbotones. Pasan unos pocos segundos con el tipo encima mío y veo que saca la verga ya completamente relajada y húmeda, el glande con restos de esperma chorreando y ya semi flácido. Ahí le veo el pene que realmente no era muy grande, más o menos unos doce centímetros, delgado y de cabeza en punta, lo cual también favoreció la penetración sin molestia. Se tiró unos segundos a mi costado y me miraba en silencio, luego entró al baño y cuando se retiraba me dice, muchas gracias pichón, si quieres puedes quedarte a dormir acá, a lo cual yo le dije que no podía pues en mi casa me estaban esperando. Abrió la puerta y se fue.
Yo quedé muy relajado pero me sentía raro pues todo salió al revés de lo que yo había ido a buscar, entré al baño, me masturbé y me vestí. A todo esto habían pasado cerca de dos horas desde que yo había llegado al hotel. Cuando voy a verlo a la recepción me da un sobre y me dice esto es para el taxi pues se hizo un poco tarde. Lo saludé como si fuera un pasajero y me preguntó cuando nos volveríamos a ver,le contesté que regresaría la semana próxima.
Cuando subo al taxi para ir a la estación de trenes abro el sobre y había bastante dinero, de pronto me sentí como una puta con un cliente, pero no me puse mal por eso. La semana siguiente volví a ir a la misma hora y me encuentro con un muchacho joven de unos veintipico de años, le pregunto por el Sr. Jesús y me dice que era su padre y que en ese momento no estaba, me pregunta que necesitaba, yo casi muero de un infarto pues estaba hablando con el hijo del tipo que iba a buscar y no sabía qué decirle, de pronto le digo que venía a consultar por una habitación para otra persona, el joven me dice que en ese momento estaba el hotel completo y me da el número de teléfono para que llamara al día siguiente.
Pasados dos días, llamé por teléfono antes de ir y me atendió Jesús y me dijo que fuera al día siguiente que se desocupaba un cuarto. Al día siguiente previo llamado, fui y repetimos la experiencia, directamente Jesús me desnudó por completo y me cogió como quiso, me hizo todo lo imaginable en cuanto a sexo que uno puede esperar, siempre él como activo, ni siquiera me tocaba el pene y yo me dejaba hacer todo todo lo que él quería, ya no tenía miedo y me encontraba muy cómodo en esa posición pasiva, nunca me hizo la fellatio por la que fui la primera vez. Comencé a ir una o dos veces por semana y me cogía como si yo fuera su mujer, casi ni hablábamos, Jesús tenía como un ritual de caricias y tocamientos que lo repetía siempre igual. Cuando ya tomé más confianza yo lo esperaba desnudo bajo las sabanas, a veces lo teníamos que hacer muy rápido o en dos partes, según la cantidad de pasajeros que lo llamaban a la recepción o los llamados telefónicos que podían ser sus hijos o su esposa. Cuando no había habitación disponible, lo hacíamos de parados en un cuarto que tenía para guardar ropa de cama y toallas. Al despedirme siempre me daba dinero aunque yo no se lo pidiera.
Jesús cambió varias veces de hotel, pues era una empresa familiar, tenían tres establecimientos y se repartían para atender los distintos hoteles entre la esposa y los dos hijos mayores. Así, yo conocí los distintos hoteles que tenían y siempre igual, yo lo esperaba en la habitación y cuando se le hacía una pausa venía y me atendía rápido pero siempre con la misma intensidad. Me contó que hacía mucho tiempo que no tenía relaciones con su propia esposa, y que conmigo había encontrado a la persona justo que necesitaba para sus necesidades sexuales. Si bien la esposa ignoraba esta doble vida de Jesús, esto no les acarreaba ningún problema con ella, se había dado así y ninguno hablaba de ese tema.
Así estuvimos con Jesús por muchos años, más de treinta, yo en ese interín me puse de novio, terminé la universidad, me casé, tuve tres hijas, nietos, etc. Cuando yo estaba casado lo veía más esporádicamente pero la intensidad del sexo con Jesús nunca aminoró, siempre fui pasivo y siempre me daba dinero al terminar, por eso me sentía como una putita, una vez me negué a recibirle pues yo tenía mi trabajo y ganaba un buen sueldo, pero me pidió por favor que aceptara el dinero, que él así se sentía mejor y podíamos continuar.
Pasados muchos años, estando ya casado y ya con dos de mis tres hijas, una vez que yo había ido a una fiesta de fin de año con mis compañeros de trabajo, al regreso pase a verlo a Jesús cerca de la una de la mañana y lo encuentro conversando con un hombre en la recepción, me pareció raro por la hora pero no dije nada, este era otro hotel de más categoría. Me lleva a una habitación en el segundo piso y me dice ponte cómodo que enseguida vengo. Pasados unos quince minutos yo como era habitual ya me había desnudado y estaba en la cama matrimonial del cuarto, tapado con la sabana y colcha, mirando la TV mientras lo esperaba. De pronto entra Jesús con el hombre que estaba con él en la recepción y yo desnudo quedo totalmente sorprendido. Me dice te presento a Orlando, un amigo que conozco hace mucho tiempo, yo no entendía nada, luego me dice quedate tranquilo que Orlando “es del ambiente” y de toda confianza. Yo al captar lo que me quiso decir, me tranquilicé un poco, de pronto este Orlando se sienta en la cama a mi lado y yo me doy confirme que sus intenciones eran participar esa noche de nuestro encuentro, me corro hacia un costado como haciéndole lugar y Jesús dice pongánse cómodos que voy a cerrar la puerta de calle y ahora vuelvo.
Cuando quedamos solos con Orlando, yo me incorporo en posición de sentado en la cama pero tapado de la cintura para abajo, entonces el hombre se me acerca más, me acaricia la mejilla y me da un beso en la boca, yo a esta altura de la vida ya tenía 30 años y Orlando andaría en los 40 o 45 años y Jesús un poco más. Empezamos a conversar y me cuenta que lo conocía a Jesús desde hacía mucho tiempo y que él se dedicaba a vender café por la calle, era un vendedor ambulante de café, en eso vuelve Jesús a la habitación y pregunta con picardía, ¿ya entraron en confianza? yo le contesto, si es amigo tuyo no hay problema. De pronto Orlando vuelve a acercarse a mi y me empieza a besar suavemente en la boca y en el pecho como si yo fuera una mujer. Me succionaba las tetillas y me besaba el cuello y las orejas, yo comienzo a excitarme de a poco mientras Jesús, se sienta en una silla y nos observaba sin perder detalle, yo le dejaba hacer a Orlando pero por mi parte permanecía pasivo. Era un hombre delgado de brazos fuertes y manos grandes. Continua Orlando besándome en la boca y acariciándome las tetillas, siento que incrementa la intensidad del contacto y ya empieza a meter lengua, con lo cual yo crecía en excitación. En un momento dado se quita las zapatillas y despues el pantalón y queda en calzoncillo. Yo lo tenia tan cerca que no podía ver su miembro y seguíamos con los besos cada vez con más intensidad. De pronto me destapa, me mira de arriba a abajo, me pone un poco de costado y empieza a acariciarme los muslos y las nalgas y de a poco me va metiendo un dedo en el culo como tanteándome la apertura anal, yo ya estaba a punto de caramelo, y esperaba que se sumara Jesús a la escena, pero Jesús sólo miraba como si fuera una película pornográfica. De pronto Orlando me toma la mano y me la lleva hacia su miembro, yo lo toco por sobre el calzoncillo y acto seguido él se quita la prenda interior y queda desnudo de la cintura para abajo. En ese momento yo voy con mi mano para tocarle el miembro pues tenía intenciones de chupárselo antes que nada, cuando Orlando gira hacia mi para que yo lo toque veo que tenía una verga impresionante como nunca antes había visto, y eso que vi muchísimas en los baños. Era un miembro que no condecía con el físico de este hombre, que era de mediana estatura y más bien delgado. EL tipo ya estaba totalmente erecto, sin exagerar el miembro le medía como unos 20 o 22 cms y el grosor era muy importante, me asustó un poco y eso que yo había visto vergas de todos los calibres y para colmo la cabeza hinchada era más gruesa que el cuerpo del pene, una combinación fatal para una primera penetración.
Yo -para corresponderle algo por todo lo que me acariciaba- le empiezo a tocar la verga y a masturbarlo lentamente y él se aproxima a mi rostro y reinicia otra vez los besos en la boca, con lengua con todo, así seguimos un rato largo y Jesús se había sentado en la cama para ver todo desde más cerca. En un momento dado Orlando se desliza hacia mis pies, se pone de rodillas frente a mi, me pone boca abajo y coloca debajo de mi a la altura de mis caderas las dos almohadas de la cama y quedo con el culo erguido, primero me mordisquea las nalgas siento que pasaba la lengua por la raja y en el agujero del culo, yo ya estaba muy excitado, era la primera vez que me hacián eso, estuvo un rato besándome por atras y también me metía uno y dos dedos con saliva como preparándome para la penetración, paso seguido me abre las piernas y veo que se ponía saliva en el miembro que estaba totalmente duro y se veía enorme, en eso, me doy vuelta y le digo, no, así no, es muy grande, no me va a entrar, me vas a lastimar, a lo que él contesta, si que te va a entrar, si yo me paso cogiendo putos todos los días, una vez que está adentro las vergas son todas iguales. A mi no me cayo bien lo que me dijo, pero ya estaba jugado y no quería tener problemas. Entonces le digo en esa posición no, y para ganar tiempo, le digo te la voy a chupar primero y empiezo a hacerle una fellatio, era tan gruesa que, si bien me gustaba y estaba muy caliente, no podía chupársela bien por lo grueso que tenía la cabeza, igual se la seguí chupando y la verga me entraba en la boca un poco más de la mitad y él me insistía que la metiera toda, yo intentaba metérmela toda pero me ahogaba y él estaba acostado y guiaba el movimiento de mi cabeza con sus dos manos. En un momento dado ya no sentía placer por la dificultad para chupar bien por lo grande del miembro, nunca me había pasado antes y eso que yo tenía bastante experiencia en fellatios y con vergas de todo tamaño.
La situación se puso un poco tensa, Jesús gozaba mucho mirando lo que hacíamos, de pronto Orlando, un poco fastidiado me dice, chupá con más ganas, a lo que le contesto que mejor no podía por el tamaño y yo me babeaba al meterla en la boca. Me dice, dejemos esto, quiero ponértela en el culo, vamos a probar en otra posición, vas a ver que te la meto de a poco y no te va a pasar nada, entonces yo me pongo de costado y levanto una de mis piernas quedando el agujero expuesto, siento que el me pone mucha saliva y me empieza a meter un dedo y después intenta meter dos dedos, con lo cual yo ya me sentía molesto y tenía un poco de miedo de que me lastimara.
Yo ya estaba casado y con dos hijas, con que excusa volvería a mi casa con el culo lastimado, Entonces le digo andá poniéndola de a poco y vamos viendo como entra, no quiero que me lastimes. A todo esto Jesús ya se había puesto de pie para mirar más de cerca como me iba a penetrar el cafetero. Yo me acomodé lo mejor que pude pues tenía la intención de dejarme penetrar pero quería excitarme y relajarme para que se me dilatara el ano y el recto, pero el tipo era un poco bruto y estaba demasiado impaciente por meterla, pues hacía como una hora que habíamos empezado. Yo hacía todo lo posible para que entrara pero no había caso, el empujaba con todo y para peor, era de esos miembros que la cabeza es mucho más grande que el cuerpo recto de la verga. Seguíamos intentando e intentando siempre en la misma posición y no entraba, ni siquiera me dolía pues semejante glande no llegaba siquiera a abrir el ano. Al cabo de unos minutos, el tipo me toma con sus brazos fuertes desde atrás y cruza sus manos en mi pecho como para que no pudiera moverme en caso de dolor y empieza con la arremetida, me chuponeaba el cuello y yo no quería que me dejara la marca del chupón pero no le decía nada y de golpe se da un milagro, totalmente inesperado, el tipo de tanta excitación porque me deslizaba la verga entre las nalgas, me eyacula en la raya del culo, me apretaba y gemía como si me hubiera acabado adentro, se quedó un tiempo así y seguía deslizando el miembro entre mis nalgas. Sentí un alivio total y dije para mis adentros, me salvé. El tipo se queda abrazándome unos segundos más hasta que noto que se le empieza a bajar la erección.Jesús me abría las piernas para mirar morbosamente pues pensaba que Orlando me había penetrado finalmente. Estaba todo mojado de la cantidad de semen que el tipo largó entre mis nalgas, yo tenía semen en la cintura, en las piernas, por todos lados, manchó las sábanas y yo seguía excitado por todo lo que estaba pasando. Orlando exhausto se queda acostado mirando al techo, inmóvil.
Jesús seguía mirando la escena y cuando creí que todo había terminado, Jesús me toma de los pies y me arrastra hasta el borde de la cama. Se ubica frente a mi, me abre las piernas se posiciona encima mío y siento que me empieza a puntear con su pene duro en la raya del culo, hasta que encuentra el agujero y en un solo movimiento suave pero firme y certero me penetra con mis nalgas todas mojadas por el semen de Orlando. Jesús me empieza a culear estando él con los pies en el piso y el resto de su cuerpo sobre mis piernas levantadas, me culeaba con más énfasis que en otras oportunidades y duró un par de minutos, cuando siento el característico apretón contra mi cuerpo y viene la eyaculación, segundos después y sin sacarme la verga del culo le dice a Orlando, Así te lo tendrías que haber cogido, en esta posición, a lo que Orlando le contesta, otra vez será. Una vez que Jesús me sacó la verga, ahí mismo me masturbé y eyacule en la cama que ya estaba sucia y desarreglada, llena de semen del cafetero.
Orlando se vistió, me saludó con un beso en la mejilla y me dice, la próxima vez voy a traer un gel lubricante que tengo en mi casa. OK le dije, nos vemos próximamente y se retiraron los dos. Por suerte no hubo una segunda vez con este amigo de Jesús. Y luego cuando volvía a mi casa pensaba, me salvé por muy poco de que el cafetero me hubiera penetrado y lastimado muy mal, pues si Jesús me hubiera culeado primero, con esa excitación que me deja cada vez que me penetra, con el ano dilatado por el roce y lubricado con el semen que me dejaba chorreando en la raja, el cafetero -aunque fuera con dolor o molestias- hubiera tenido más chance de meterme su tremenda verga.
Pasado un tiempo. yo seguía visitando a Jesús con la misma rutina y luego se fue seis meses con la mujer a España, quedando los hijos a cargo de los hoteles. Después que regresó de España seguimos encontrándonos pero más espaciado, Tiempo después, cuando yo ya andaba cerca de los cincuenta años, el gallego había enviudado, ya estaba muy grande de edad y empezó a tener problemas de erección. Así las cosas se fueron diluyendo de a poco y las últimas veces que lo fui a visitar yo le chupaba la verga semi flácida y lo hacía eyacular pero sin erección, más adelante Jesús no se conformaba con las fellatios que yo le hacía y me propuso penetrarme a mano con un consolador al cual lo forraba con un preservativo, Yo para darle el gusto, dejé que intentara meterme ese aparato con un aceite lubricante, pero no funcionó, a mi eso no me resultaba placentero así que dejé de ir a verlo Ya hace muchos años que no se nada de él, una vez lo llamé y una empleada me dijo que estaba paseando en España.
Al fin esta relación con Jesús duró más de treinta años con mucho placer y siempre me daba dinero después de cada visita. Y pensar que la primera vez que lo fui a ver pensé que él me iba a hacer una fellatio a mi y se dio todo al revés. No me arrepiento de nada, me tuvo como su putita todo ese tiempo, pero nos dimos mutuamente mucho placer mientras duró la relación y era tan pervertido que hasta me “entregó” para que me culeara su amigo el cafetero delante de él, pero el destino así no lo quiso. Yo posteriormente tuve algunas relaciones gays ocasionales tanto activo como pasivo pero últimamente, ya por la edad estoy más tranquilo y una que otra vez la “atiendo” a mi mujer y con eso la vamos llevando. Esto que conté es totalmente real, ahora que estoy viejo a veces siento la imperiosa necesidad de contar cómo fue una parte de mi vida que -aunque oculta- me dio muchas satisfacciones. En otra ocasión contaré otras vivencias gay que tuve, algunas muy interesantes pero siempre ocasionales, Ninguna otra relación fue sostenida en el tiempo como me pasó con Jesús.
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