Al profesor de mi novia le mide +24cm
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Hola, me llamo Daniel y este es un relato que me pasó recientemente mi novia, a quien llamaremos Laura para fines prácticos.
Para empezar, les describiré a Laura, una chica de 21 años que estudia una carrera universitaria. Mide 1,58 m, tiene la piel blanca, un trasero muy sexy y pechos regulares; su mayor atributo es su trasero sumamente sexy y su cara linda. Yo mido 1,78 m y trabajo a tiempo completo en una farmacéutica.
Ella y yo vivimos juntos durante dos años y manteníamos relaciones sexuales un par de veces por semana, solo que con un pequeño problema… Mi pene mide 12 cm y tenía la preocupación de que se aburriera, hasta que cierto día, durante el desayuno, me confesó que cierto profesor suyo la había invitado a tomar unas cervezas. Ella respondió que tenía novio y rechazó la invitación.
Mientras escuchaba aquello, se me vino a la mente que sería sexy verla con otro hombre, debido a mi fetiche con el NTR y las infidelidades, y supe en ese momento que tenía que convencerla de aceptar la salida. Inmediatamente le confesé mi fetiche y le rogué que aceptara salir con su profesor, pero ella se negó rotundamente.
Pasaron los días y yo le seguía pidiendo que aceptara, hasta que un buen día, después de tener sexo y de insistirle, aceptó salir con su profesor.
Ella le aceptó la salida con la condición de que beberían en mi casa mientras yo trabajaba. El día llegó y yo me fui a trabajar como normalmente lo hago, mientras mi novia y su profesor bebían en mi casa.
Según me contó ella.
Quiero aclarar que yo no estaba presente en ese momento, así que lo siguiente que leerán es la aventura sexual que me contó mi novia. Al terminar las clases aquel viernes, mi novia y su profesor se dispusieron a ir a nuestra casa, pero antes tuvieron que comprar unas cervezas. Al llegar, se sentaron a beber mientras charlaban. De repente, el profesor empezó a tocarle las piernas a mi novia y a subir lentamente su mano hacia su vientre y, posteriormente, hasta sus pechos. Obviamente, mi novia, que estaba ebria, no opuso resistencia y le desabrochó el pantalón al profesor.
Solo para describir que debajo de su ropa interior se escondía (en palabras de mi novia) la verga más grande que había visto en su vida: de 22 a 24 cm y extremadamente gruesa. No pudo resistir y le dio sexo oral hasta que estaba muy dura. Justo después, el profesor la tomó, la puso en cuatro y se preparó para tener relaciones sexuales con aquella «vergota» con mi novia, que estaba impaciente por probarla.
Después, según mi novia, tuvieron sexo en diversas posiciones hasta que se acabaron los condones.
Al llegar a casa, me encontré a mi novia tumbada en la cama, desnuda, con condones usados sobre ella. Al ver dicha escena, solo pude masturbar mi micropene mientras me imaginaba semejante escena.
Segunda cita.
Al día siguiente, durante el desayuno, mi novia me contó que ese día también saldría con su profesor, pero esta vez no lo harían en mi casa, sino en un motel cercano donde hay más comodidades. A mí no me importó. Ese día fui a trabajar a la farmacia como normalmente lo hago, cuando pasan las 6 p. m. (hora en la que se terminan las clases). Un vehículo se estacionó frente a la farmacia y de él bajó mi novia junto con su profesor. Yo solo observaba cómo entraban en mi lugar de trabajo y, al acercarse a la caja para que yo cobrara los artículos, me di cuenta de que había dos cajas de condones de talla grande, bebidas energizantes, lubricante vaginal y ciertos dulces mentolados. Y ahí estaba yo cobrando los condones con los que se follaría a mi novia mientras notaba cómo su profesor le daba juguetonas nalgadas frente a mí.
Ese día mi novia dijo que no llegaron a un motel, sino que mantuvieron relaciones sexuales en el vehículo estacionado a las afueras de la ciudad. No solo follaron hasta el orgasmo, sino que decidieron no usar los condones y follar a pelo.
Yo llegué antes a casa. Cuando vi llegar a mi novia sudada y con olor a sexo, inmediatamente fue a la cama y, al quitarse las bragas de encaje que llevaba puestas, me permitió ver cómo tenía la vagina llena de semen de su profesor. A continuación, adoptamos rápidamente la posición del 69 y, mientras ella me chupaba la polla, yo le lamía y limpiaba la vagina llena de semen de su amante.
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