Me emborrache y me acosté con el esposo de mi hermana
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Mi esposo estaba trabajando esa noche y mi hermana y mi cuñado habían venido a pasar la noche con los chicos. Los cuatro primos se habían acostado todos en modo campamento en una habitacion y nosotros 3 adultos nos quedamos conversando y brindando en la sala.
Cerca de la medianoche mi hermana se quedo dormida en la sala por lo que tuvimos que llevarla a su habitación. Mi cuñado y yo nos quedamos conversando y bebiendo en la sala y fue ahí cuando mi cuñado se puso fresco y super aventado conmigo. Empezó a abrazarme, a agarrarme las piernas, a decirme que yo siempre le había gustado y se moría de ganas de estar conmigo.
Por supuesto mi primera reacción fue empujarlo y decirle que estaba loco, no solo ambos estábamos casados sino que su esposa/mi hermana y nuestros hijos estaban en la casa en ese momento. Sin embargo mi cuñado insistió diciendo que no podía resistirse, que yo estaba demasiado buena esa noche y que mirara como lo había puesto.
Creo que tengo que admitir en este momento de la noche mi gran parte de culpa en todo lo que paso a continuación, pues este hubiera sido el momento adecuado para simplemente decirle que no seriamente, ponerme de pie y terminar cualquier discusión al respecto, sin embargo eso no fue lo que hice.
No voy a buscar excusas diciendo que estaba un poco borracha en ese momento pero la verdad es que si lo estaba, como inicialmente estaba con mi hermana no me medí en las copas que me tome, jamás me imagine que mas tarde iba a quedarme a solas con mi cuñado y esta situación iba a suceder. La verdad es que cuando mi cuñado me puso la mano sobre las piernas y me agarro fuerte por el muslo me gusto, me gusto sentir que un hombre me agarro fuerte las piernas de esa manera. Empecé a sentir eso que sentimos todas las mujeres cuando se nos alborotan las hormonas y nos ponemos coquetonas e interesantes con un hombre, si… no voy a negar que me puse así.
De un momento a otro mi cuñado me planto un tremendo beso en la boca y aunque por los primeros segundos volvió a empujarlo, la verdad es que termine cediendo y le permití que me metiera la lengua por la boca.
Sentí que mi cuñado se puso super caliente y empezó a manosearme el trasero y las piernas. No voy a negar que yo también me puse caliente y aunque por momentos le decía que no, que estaba loco, también le permití que me agarrara de todo.
Era demasiado riesgoso estar en el medio de la sala, en realidad era demasiado riesgoso estar en cualquier lugar de mi casa pero por alguna locura mía se me ocurrió decirle que fuéramos a mi habitación, al menos ahí podía cerrar la puerta con llave.
Entramos a mi habitación, cerramos con llave y ahí si mi cuñado dio rienda suelta a todo lo que deseaba. Me bajo el calzón por debajo del vestido, yo ya estaba descalza y me aventó contra la cama. Hubo ese segundo en que el se quedo de pie para bajarse los pantalones y me miro a los ojos dejándome saber que iba a darme una cogida de lo que no iba a olvidarme. Lo recuerdo bien porque hasta puedo admitir que me puso super caliente sentir su mirada e imaginarme lo que este hombre iba a hacerme en los siguientes minutos.
Mi cuñado se lanzo encima mío en la cama, me agarro fuerte por los muslos y así con el vestido puesto y subido, sentí que empezó a meterme todo su miembro. Lo sentí riquísimo y no lo voy a negar. Dolía pero dolía muy rico. El sexo con mi esposo nunca era de esa manera y probablemente hacia años que un hombre no me cogía así salvaje borrachos luego de una fiesta. Mi cuñado gruño bajito cuando sintió que llego a metérmela toda y entonces empezó a cogerme.
El sexo obviamente no tuvo nada de romántico, fue un sexo fuerte, un sexo de infidelidad de dos personas que sabíamos muy bien que estábamos haciendo algo completamente imperdonable. El era el esposo de mi hermana y lo ultimo que quería era arruinar el matrimonio de mi hermana, pero no voy a negar que me hizo sentir mujer como no me sentía en mucho tiempo, me volví loca, empecé a besarlo y lamerlo, lo agarraba por la cintura para que no dejara de metérmela, cada vez que sentía todo su miembro dentro de mi lo sentía riquísimo.
La verdad es que no se como hicimos para no hacer bulla, felizmente la cama no chillaba, recuerdo yo tapándole la boca a el y el tapándome la boca a mi también, me metía los dedos por la boca para que se los chupara. A veces el me dio unas penetradas tan fuertes que me daban ganas de lanzar un grito o un gemido que no sabia como contener.
El sexo duro como 20 minutos no podíamos demorarnos tanto por las circunstancias, pero al mismo tiempo fueron unos minutos sumamente fuertes e intensos. El empezó cogiéndome arriba mío, luego me termino de quitar toda la ropa y me volteo en la cama para ponerme en posición de perrito, yo le meneaba las caderas y ahí sentí que el se puso loco. Para terminar ya completamente fuera de si mismo, volvió a voltearme frente a frente para agarrarme fuerte por las piernas y continuar cogiéndome. Durante todo el encuentro el fue el mas agresivo, el era el que me agarraba fuerte, no pedía permiso y me cogía con todas sus ganas. Por momentos hasta me sentía usada y abusada por el, pero la verdad es que me encantaba sentirme de esa manera!.
Yo tomo pastillas anticonceptivas así que mientras me penetraba le susurre en el oído que podía venirse adentro. Yo también quería sentirlo. En ese momento el me agarro por las caderas y empezó a penetrarme fuerte y seguido, creo que fue ese el momento que mas tuve que contenerme de no gritar. Finalmente sentí que empezó a venirse como un volcán dentro de mi, sentí que se vino bastante mucho mas de lo que normalmente siento que se viene mi marido. Por supuesto que en mi orgullo de mujer me encanto sentir que lo había hecho venirse tanto, sentí que me me dejo toda mojada de semen por adentro, era sucio pero era rico.
Termino el sexo y creo que ambos tuvimos esos segundos de pánico de darnos cuenta que habíamos cometido el peor error mas grande de nuestras vidas. Lo primero que hice fue abrir la puerta despacio y asegurarme que nadie se había levantado. Felizmente todo estaba en silencio, al parecer nadie había escuchado nada.
Le dije a mi cuñado que saliera despacio y se acostara a dormir en el sillón de la sala, si iba a dormir con mi hermana quizás ella podía sentirle el olor de sexo de otra mujer. El estuvo de acuerdo, al día siguiente diríamos que prefirió dormir ahí para no molestar.
Yo esa misma noche tuve que deshacerme de todo ese juego de sabanas de mi cama, ni siquiera quería lavarlos, habían manchas de semen de mi cuñado de todo lo que lo había hecho venirse. Sonreí al verlo pero luego me dio terror de dejar cualquier minúsculo detalle del que mi marido pudiera percatarse y sospechar algo.
Creo que esa noche no dormí con el miedo y la angustia por lo que había hecho. No voy a negar que el momento me gusto, si me gusto mucho, me volví loca, pero era completamente incorrecto desde cualquier perspectiva lo que había dejado pasar.
A la mañana siguiente mi hermana se despertó, los chicos despertaron y afortunadamente nadie sospecho nada, mi esposo llego unas horas después a la casa y todo el día transcurrió sin menor contratiempo. Durante el día por momentos mi cuñado y yo nos mirábamos como incrédulos de que nuestro terrible desliz estaba pasando desapercibido sin que nadie se diera cuenta.
Una semana después mi cuñado me llamo por teléfono, el muy fresco me invito a vernos nuevamente, me dijo que yo era una mujer increíble y hasta me dijo que yo estaba mucho mas rica que mi hermana. No voy a negar que su comentario me hizo sonreír pues el orgullo de mujer me salió feo en ese momento, sin embargo yo sabia bien que esto no iba a continuar sucediendo.
No voy a negar ni por un segundo que me super encanto la tremenda revolcada que mi cuñado me dio en la cama esa noche, si me hizo sentir bien mujer y por todas las circunstancias me hizo sentir bien puta como no me sentía un mucho tiempo! Pero al mismo tiempo me considero una mujer sensata y definitivamente no vale la pena perder todo lo construido en la vida por un momento de placer.
Lo que hicimos estuvo incorrecto y quizás estaba dispuesta a perdonarme una noche de una decisión incorrecta pero continuar con esto si hubiera sido verdaderamente imperdonable. Le dije que iba a guardar el secreto y esperaba que el también. Mi cuñado insistió pero yo le dije que lo que paso esa noche nunca mas iba a volver a suceder.
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