Playa nudista con mi hermana

Por aquel entonces yo tenía 19 años y mi hermana 28 años.

Era Domingo y mi hermana se iba con su novio a la playa y me invitó a ir con ellos. En un principio me negué, porque no quería ir con una pareja, pero ante su insistencia y ver el bikini que se había comprado, recapacité y decidí ir con ellos.

Cuando salió del baño con el bikini, tuve que esconder mi erección entrando en mi cuarto y poniéndome un pantalón de chándal y una camiseta. llegó mi cuñado y tras cargar el coche nos dirigimos a la playa. Por el camino mi cuñado comentó que íbamos a una playa que le había recomendado un amigo suyo, que estaba muy bien.

Llegamos al parking y tras descargar los bártulos bajamos a la playa. Para nuestra sorpresa, al llegar, nos dimos cuenta de que era una playa nudista. Tras la sorpresa inicial, mi cuñado dijo de quedarnos ya que estábamos allí. Solo de pensar en ver a mi hermana desnuda, ya estaba empalmado, a parte de las chicas que allí se encontraban tendidas con sus tetas, culos y  coños a la vista. Colocamos la sombrilla y nos desnudamos, aunque yo tapaba mi polla con mi gorra. Mi hermana y cuñado estaban normales, pues ya habían estado en alguna playa nudista, pero para mí era la primera vez.

Yo no sabía que me excitaba más… las chicas jovencitas, las maduras o mi hermana. Me metí corriendo en el agua para ver si se me bajaba el empalme. Por suerte se bajó, pero con los juegos de balón y los roces con mi hermana, volvió a empalmase. Ella lo notaba y cada vez que mi cuñado quería pasarme el balón se ponía delante de mí, rozando su culo y dejando que mi polla estuviera entre sus nalgas, empujándolo hacia atrás.

El día paso así. Al llegar a casa, nos duchamos y cenamos con nuestros padres. Ellos se fuero a dormir y mi hermana y yo nos quedamos viendo la tele.

.- ¿Te puedo hacer una pregunta personal?… Susurró mi hermana.

.- ¿Cual?… Contesté intrigado.

.- Hoy en la playa… Comenzó a explicar mi hermana… Noté como estabas empalmado. Era por mí o por las mujeres que había desnudas.

.- Por todo… Contesté un poco avergonzado… Había mujeres muy lindas, pero ver tu culo y encima rozabas mi pene con él, ya puedes imaginar. Aunque, sinceramente, tu culo era lo mejor. Ya sabes que me vuelve loco.

Mi hermana sonrió, mordiéndose el labio inferior y mirándome con cara picara. Terminamos de ver la peli. Ella entró en el baño y yo me fui a mi habitación. Al poco mi hermana llamó a la puerta.

.- ¿Puedo pasar?… Susurró abriéndola un poco.

.- Si, claro… Contesté.

Mi hermana miró a la habitación de mis padres y entró en la mía cerrando la puerta. Cuando entró pude ver que solo llevaba la parte baja del bikini y estaba con sus tetas desnudas. Se agachó y las colocó en mi cara. Yo no lo pensé y comencé a besarlas, chuparlas y mamar de sus pezones, mientras mi hermana agarraba mi polla por encima de mi bóxer, el cual se empezó a empalmar. Cuando mi hermana lo notó duro, se quitó la braguita y se colocó encima de mí, colocando su coño en mi cara y bajándome el bóxer se metió mi polla en la boca, haciéndome una mamada, por lo que yo correspondí comenzando a comerme su coño y lamer su culo, en un delicioso 69.

Le dije que se quedara en esa posición, me salí de debajo y me coloqué detrás de ella, colocando mi polla en la entrada de su coño. Empujé y se la metí hasta el fondo de una sola vez. Ella soltó un gemido apagado, pues tenía la cara en la almohada. Empecé con un suave bombeo, para ir subiendo de intensidad poco a poco, haciéndola gemir. Mientras jugaba con mis manos en sus tetas o le daba suaves nalgadas para que no sonaran y despertar a nuestros padres, llegando a su primer orgasmo. Después de un buen rato taladrando su coño, la saqué y entre sus jugos y mi saliva le lubriqué el ojete y poco a poco fui penetrando su delicioso culo. La enculaba lentamente deleitándome con el momento hasta que solté varios chorros de lefa en su interior, mientras ella llegaba a su segundo orgasmo con sus caricias en su coño. Nos dejamos caer en la cama con mi polla aun dentro de su culo. Cuando salió debido a la flaccidez, de su culo salían restos de mi corrida. Se levantó, nos dimos un beso apasionado y se fue al servicio a lavarse.

Yo me quedé dormido casi al momento, con una sonrisa por haber disfrutado del culo de mi hermana.