Los albañiles me trabajaron bien

Venía de la casa de mi prima y unas cuadras adelante estaban llenando el techo de una casa como estaba en el camino a mi paradero pase por ahí, había uno de los trabajadores un señor de unos 50 años medio gordito con un short y con un polo me detuve con cierto temor y le pregunté si ofrecía su trabajo por el distrito donde vivo por qué tenía el segundo piso a medio construir y deseaba terminar y de ser posible te charlo, me dijo que -si. Entonces le solicité un costo aproximado, tendría que ir a ver para ofrecerle un presupuesto más real me dijo.

Como estaba con sus manos con el cemento y la arena del trabajo yo le pedí su número de celular una vez que me lo dió le di las gracias y le dije que le llamaría, no se preocupe por la hora trabajo es trabajo puede hacerlo a la hora que desee me respondió, me aleje rumbo a mi paradero pero pude escuchar los comentarios de sus colegas que se le acercaron, seguramente preguntando que deseaba y decian está buena la tía y blanquita.

Caminé media nerviosa a tomar mi carro, ya en casa en mi cuarto me mire al espejo no me veia tan mal mi pantalón apretado resaltaba mi trasero la naturaleza no me había dado grandes senos me defendia; pero si unas buenas nalgas, ya luego casi llegada la noche llame al albañil y quedamos que en una semana, un sábado para ser exactos le di los datos como llegar.

Ese sábado temprano fui a comprar a la panadería y a mi regreso ya estaba el señor albañil y otra persona más nos saludamos y ya dentro de mi casa deje mis panes y cosas que compre para mí desayuno, y les lleve al segundo piso para explicarles los trabajos que quería hacer. Está bien señora me dijeron vamos a tomar las medidas y sacar el presupuesto, los dejé y baje al primer piso y empeze a preparar el desayuno.

Subí de nuevo para ver si ya tenía el precio de la obra por qué se demoraban al parecer no notaron mis pasos al subir y pude escuchar que entre ellos decían yo le meto hasta el fondo y yo le abro ese culazo, me asusté y  me regrese cuando bajaron les recibí su presupuesto y los despedí y le dije que lo llamaría.

Yo tengo un poco más de cuarenta años, tengo un hijo que estudia y vive en casa de mi hermana en España y estoy separada de mi esposo. Todavía no nos divorciamos, él es militar y cuando viene a la capital a veces se queda en casa de sus padres que es de tres pisos o para ser sincera también viene a casa. Por está razón le comenté los cambios que pensaba hacer. Él me dijo que me ayudaria por que al final la casa sería para nuestro hijo o tal vez para el un piso independiente, por que adquirir una vivienda es costoso, – bueno le dije.

El costo de los albañiles me respondió que concertará un día para que el trate con ellos, yo le dije que era muy elevado su presupuesto; pero en realidad no quería que llegue a un acuerdo por los comentarios que yo había escuchado de ellos y lo vulgar y también lo riesgoso; pero igual los llamé porque mi aún esposo considero que el precio estaba muy bien y nos ahorraríamos económicamente.

Bueno llegó el día, estaba con mi esposo conversando en la cocina terminando de desayunar y el siempre se ponia meloso conmigo tratando que yo regrese con él; pero no estaba en mis planes retomar la relación; pero si a veces por la calentura y también los años de relacion le permitía algunas cosas como esa vez que estaba detrás mío sobándose detrás de mi trasero mientras me cogía los senos podía sentir su miembro en medio de mis nalgas y como sus manos se metían por dentro de mi buzo estábamos en eso cuando suena el timbre de la puerta, nos arreglamos.

Él salió a abrir la puerta y yo escuché lo efusivo del saludo, resulta que el maestro Albañil había realizado algunos trabajos en la dependencia militar de mi esposo algo pequeños luego me enteré, bueno al final el maestro fue contratado y empezó su trabajo que seria de dos semanas o algo más.

La primera semana mi esposo se quedaba hasta que se retiraran los maestros y luego lo hacía el.

El último viernes que se quedó mi esposo compro cerveza y estuvimos conversando y tomando y  empezamos con las caricias, la verdad que ganas tenía. Cuando uno se separa y está acostumbrada a un ritmo sexual te choca, mi esposo me desnudo en la sala y así calata me cargo y llevo al cuarto y hicimos el amor y no se si era yo o el pero me quedé con las ganas quería más pero el se vino y al rato se quedó dormido.

Me fui al baño para asearme y cuando me tocaba me exitaba regrese a la cama y así desnuda de la nada se me vino a la memoria la conversación de los albañiles… “yo le abriría las nalgas y le meto todo hasta el fondo” me imaginé el pene del maestro o tal vez quien lo dijo fue su ayudante ya que los dos eran de la conversación.

Instintivamente mi mano tocó mis labios de mi vagina y cerré los ojos y sentí como si el maestro el gordito me lo estuviera metiendo fue rico imagine q también lo tenía grande y grueso como el, no pude evitar temblar mis piernas y abrirlas para recibir placer. Así satisfecha me quedé dormida. Cuando desperté mi esposo me había tapado pero mis piernas estaban recogidas y abiertas recordé mi fantasía y me estremecí.

Apartir de ese día que ya no estaría mi esposo empeze en las noches a fantasear con el albañil.