Follando el culo de mi hermana

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Por aquel entonces yo tenía 50 años y mi hermana 59 años. A pesar de la edad, aun tiene un cuerpo de gordibuena, pues sus tetas y culo aun están en su sitio. Estaba, como otras veces, de visita en casa de mi hermana mayor. Mi cuñado estaba trabajando, por lo que estábamos solo.

Eran las 12 de la mañana y le dije que se vistiera y fuésemos a tomar algo al bar de la esquina. Aceptó y fue a su habitación  a cambiarse y salió al rato con un vestido que le llegaba por encima de las rodillas, de tirantas, y aunque llevaba sujetador, se le notaban las tetas. El vestido era un poco ceñido, por lo que se le notaba el culo. En el ascensor me atreví a tocarle el culo, y aunque se apartó, no me dijo nada, ni la sentí molesta. Tomamos algo en el bar y compramos varias cosas para la casa. Una vez en casa, en la cocina, volví a tocarle el culo, mientras se agachaba a colocar la compra, sin ninguna objeción por su parte, pues lo movía al ritmo de mis caricias.

 .- Aunque suene un poco fuerte… Le comenté… Me gustaría disfrutar de ese delicioso culito que me vuelve loco.

 .- ¿Qué has dicho?… Preguntó mientras se incorporaba.

 .- Perdona… Contesté mientras me separaba de ella, esperando una bofetada… No quería molestarte.

 .- No me he enterado de lo que has dicho… Comentó… Dime.

 .- Aun a expensas de que te cabrees, volveré a repetirlo… Contesté, un poco receptivo por su reacción… Que me gustaría disfrutar de ese delicioso culito que me vuelve loco.

 .- ¿Te parece bonito decirle eso a tu hermana?… Comento, acercándose a mi… Eres un obseso.

 .- A ver… Comencé a explicar para convencerla… Llevo toda la mañana tocándote el culo, sin oposición por tu parte, incluso lo moviste a ritmo de mis caricias cuando estabas agachada, por lo que me he decidido a echar toda la carne en el asador y pedírtelo.

 .- La verdad… Comentó… La culpa es mía por no pararte en su momento.

 .- ¿Eso s un sí?… Volví a preguntar, pero sin mucha seguridad.

 .- Está bien… Contestó… Voy a cambiarme y ahora vuelvo.

 .- Yo también iré a cambiarme… Contesté

Para estar más cómodo, solo me puse un bañador tipo bóxer y me senté en el sofá a esperar a mi hermana. Cuando apareció en el salón me quedé de piedra, al igual que mi polla, pues salió de la habitación totalmente desnuda.

 .- Woooow… Es lo único que pude decir.

 .- ¿Te gusta lo que ves?… Preguntó, mientras daba una vuelta sobre si misma.

 .- Estas para comerte… Contesté.

 .- ¿Dónde y como me pongo?… Preguntó, guiñándome un ojo.

 .- En el sofá, y de perrito… Contesté mientras me ponía de pie para dejarle sitio.

 Mientras se colocaba en la posición, observaba su culo y su coño. Una vez colocada, me acerqué a ella y comencé a besarle dulcemente la espalda, bajando hasta su culo y haciéndole un beso negro. Mientras pasaba mi mano por su coño, metiéndole unos dedos, haciéndola llegar al orgasmo. Con mi saliva y sus jugos, lubriqué su ojete. Empecé a meterle un dedo, luego dos, tres, hasta que lo tuvo dilatado y fue cuando coloqué mi polla en su ojete y poco a poco empecé a meterla. Primero la puntita, luego un poco más, y con cada mete y saca metía más, hasta que se la metí hasta el fondo.

 Paré para que se habituara a mi polla , mientras jugaba con sus tetas y pezones.

.- Ummmm… Expresé… Que apretadito lo tienes, que deliciosos se siente.

.- Si… Comentó… Hace tiempo que tu cuñado no me folla el culo.

 Después de unos segundos, comencé de nuevo con la follada, suavemente, sin pausa pero sin prisas, disfrutando del momento. Al cabo de unos minutos de bombeo, solté toda mi descarga en el interior de su culo, mientras ella llegaba al orgasmo con sus caricias en su coño. Nos dejamos caer en el sofá, con mi polla aun dentro de su culo, hasta que salió sola debido a la flaccidez.

 Después de reposar unos minutos, nos dimos un beso y ella fue a limpiarse los chorros de mi lefa que le resbalaban por los muslos. Se vistió y nos sentamos a almorzar. Nos mirábamos sonrientes y después de comer, fuimos a su habitación para dormir juntos una siesta. Nos desnudamos y después de un delicioso y placentero 69, le separé las piernas y se la clavé poco a poco hasta el fondo y comenzando una follada donde llegamos los dos al orgasmo, inundando su coño con mi lefa. (No hay peligro, está operada). Puso la alarma, para despertarnos antes de que mi cuñado regresara de trabajar. Nos vestimos y pasamos el tiempo esperando a mi cuñado, acariciándole las tetas.

 

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Sevilla1972
Sevilla1972
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