Calló en mi trampa

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Para que entendáis lo que voy a contar, desde muy joven manoseaba a mi hermana mientras dormía, desnudándola y disfrutando de sus encantos. Una noche me descubrió y desde entonces se dejaba tocar, aunque nunca la penetré.

Por aquel entonces, yo tenía 20 años y mi hermana 29 años. Eran las vacaciones de verano y estábamos mi hermana y yo solos en casa, pues nuestros padres estaban de visita en casa de mis abuelos, como todos los Domingos, y mi otra hermana estaba con su pareja en la parcela de sus suegros. Como mi cuñado aun trabajaba, mi hermana estaba en casa.

Ese día me levanté muy temprano, mis padres aun no se habían ido, y antes de ir al servicio miré a la habitación de mi hermana, que estaba al lado de la mía, y la vi dormida en ropa interior. Mi polla se puso dura al momento. No entré como otras veces, porque sabía que mis padres estaban a punto de levantarse para ir a casa de mis abuelos. Regresé a mi habitación y me tumbé en mi cama. Un rato más tarde, sentí a mis padres levantarse y arreglarse para salir. Yo me hacía el dormido. Mi hermana se levantó y pude verla pasar por la puerta de mi habitación con su combinación transparente. Antes de salir, escuché como mis padres se despedían de ella y le decían que no me dejara dormir hasta muy tarde.

Entonces empecé a urdir mi trampa. La sentí entrar en su habitación y hacer la cama. Eran las 9:00 de la mañana. Cuando creí conveniente, pensando que vendría a despertarme, me empecé a tocar la polla para ponerla dura. Cuando lo tuve a punto, me bajé un poco el bóxer, dejando casi la mitad de mi polla a la vista y me hice el dormido. Al poco entró mi hermana a despertarme. Con los ojos entreabiertos, sin que se diera cuenta, notaba como mi hermana miraba mi polla empalmada. Me dio un pequeño meneo para despertarme.

.- Niño… Dijo mientras me despertaba… Venga arriba, que tengo que hacer la cama.

.- Hummm… Contesté, como si me acabara de despertar… Ya voy.

Me levanté y mi bulto se notaba en mis bóxer. Durante la mañana, notaba las miraditas indiscretas de mi hermana. Yo, por mi parte, miraba sus tetas que se les trasparentaban a través de la combinación. Unas tetas firmes, con unas aureolas grandes y coronadas por dos erectos pezones. No se si ella notaba mis miradas, pero a veces me daba la sensación que se agachaba más de la cuenta para enseñarme el escote, o a veces, se estiraba la combinación para que sus tetas se pegaran a la ropa. Mi trampa estaba surtiendo efecto.

Salí para ir por el pan para el almuerzo, mientras ella lo preparaba. Hice un poco de tiempo tomándome una cerveza en el bar. Cuando subí a casa, mi hermana estaba en la cocina preparando el almuerzo. Mi polla volvió a ponerse dura al verla con la combinación, pues se transparentaba su cuerpo, y al estar de espaldas a mi pude deleitarme con su delicioso culo, tapado por una braguita también transparente, cosa que no me di cuenta antes. Por delante tenía un encaje en el sitio justo para que no se le viera el coño, aunque se le notaba el triángulo negro de su entrepierna. Yo ya la había visto desnuda, pues debido a su sueño profundo, podía desnudarla todas las noches de verano, entrando en su habitación.

Me cambié de ropa, poniéndome un bañador tipo bóxer y nos tomamos una cerveza antes de comer. Nos sentamos a comer y nos tomamos otra cerveza de litro que traje de la panadería. Después de comer nos tomamos un cubata de postre. Luego mi hermana fue a su habitación a hablar con mi cuñado y yo me tumbé en uno de los sofás del salón. Volví a tocarme, para que se pusiera dura y cuando la tuve a punto, me hice el dormido, pero con el bóxer un poco bajado, volviendo a enseñar casi la mitad de mi polla.

Mi hermana regresó de su habitación y, como esta mañana, se quedó mirando mi polla. Se sentó el el otro sofá. Yo estaba a mil. Sin subirme el bañador, me levanté y me puse frente a ella, con mi media polla a la vista a la altura de su cara. Su reacción fue terminar de bajar el bañador y mi polla salió como un resorte apuntando a su cara. La tomó entre sus manos y comenzó a darme besitos suaves en el glande para luego pasar la lengua por el mismo y recorrer toda mi polla desde los huevos hasta el glande. Yo mientras le acariciaba las tetas. Mi trampa estaba en auge.

Acto seguido, engulló mi polla, casi hasta la mitad. Yo estaba en una nube, sintiendo los labios de mi hermana subir y bajar por toda la longitud de mi polla. Era la mejor mamada de mi vida, pues me la estaba haciendo mi hermana mayor. Yo seguía entusiasmado con sus tetas.

En un momento, saque mi polla de su boca, la tumbé en el sofá y le quité la combinación y las braguitas y yo mi bañador, y me coloqué encima de ella para comenzar un delicioso 69, yo disfrutaba de su coño, mientras ella se comía mi polla. Cuando estaba a punto de correrme, la avisé y dejando mi polla, solté toda mi lechada en sus tetas, salpicando un poco en su cara. Se veía sexi con mis mecos resbalando por sus tetas y por su cara. Fue al baño a lavarse,  yendo yo detrás y volví a comerle el coño hasta que se convulsionó con el orgasmo.

.- Perdona si te parezco salido… Le dije un poco cortado… Pero después de esto, me gustaría penetrarte.

.- ¿Estás loco?… Me dijo entre cabreada e incrédula… Somos hermanos.

.- En eso estoy de acuerdo… Comenté… Pero, me dejas desnudarte y acariciarte de noche. Ahora hemos cruzado la barrera, llegando más lejos. ¿Qué más da, ya que estamos, podemos llegar hasta el final?

Aun con cara entre enojo y sorprendida, se quedó pensativa.

.- Está bien… Contestó al rato… Tienes razón. Hemos llegado demasiado lejos y ahora vamos a llegar hasta el final. Ven conmigo.

Cogiéndome la mano me llevó a su habitación y se tumbó boca arriba en la cama. Me atrajo hacia ella y comenzó a jugar con sus manos en mi polla, hasta que se puso dura. Se abrió de piernas y señalando a su coño me dijo :

.- Cuando quieras… Separándose los labios vaginales y enseñándome la cueva del placer… Hazme tuya.

No lo dudé, me coloqué encima de ella y apuntando a la entrada de su coño, comencé a introducir mi polla poco a poco, mientras ella soltaba pequeños gemiditos. Una vez se la metí hasta el fondo, arrancándole un fuerte gemido, comencé con un suave bombeo, mientras me abrazaba con sus piernas y yo jugaba con mi lengua en sus tetas. Al poco de bombear, sentí como se convulsionaba y apretaba mi polla con su coño en un intenso y largo orgasmo.

.- Ponte de perrito… Le pedí…

Se colocó de perrito y volví a insertarle el coño de una sola vez, volviendo a soltar un fuerte gemido. Continué con el bombeo, volviendo a tener otro orgasmo, hasta que cuando noté que me iba a correr, la saqué y le solté todo en la raja de su culo, dejándolo blanco con mi lechada.

Nos fuimos juntos al baño y nos duchamos, enjabonándonos el uno al otro, con suaves caricias y mamadas de tetas y polla incluidas. Salimos de la ducha, nos vestimos y pasamos la tarde, sentados juntos en el sofá, viendo la tele, con mi mano acariciando su coño y la suya en mi polla, disimulando cuando sentimos las llaves de nuestros padres y abrir la puerta.

 

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Sevilla1972
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