El socio de la empresa se cogió a mi esposa

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Hola lectores buen día.

Soy Roberto 44 años mi esposa Angela de 36 años, (el relato se basa cuando ella tenía 33 y yo 41), ama de casa madre, y buena amante en la cama. Mi esposa mide 1:67, morena clara, cabello ondulado abajo del hombro y para tener 2 hijas se encuentra muy bien gracias al Gym.

He aquí el segundo relato de cómo mi mujer disfruta de otro hombre. Para seguir la trama les recomiendo leer el primer relato “Mi primera vez limpiando mecos del amante”

Después de las aventuras con Diego, mi esposa por cuestiones personales en la empresa donde trabajaba tuvo que salir de ahí, no tardo mucho en encontrar trabajo en una comercializadora de productos chinos. Fue contratada en el área de facturación, ahí después de algunas semanas empezó a hacer amistad con varios de los que trabajaban ahí entre ellos Saúl el jefe de almacén, Angela tenía mucho contacto con él según me contaba ya que al ser ella responsable de la facturación tenía que checar con él el inventario de almacén, así que o Saúl subía a la oficina donde se encontraba ella o ella tenía que ir al almacén donde estaba Saúl. Me comentaba que al bajar al almacén sentía las miradas de varios de ahí, comiéndosela con los ojos. Mi esposa me contaba de él, que era un chavo casado de 30 años ella rondaba por los 33 años. Muy gentil, amable y que todo era trabajo. Así pasaron 4 meses, 4 meses donde las cogidas con Diego eran menos ya que hacía poco se había casado con su novia y se había ido a vivir un poco más lejos y pues en pocas palabras ya se lo traían cortito. Hasta que mi esposa lo boto por un tubo, ya que dos ocasiones la dejo vestida y alborotada poniendo un mil pretextos. Pero bueno regresando a lo importante un día mi esposa me comento que en la empresa iban a hacer una reunión en una terraza con alberca, prácticamente todos los de almacén y producción y algunos de oficina, unos 30 empleados aproximadamente. Angela no tenía muchas ganas de ir.

Roberto. – ¿Por qué no quieres ir amor?

Angela. – Roció y Alma no van a ir y realmente son con las que me llevo más.

Roberto. – ¿Pero va a estar Saúl o no?

Angela. – Si, pero él va a estar con su equipo y además pues es puro del trabajo. Yo creo no voy.

Roberto. – Pues bueno si no quieres ni modo.

Pasaron los días y ya siendo miércoles 3 días antes de la reunión me platico que Yessica una amiga suya (De muy buen ver) no tenía trabajo y que estaba muy desanimada y que quería hablar y salir un rato con mi esposa.

R.- Y por que en ves de salir no la invitas a la reunión, no creo haya problema. Así tu convives con los de tu trabajo y ella se distrae también.

A.- Fíjate que no me suena mal. Le voy a comentar y preguntar en el trabajo si la puedo llevar.

R.- Pues a los hombres que vayan no creo les parezca mal ya que la vean jajajajajaja

A.- Maldito.

R.- Que, es la verdad, Yessica la verdad está muy bien, entre tu y ella no hay a quien irle jajajajaja.

A.- Mejor cállate, si no ya nunca la vuelvo a invitar a la casa.

R.- Ya no te pongas así. Vale, tú me avisas si vas o no para llevarlas y no manejes de regreso por eso de las cervezas.

A.- Ok amor te aviso.

Pasaron los días y el viernes recibo un mensaje de mi esposa.

A.- Amor mañana si voy a ir a la fiesta es a la 1 pm y Yessica si va a ir.

R.- Ok amor, a la 1 salimos de la casa, el lugar donde me dijiste está cómo a 40 minutos. Así no llegan a barrer.

A.- Ok amor. Gracias. Te amo.

Cabe mencionar un pequeño preámbulo que a Yessica al igual que a mi esposa le encanta la verga y no porque lo haya comprobado si no por que mi esposa me contaba de las aventuras de su amiga conocida desde la preparatoria.

El sábado a eso de la 1 llego Yessica a nuestra casa, pantalón de mezclilla blanco pegado se le dejaba ver un hermoso culo, top dejando ver sus buenas chichis, bajo mi esposa de la recamara de igual manera un short blanco pegado dejando ver sus piernas torneadas. Una gorra negra, top gris y lentes, la verdad al verlas se me paro la verga de ver tremendos culos.

R.- Bueno chicas vámonos para que disfruten, ya llevan toalla, bloqueador y ganas…. de divertirse.

A.- Todo listo vámonos.

Sin contratiempos llegamos como 2:15 las deje y comente al rato vengo por ustedes.

9:00 pm recibo llamada de mi esposa.

A.- Hola amor. ¿Qué haces?

R.- Nada amor escuchando música. ¿Ya voy por ustedes?

A.- Lo que pasa es que, Arturo el socio de la empresa nos está invitando a seguir la fiesta en un Bar, ¿cómo ves?

R.- Pues si tu quieres ir adelante. ¿Pero, sólo es al bar?

A.- La verdad es que si se me insinuó un poco. Pero ya veré que se da.

R.- Upps, amor, pero Yessica no vayas a hacer algo que después se ande esparciendo el chisme.

A.- Descuida, hace rato Yessica se fue, vino su exnovio por ella. Pero luego te cuento todo bien.

R.- ¿Y quien más va a parte de Arturo y tú?

A.- Va Sául, Rebeka la sobrina de Arturo y yo

R.- Ok amor, sólo con cuidado y cuando quieras que vaya por ti me avisas va.

A.- Sí amor. Gracias.

Pasaron las horas, y cómo siempre en estos casos salí al patio me fumé un cigarro con un Whisky en la mano. Las niñas ya estaban dormidas. Así pasaron las horas hasta las 2:30 de la mañana. Escuche un carro y abrir la puerta. Era Angela entrando, se le veía un poco descompuesta pero muy consiente. Me dio un beso que casi me toca las anginas con su lengua, olía a alcohol a enfiestada.

A.- Deja entro al baño me orino.

Estando aun en el patio, encendí un cigarro mientras me servía otro trago, me senté en la mesa que hay en el patio, salió Angela se sentó y me dijo ¿Y qué a mí no me sirves nada?

R.- Claro amor, ¿vino tinto?

A.- Ya sabes que sí.

R.- Haber cuéntame que paso y como te la pasaste.

Así es como empezó a platicarme el cómo de las cosas.

Pues mira todo bien llegamos ya estaba casi la mayoría, en cuanto llegamos sentimos todas las miradas sobre nosotras, el primero fue Saúl quien nos recibió, presente a Yessica a la cual no le quito los ojos de encima ya sabes. La fui presentado y terminé en la mesa de Arturo su sobrina que trabaja en oficinas otras personas de RH y Saúl que iba y venía.

Todo bien la mayoría se meto a la alberca, la verdad a mi no me dieron ganas, estaba más interesante la plática con Rebeka y Arturo.

Un breve paréntesis. Arturo es uno de los socios de la empresa donde trabaja mi esposa, edad de 44 años, divorciado con un hijo de 18 años, su sobrina Rebeka es su mano derecha 27 años. Según mi esposa muy buenas personas.

Regresando a lo comentado por mi esposa. Fue una reunión x, platica, bebidas, juegos que realizaron los compañeros. Yessica estuvo muy pegada a Saúl, lo cual no me importo por que como te comenté estaba a gusto. En un momento Rebeka se fue con las de RH al jardín a organizar un juego de sillas, de esos que ponen una canción y van quitando la silla. Fue ahí donde Arturo me invito otro trago,

Arturo. – Angela que te sirvo te estas secando y eso no es bueno.

Angela. – Gracias un tequila de favor Don. Arturo.

Arturo. – Deja el Don afuera eso no es para mí. ¿Has visto que alguien de la empresa me diga Don?

Angela. – No la verdad no.

Arturo. – Pues entonces sólo Arturo, ok. Tu amiga es muy guapa.

Angela. – Si tiene lo suyo.

Arturo. – Pero tú lo eres más, con todo respeto.

Angela. – Muchas gracias.

Arturo. – No tienes nada que agradecer, además tu trabajo lo estás haciendo muy bien, mi sobrina me lo ha dicho.

Angela. – Muchas gracias, por la confianza y darme la oportunidad.

Arturo. – Ya te dije nada que agradecer. Tu esposo es muy afortunado en tenerte.

Angela. – Gracias, si creo que sí.

Los dos echaron a reír.

Así pasamos el tiempo platicando y bebiendo. Poco a poco la gente se fue yendo, cuando se acercó Yessica me abrazo y me dice amiga ya me voy, ya vino Daniel (Su ex novio) por mí. Está aquí. Muchas, muchas gracias me la pase excelente.

De nada amiga ya sabes que bueno que te divertiste. Se despidió de todos y se fue.

Al final quedamos Rebeka, Saúl, Arturo y yo.

La platica fue amena nada de otro mundo, sólo Saul comento, Angela que buena amiga tienes, echamos a reír yo creo ya era tema de alcohol. Fue en eso que Arturo comento que fuéramos a un bar cerca a seguir ya que en la terraza estaban por cerrar.

Fue cuando te hable.

Llegamos pidieron bebidas tomamos una mesa y platicamos, en eso Saúl invito a bailar a Rebeka y Arturo hizo lo mismo conmigo, eran salsas y cumbias. En el baile sentía como Arturo me tomaba de la cintura y se repagaba a mí más de lo normal, yo sólo volteaba para ver si su sobrina no nos veía, pero estaba al otro extremo. Sentía su verga en mi vientre y de repente bajaba la mano tocando parte de mi nalga. La excitación se iba apoderando de mí.

Arturo. – Que bien te mueves.

Angela. – Es lo que me dice mi esposo. Jjajajajajaj

“No se por que le dije eso, ahí fue donde dejé la puerta abierta para que se me insinuara más”

Arturo. – Jjajajajajaja, pues no sé, tendría que sentir para poder comprobar.

Angela. – Pues ya lo esta sintiendo no, me acabas de decir que bien me muevo en el baile.

Arturo. – Tú sabes a que me refiero. Creo no te soy indiferente, lo veo en ti creo que quieres probar algo diferente. ¿O me equivoco?

Angela. – Creo te equivocas, soy casada, no confundas un rato de diversión con que yo quiera algo más.

Arturo. – Para nada. Pero tu no eres una mujer común, hay algo en ti que te hace diferente y voy a averiguar que es.

Angela. – Lo único que pido es que esta conversación no afecte mi trabajo.

Arturo. Para nada Angela, no soy de esos que por un desaire hace la vida difícil. Cuenta con eso.

Angela. – Eso me agrada, vamos a la mesa tu sobrina puede sospechar algo que no es.

Arturo. – Pero si es jajajjaja.

La verdad ese Sr. Me tenía excitada mi panocha estaba mojada y gritando por unas metidas de verga en eso una señal, en una salida al baño Rebeka se torció el tobillo lo cual traía hinchado y con un notable dolor en su facción.

Arturo. – Que te paso linda.

Rebeka.- Hay tío me torcí el tobillo y me duele mucho.

Arturo. – Deja pido la cuenta y nos vamos al hospital.

Rebeka.- No es para tanto tío, llego a la casa y me pongo hielo un desinflamatorio y listo.

Arturo. – No cómo crees.

Rebeka.- Lo malo que así no puedo manejar y no quiero dejar mi carro aquí.

En eso Saúl se ofreció a llevarla a su casa, el manejar se llevaba el carro de Rebeka, ya que Saúl no se había llevado el suyo. Y el lunes el le entregaba en la empresa el carro a Rebeka.

Estuvieron de acuerdo y así fue. Arturo pues se ofreció en traerme.

Así ayudaron a Rebeka a subirse a su auto y se fueron, Nos quedamos Arturo y yo un rato en el estacionamiento del bar platicando.

Roberto. – Pero eso como qué hora fue.

Angela. –  Cómo a las 11:30

Roberto. Y llegaste después de las 2, creo ya sé por donde vas, deja voy por otro trago que creo esto se va a poner interesante.

Angela. – Y otro a mí de favor.

Regrese con los 2 tragos en la mano para seguir escuchando lo que algo dentro de mi sentía. Pero necesitaba escucharlo.

Roberto-. Bueno prosigue, estaban platicando en el estacionamiento y…..

Angela. – Pues la verdad en ese momento el alcohol ya había hecho de las suyas, la plática el calor del bar el baile pues me movieron un poco. Fue cuando le dije a Arturo. Bueno la fiesta se acabó. Deje pido un Uber para retirarme.

Arturo. – Cual Uber, para nada crees que voy a dejar que te vayas en Uber o Taxi a esta hora. Que vas a pensar de mi para nada, además quien te dijo que la fiesta se terminó. Vamos te invito a uno de mis departamentos a tomar algo y seguir platicando. Claro si quieres y te dejan.

Roberto. – Y pues ni tarde ni perezosa, ya sabías que no quería ir a platicar verdad.

Angela. – Pues obvio no tontito, desde la terraza no quitaba su mirada de mis piernas y mis chichis y no paraba de alagarme. Y lo que me gusto es que siempre fue muy muy discreto, guardando apariencias, pero cómo buen cazador espero el momento adecuado para soltar su última carta.

Roberto. – Pero bueno que le dijiste, bueno por la hora ya sé cuál fue tu respuesta, pero… mejor cuéntame.

Angela. – Pues bueno, le dije permiso ya pedí, le dije a mi esposo que iba a ir a un bar después de la reunión a sí que por eso no hay problema.

Arturo. – ¿Y la segunda? ¿Quieres ir?

Angela. – No es que no quiera, estoy muy a gusto y la plática es amena, pero ya es tarde. Y la verdad no quiero que empiecen los chismes en la empresa y más, tengo poco tiempo, además como te dije soy casada.

Arturo. – Es correcto somos personas adultas, tú casada y yo divorciado y creo el tomar una copa y platicar no tiene nada de malo.

Angela. – Pues no, no tiene nada de malo. Ok. Vamos un rato.

Arturo. – Respuesta correcta, no estamos lejos así que tu relájate.

Tardamos como 25 minutos en llegar, un departamento casi a las afueras de la ciudad, una entrada privada muy discreto.

Arturo. – Bueno llegamos. Tú no te preocupes, no va a pasar nada que no quieras, además solo venimos a platicar y tomar una copa.

Angela. – Pero sólo una copa, la verdad ya me siento mareada.

Arturo. – Claro, no te preocupes que aquí estoy yo para cuidarte.

Así que entramos a su departamento, un departamento sencillo pero bonito, amueblado con lo indispensable, Arturo se fue a la cocina saco dos vasos y preparo unas bebidas.

Arturo. – Vamos hermosa toma asiento estas en tu casa, ponte cómoda y relajada.

Me trajo mi bebida y puso música, cumbias a un volumen moderado, pero apta para bailar, me ofreció su mano y dijo salud. Brindamos me levante ya que era una clásica invitación para bailar.

Arturo. – Ven bailemos sígueme mostrando como te mueves, bailas muy bien.

Angela. – Gracias tú no lo haces mal.

Empezamos a bailar nuevamente duramos como 20 minutos baile y baile, minutos que aprovecho para acercarse de más y poder repagarme su verga la cual se sentía ya dura su mano de repente bajaba a mi nalga, yo no hacía nada para pararlo. No me imaginaba que yo sólo iba a pasar un rato de distracción a una reunión laboral, nunca pensé que iba a terminar ensartada por uno de los socios de la empresa para la cual trabajaba.

Estando ahí parados bailando muy pegados, compartiendo sudor por el baile acerco su boca a mi cuello empezando a besarlo, sobando con su mano derecha mi nalga izquierda, para ese momento mi excitación era inmensa, tenía ganas de ver su verga, tocarla, acariciarla, darle una buena mamada, prepararla para que se introdujera dentro de mí.

Arturo. – ¿Te gusta o paro?

Angela. – mmmmm

Ya no había paso atrás, me dio media vuelta dejando mi trasero pegado a su verga con sus manos empezó a tocar mis pechos, su mano derecha empezó a bajar hasta desabotonar mi short, bajar el cierre y acariciar con su dedo mi pucha húmeda por la excitación.

Arturo. – Tienes tu panochita húmeda, que rico.

Angela. – Así la pusiste, espero no los dejes así.

Arturo. – Sería un tonto si la dejo así, vas a quedar más mojada, vas a regresar toda chorreada linda. Ven vamos a la recamara.

Nos dirigimos a la recamara al entrar me beso lo cual lógicamente correspondí, fue un beso apasionado, sus manos me quitaron mi top que llevaba, termino por bajarme el short, quede sólo con el brasier y mi tanga, mis manos acudieron rápidamente a quitar el cinturón de su pantalón, bajar el cierre, el termino de quitarse el pantalón y su playera que llevaba.

Todo esto mientras seguíamos besándonos, mi mano acaricio su verga debajo de su boxer, me separe de él, me hinque baje su boxer y salió esa verga cabezona, venuda parecía que iba a explotar. La agarre con mis manos empecé a jalársela, voltee para arriba vi su cara de excitación, acerque mi boca y la empecé a mamar, trataba de meterme todo ese tronco en mi boca, el solo gemía.

Arturo. – ahhhhhhh, mmmmmm que rico la mamas, tú esposo si que tiene suerte. Sigue no pares mámala que es toda tuya.

Angela. – ¿Toda mía? Seguro, esto querías verdad desde que me viste entrar a la terraza, querías que te la mamará, que te diera las nalgas.

Arturo. – aaaahhhhhhhhhh si y no desde hoy, desde que entraste a trabajar te traía en la mira. Te quería coger hacerte mía.

Angela. – Pues que bien disimulado eras he, pues aprovéchame que esta noche soy toda tuya.

Seguí mamando su verga, sentía que se iba a venir, me separo, me levanto, me dio un beso me tomo de los hombros y me empujo hacia la cama boca arriba, levanto mis piernas e introdujo su cabeza entre ellas para mamarme la panocha.

Angela. – Hayyyyy que rico, así mámamela así que rico, no pares

Arturo. – Te gusta verdad, y ahorita que te meta la verga más rico vas a sentir.

Roberto. – Hija de tu madre, quien iba a pensar que vienes entonces recién cogida por uno de tus jefes. Pensé que el que iba a terminar cogiéndote era Saúl.

Angela. – Pues yo también, pero se dieron las cosas amor. ¿Pero quieres que continúe?

Roberto. – Claro que si amor, mira cómo me tienes ya con toda la verga dura y lubricada.

Angela. – Pues espera te tengo que terminar de contar. Bueno. Me siguió dando una buena mamada de esas que me das tú, pero lógicamente el sentir una boca diferente me estaba llevando al éxtasis.

Arturo. – Ahora si chiquita, ponte en 4 que te voy a dar una buena cogida, vamos haber que tan bien te mueves y gozas la verga.

Me puso en 4, mis pechos tocaban la cama, arqueé mi espalda para darle todo el culo a su vista y placer, sentí como su verga jugo un poco a la entrada de mi puchita hasta que la metió de un solo golpe, resbalo como cuchillo en mantequilla, en ese momento me sentía en el cielo.

Angela. – Hay que rico, me estas cogiendo, coges divinamente, no pares, cógeme más, cógeme más, hay, hay, hay, hay, hay que rico méteme toda tu verga vamos métela.

Arturo. – Que rico culo, muévelo vamos, goza mi verga Angela gózala, te gusta verdad, te gusta, quien diría mira toda una señora de buen ver en el trabajo y aquí te tengo con el culo parado dándote verga y tu esposo en casa pensando que estas en un bar jajajjaja. Mueve ese culo vamos comete mi verga.

Empecé a mover el culo como licuadora, el ritmo lo marcaba yo así en 4.

Angela. – Así te gusta, te gusta como me como tu verga, como muevo el culo, cógeme, no es lo que querías vamos dame verga lléname de tu verga, déjame aguada, quiero sentir mi panocha aguada por días de la cogida que me estas dando.

Así duramos tiempo sólo sentía las embestidas que me daba Arturo, se veía que tenía tiempo sin coger, su verga ultrajaba mi panocha, estaba por venirme, fue cuando sentí una nalgada fuerte en cada nalga, empezó a nalguearme eso fue la culminación para venirme.

Angela. – Hayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy que rico cabrón, estas haciendo que me venga bien rico, no pares dame más, dame verga, quiero más dame, dame hay Dios que rico, que buena verga voy a deslechar.

Arturo. – Cabrona eres una puta bien hecha vas a hacer que me venga, donde los quieres. Donde.

Angela. – Adentro papi vente adentro quiero sentir tus mecos calientes dentro de mí, me los quiero llevar de recuerdo.

Arturo. – hayyyyyyyyy me vengo mueve le culo me vengo aghhhhhhhh, aghhhhhhhh.

Sentí como su verga se deslechaba dentro de mí, como quedaba toda mequeda, 4 lechazos son los que sentí.

Angela. – Hay que rico, si vente todo papi, dámelos todos hay que rico que rico.

Termine así con el culo parado, Arturo saco su verga dándome una nalgada, y golpeando su verga en mi culo, limpiando el resto de leche que quedaba en mis nalgas.

Arturo. – Que rico coges verdad de Dios, y créeme he estado con varias pero tu mueves ese culo divinamente.

Angela. – Te dije que me habían dicho que si me sabia mover jajajajjaja

Me tumbe sobre la cama, sentía como todos sus mecos salían y recorrían mi entrepierna.

Me levante, tome mi tanga mi topo y me cambie, Arturo salió del baño aún con la verga semi parada.

Arturo. – ¿A dónde vas linda?

Angela. – Es tarde tengo que irme. Entiendo si no puedes llevarme tomo un Uber.

Arturo. – Para nada, no sería de caballeros dejarte ir en Uber yo te llevo, pero me encantaría te quedaras más tiempo, siento que aun podríamos pasarla bien.

Bajé mi mirada, vi como su semi erecta verga iba teniendo fuerza nuevamente.

Angela. – Ya creo que sí, pero quisiera que comprendieras tengo que llegar a mi casa.

Arturo. – Te entiendo, pero entonces dejamos la cita abierta para otra próxima ocasión. ¿Te gustaría?

Angela. – Ya veremos.

Nos besamos lo separe se vistió y salimos. Y pues aquí estoy llegando y contándote amor.

Roberto. – Wuauuuu, no me la creo amor. Sin querer queriendo terminaste cogida, ya que a Diego le pegan tal vez ya tengas un nuevo amante.

Angela. – No creas, si me gusto, pero…

Roberto. – ¿Qué? Te dijo algo o se sobrepaso más de la cuenta.

Angela. – No para nada, todo bien, es discreto, caballero, coge bien, tiene buena verga, pero a ti te amo y eres más grande que yo, el tiene tu edad, no creo que sea lo que busque.

Roberto. – Entiendo, te gustan de tu edad o un poco más chicos.

Angela. – Así es bien que me conoces.

Roberto. – Pues tarde o temprano llegará alguien vas a ver. Y entonces vas a volver a darle las nalgas a Arturo, es un hecho que te las va a pedir.

Angela. – Pues claro que me va a pedir las nalgas, sé que me va a querer seguir cogiendo, pero ya eso lo veremos después. Ahora pues no sé si quieras que te calme las ganas a ti ahora. Por que yo si aguanto una más hoy.

Roberto. – Me ofendes, y ya sé que tu aguantas dos vergas en un día está comprobado, además no dejaría que te fueras a dormir con esa panocha toda sucia. ¿Alguien tiene que limpiar el desorden o no?

La tome de la mano, apagamos la luz del patio, cerramos la puerta de la casa subimos a nuestro cuarto cerramos la puerta. Y al cerrarla la bese, sabiendo que horas antes esa boquita había estado mamando una verga ajena una verga que no era la mía, le desbroche el short, le quite el top, metí mis dedos en su panocha, se sentía pegajosa, húmeda, caliente.

Me fui a la cama me quieté la ropa me acosté boca arriba, no era necesario decirle a mi esposa que hacer, así boca arriba puso su pucha sobre mi cara restregando todo su sexo sobre mí, gozando mi boca en su panocha, yo gozando de su puchita toda mequeda, oliendo a verga ajena, a sexo, se voltio de espalda se inclinó y me empezó a mamar la verga en un excelente 69, aún salían restos de los mecos de Arturo ya como agua.

Roberto. – Que rica panocha amor, esta toda mequeda, jugosa.

Angela. – Si amor, así la dejaron te gusta.

Roberto. – Me encanta amor, así le mamaste la verga a Arturo verdad.

Angela. – Si amor le encanto.

Sentía que me venía, pero no, no era tiempo. Le di una nalgada indicándole que se pusiera boca arriba, le abrí las piernas, podía ver su panocha rosada, arrugada de la cogida que le habían dado. Agarré mi verga y la fui metiendo poco a poco sin esfuerzo, estaba más que lubricada por la excitación y la enlechada de hace unas horas. Así me la cogí, los dos gemíamos, tuvo que morder una almohada era inevitable un squirt en ese momento mi verga la llenaba de leche nuevamente revolviéndose con los mecos de Arturo.

Una sesión de sexo inigualable. Era tal mi excitación que le mame la panocha, pero no aguanto mucho su venida ya la tenía muy sensible.

Nos besamos, abrazamos y dormimos.

Domingo por la mañana suena el despertador……..

Continuará

 

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