Lo rescaté y me pagó con unas ricas cogidas
📋 Lecturas: ️15216
⏰ Tiempo estimado de lectura: 7 min.
Ramón, una persona que apoyé cuando sufrió atropellamiento por un vehículo, también hizo mucho por mí sin que se lo pidiera, todo se fue dando durante su recuperación, me hizo feliz mucho tiempo, hasta que decidió partir para buscar a su familia.
Nos dejó tristes a mi esposa y a mi, porque ella también disfrutó de su rica y enorme verga.
Les comento un poco de como surgió todo. Cuando transitaba hacia mi casa vi tirado a un hombre, detuve mi vehículo, lo vi bastante maltrecho, golpeado, mojado porque acababa de llover, tenía aspecto de indigente, a pesar de la suciedad, se veía que era joven.
Decidí llevármelo para curarlo y tal vez podría reincorporarse a la vida laboral. Cuando llegué a casa mi esposa me regañó, porque podría estar muy enfermo y requerir cuidados especiales. Le dije que haría una obra de caridad.
Lo llevé a un baño que está al fondo del patio, donde hay un cuarto amplio, lo empecé a desvestir, estaba somnoliento, quizá porque tenía temperatura, creo que también había bebido, pero ¡oh sorpresa! cuando le quité el bóxer saltó una verga que aunque estaba flácida, se veía que al pararse era bastante grande y cabezona.
Me metí con él a la regadera, lo paré y empecé a enjabonarle todo el cuerpo. Para que estuviera totalmente aseado le lavé el culo, también los huevos y me entretuve en su verga porque tenía los vellos tiesos, como si les hubiera caído algo pegajoso. La tenía morcillona, le lavé bien la cabecita porque tenía bastante suciedad.
Lo llevé desnudo a la cama, lo sequé bien, me detuve muchos segundos secándole su hermoso pene que con el contacto con mi mano se puso bastante erecto, y ¡le di muchos besitos!, le recorté el cabello, lo rasuré, también le recorté el vello púbico, le puse talco en sus huevitos. Lo vestí y lo dejé dormir. También noté que tenía lastimadas las muñecas de la mano, presentaba dolor, procedí a ponerle vendaje.
Tiene un pene hermoso, me dijo mi esposa que sin darme cuenta me había estado observando en silencio. Sí, le respondí, no pude resistirme. No sabía que te gustaba mamar verga, pero te entiendo, lo mismo hubiera hecho de tener cerca ese enorme ejemplar. Solo espero que este hombre no me deje sin esposo, me dijo. Le comenté que me quedaría con él por si necesitaba algo y porque tampoco sabía donde se encontraba. Qué bueno que lo afeitaste y que le rasuraste al amiguito que vi tenía mucha suciedad.
Al día siguiente era viernes de asueto, trabajaría hasta el lunes, lo que me permitirá cuidarlo tres días. No supe a que hora me dormí, me despertó sentir algo duro en mis nalgas. No era otra cosa que su pene, estaba totalmente empalmado. Estaba despierto, me preguntó dónde estaba y también quería hacer pipí. Le expliqué que lo había encontrado y que estaba en mi casa, que no se preocupara, que estaba a salvo. Lo llevé al baño, como tenía vendadas las dos manos, se la saqué del bóxer para que pudiera orinar, la mantuve agarrada todo el tiempo, después se la sacudí y finalmente le pasé una toalla húmeda para que quedara bien limpio, gracias acertó a decir.
Por la mañana le di desayuno. Lo llevé a bañar, le puse bolsas en las manos. Primero le lavé la cabeza, la espalda, las nalgas y el culo. Cuando me fui al frente me encontré con tremendo animal, le lavé la cara, fui lavándole el pecho, cuando llegué a su pene me puse de cuclillas, me quedó a centímetros de mi cara, se lo lavé con mucho cuidado y ya no esperé más, lo empecé a mamar, era enorme, no me cabía en la boca. Empezó a gemir y yo a disfrutar de ese enorme rabo, me dijo que de iba a correr, abrí la boca y empecé a tragarme chorros y chorros de leche calentita.
Nos fuimos al cuarto y volví a mamarle el rabo, no tardó en ponerse erecto otra vez, empecé por ponerme lubricante y a meterme los dedos para dilatar mi culito, cuando creí que ya estaba preparado, me puse de perrito, le pedí que me cogiera, sentí que me iba a partir en dos, pero aguanté como perrita en celo todas sus estocadas hasta que nuevamente se volvió a venir, me dejó lleno el culito de leche.
Se estaba terminando de venir cuando se apareció mi esposa, que quedó estupefacta al verme enculado y solo acertó a decir que se ofrecía para esa noche cuidar a Ramocito. Yo seguía con la enorme tranca dentro que aun permanecía erecta y aventando los últimos chorros. Se acercó mi esposa para darme una nalgada, diciendo eres una zorrita golosa y se fue para la casa.
Tras disfrutar de ese bello rabo y la leche, fui a buscar a mi esposa para darle una explicación, me dijo que no había problema, que disfrutara de la vida y de ese enorme ejemplar, solo que si le debí platicar mis planes porque ella debe estar enterada y también dejarla disfrutar. Le dije que estaba de acuerdo y no volvería a pasar, solo que todo se había dado de forma natural, sin planear. Le dije que iría a comprar vendas y medicinas.
Cuando volví a casa no estaba mi esposa, pensé que se había ido a la habitación del fondo a hacerle compañía a Ramocito. Casi me desmayo cuando escuché a mi esposa gimiendo y pidiendo más, estaba de perrito y detrás de ella mi protegido y amante dándole unas embestidas y con un clap, clap, clap, cada que el pene entraba en la bien empapada vagina de mi amorcito.
Me vieron y siguieron en lo suyo. Creo que mi presencia excitó más a mi mujer porque tuvo un orgasmo que hasta yo disfruté. En ese momento también se vino Ramocito y quedó sobre mi esposa, los dos estaban disfrutando del momento. El se salió, su verga estaba semi erecta y mi bella esposa empezó a darle una rica mamada que se le volvio a parar y ella empezó a cabalgar y a tener otro orgasmo. Gemía bastante fuerte, chillaba como perra en celo y él empezó a venirse, mi esposa gritaba de placer.
Se acostaron en la cama, ella me pidió que me acercara para decirme gracias mi amor y me besó en la boca, un rico beso con sabor a semen de nuestro macho. Esa noche de viernes acordamos que mi esposa se quedaría “a cuidar” a nuestro paciente, para llevarlo al baño hacer pipí y darle sus medicamentos. Mi adorada esposa me contó que afortunadamente Ramocito es joven y no durmieron toda la noche, se la pasaron cogiendo, me dijo que nunca había visto ni disfrutado de una verga tan hermosa. Se tomó fotos mamando y también cuando le escurría semen de la vagina y del culito.
Sábado y domingo lo dejamos descansar. Nos lo llevamos a dormir a nuestro cuarto, era nuestro macho y debíamos cuidarlo y alimentarlo para que nos cogiera muchas veces. Por la madrugada que me desperté para ir al baño, estaban haciendo un 69, mi mujer es golosa, terminaron cogiendo, mi linda esposa le pidió que se la metiera por el culito. Finalmente nos dormimos y era lunes para ir a trabajar. Lo dejamos solo en casa, a nuestro regreso ya se había quitado las vendas y nos cocinó.
Nos agradeció lo que hicimos por él, dijo que tendría que irse a buscar a su familia que debía estar preocupada porque él había sido secuestrado por unas personas que lo querían obligar a hacer cosas ilegales, afortunadamente logró escapar. Le ofrecimos que se quedara a vivir con nosotros como nuestra pareja y que le podíamos conseguir trabajo, pero insistió en irse, con la promesa de regresar.
Se quedó una semana más y nos hizo felices sexualmente, a mi esposa se la cogía por el ano y por la vagina, a mi me daba unas enculadas bien ricas, me daba leche en la boca o se venía en mi cara. También hicimos trío.
Gracias Ramocito por toda esta felicidad, te queremos cabrón, esperamos que cumplas tu promesa de regresar.
Tendencia ahora