El despertar de mis cuernos (confesión) – I, II
📋 Lecturas: ️7531
⏰ Tiempo estimado de lectura: 11 min.
Estuve pensando por mucho tiempo el contar esta confesión, pero creo que ya es tiempo de compartir, espero sea de su agrado.
Conocí a mi primer esposa cuando ella era una adolescente, yo mayor que ella por 6 años, nuestra relación de noviazgo duro 4 años, cuando ella cumplió 19, nos casamos, fui el primer hombre en su vida sexual, como jóvenes que éramos, disfrutábamos de nuestra vida amorosa de múltiples maneras, siempre queríamos estar en la cama, así por un lapso de 3 años, tiempo en el que las cosas se fueron enfriando, por lo que decidimos crear algo diferente para avivar la llama, planeamos una cena romántica, todo iba de maravilla, tomamos vino y con forme las copas se consumían íbamos llegando a platicas más candentes, ella llevaba la iniciativa de las preguntas indiscretas, me cuestionaba sobre mis experiencias antes del matrimonio, sincerándome con ella y por su insistencia en saber de mí, le conté algunas aventuras, cada vez la veía mas interesada y excitada, creía que iba por un buen camino, todo pintaba a una noche de pasión como antes.
Fue precisamente en ese momento al saberme dueño de la situación, cuando cambié la situación y ahora ser yo el de las preguntas, yo estaba seguro de que ella no había estado con alguien antes de mí, por lo que jamás me esperé escuchar la confesión que me soltó ese día.
Se que fui el primer hombre en tu vida sexual, ¿antes de mí, hubo algo cachondo que hayas pasado? Yo fui honesto con Tigo, así que espero lo mismo.
Dudó un poco, se quedo reflexionando por unos segundos, pero al fin asintió con la cabeza.
¿Te gustaría contarme? Yo también quiero saber de ti, como fue tu despertar a la sexualidad, te juro que no te juzgare por lo que me cuentes.
Hubo algunos cachondeos con un amigo. Bueno, siendo honesta, antes de eso, tuve una experiencia, me da mucha pena de ello, pero te la voy a contar.
En una ocasión estaba sola en la casa con mi hermano Aurelio, mi mama estaba trabajando, era por la tarde, el estaba haciendo una tarea y me pidió ayuda, ya que no sabía bien como poner una explicación a lo que había visto en la clase de biología.
Hoy estuvimos viendo la consistencia de algunos fluidos en el microscopio, ahora debo de redactar que fue lo que observe y no sé cómo explicarlo.
Cuéntame un poco de lo que hicieron.
Vimos, en el microscopio, como esta conformado el mercurio, la sangre y el semen.
Creo que, si me acuerdo de haber visto eso también.
Por curiosidad le pregunte sobre el semen, de a quien le había tocado, poner la muestra, por lo que me dijo que nadie se animaba a hacerlo pero el lo hozo ya que le darían un punto extra en sus exámenes, así que se fue al baño de la escuela a masturbarse, para analizar la muestra, yo para burlarme de él, le comencé a decir, que no lo creía, que era un chamaquillo que aun ni se le paraba y mucho menos le salía nada, el rojo de la pena y tomando valor me dijo que estaba loca, que estaba dispuesto a demostrarme lo contrario.
Yo seguía molestándolo, diciéndole que ya me imaginaba su cosilla diminuta, quizá eso fue el detonante ya que se levantó, se desabrocho el pantalón y se metió la mano entre el calzón, sacándose la verga delante de mí, me quedé con los ojos abiertos sin poder creerme lo que estaba haciendo, tenía su verga aun flácida en su mano, pero no dejaba de acariciársela y mostrarme como poco a poco le iba creciendo, yo no dejaba de verlo sin poder decir nada, era la primera verga que veía al natural y era la de mi hermano, el no dejaba de tocarse, era algo sorprendente, para su edad era muy grande, dentro de mi comenzó a recorrerme un calor y una sensación extraña.
¿Quieres tocarla para que veas que es de verdad? Ya ves, te quedaste muda, no que era muy chiquita, anda, tócala para que salgas de la duda.
Se acercó hacia mi y la blandía ante mí, no supe como pero estire mi mano hacia el y se la agarre temblorosamente, estaba caliente y dura, era una sensación agradable, sentir como le palpitaba al roce de mi mano, se la recorrí completamente, mi excitación era cada vez mayor, así que comencé a masturbarlo suavemente, el solo cerro sus ojos y se dejo llevar.
Yo por dentro quería probarla así como comentaban mis amigas que lo hacían con sus novios, una vez más me deje llevar y me arrodille frente a él, besándole la cabeza, lamiendo como una paleta, hasta que la introduje en mi boca para succionar un poco, él se comenzó a estremecer y en cuestión de segundos me lanzo un abundante chorro de semen en la boca, tenia un sabor agrio y salado; pero en ese momento me pareció delicioso, seguí chupando y lamiendo para limpiarlo por completo, su verga no cedía, seguía erecta, me invadió la pena y me levante, lo mire a los ojos para decirle, esto no esta bien, nadie se debe de enterar y esto no pasara más, eres mi hermano, así que lo deje solo, me fui a mi recamara, me recosté y recordando todo lo que paso, me comencé a masturbar hasta correrme.
Durante todo este relato, yo solo estuve escuchando atento, con una excitación tremenda que incluso me hizo venirme sin siquiera tocarme, todo mi cuerpo temblaba, no quería que parara de contar, era algo nuevo en mi vida, algo tan maravilloso, que no puede hacer mas que agradecerle por contarme, la abrace y la bese con pasión, era mi mujer, mi esposa y la amaba.
PARTE II
Después de la confesión que me hizo, comenzaron a verse cambios, retomamos la pasión y las ganas de seguir disfrutando de la sexualidad, cada encuentro era placentero, sobre todo cuando venían los recuerdos creados por mi mente de lo que me había contado, me imaginaba a mi cuñado con sus ojos cerrados disfrutando de una rica mamada de su hermana, esto me llevo a querer indagar mas sobre sus secretos, pues me quedo la duda de quien fue el amigo con el cual había llegado a algo mas que solo a las caricias, por lo que una noche, después de haber experimentado una sesión de sexo, ya en reposó, solté la pregunta que tantas veces había cruzado por mi mente.
- Oye amor, ¿puedo preguntar algo?, me quede pensando sobre el amigo con el que dices que tuviste cachondeo.
- ¿Pera que quieres que te cuente? Me doy cuenta de que te excita, pero a mí me da miedo contarte mi pasado, confió en no ser juzgada, pero aun así es difícil contarte.
- Amor, creo que ya te demostré que no pongo en duda tu amor, independientemente de que eso ya paso, solo es cuestión de curiosidad, quiero saber como aprendiste a hacer todo lo rico que ahora solo disfruto yo.
- Muy bien, pues entonces te contare, un poco de ello.
Tiempo después de lo que paso con Aurelio, yo lo recordaba y me causaba mucho morbo, aunque tenia mucho miedo de que se supiera, por eso decidí no hacerlo más con él, me imagino que el también se sentía igual ya que no me llego a proponer nada mas y eso para mi fue bueno, pero muy dentro de mi quería experimentar, también me mataba la creencia de mi familia de que debía de llegar virgen al matrimonio, en ese tiempo Javier, tu amigo, me pretendía, a cada momento me invitaba a salir, aun a sabiendas de que ya había algo entre nosotros, la verdad en ese momento no le tomaba mucha importancia al hecho, por lo que acepté salir con el solo como amigos, siempre fue muy complaciente con migo, me hacia sentir bien, pero en verdad que nunca me gusto para una relación, por lo que fui clara con él en ese sentido, podíamos ser amigos y nada más, en una ocasión me invitaron a una fiesta y para mi sorpresa hay estaba Javier, platicamos, bailamos un rato y tomamos unas copas, cuando tenia que irme a casa, el se ofreció a llevarme, así que acepté, en el camino me comenzó a decir lo mucho que le gustaba, que siempre había estado enamorado de mí, yo solo lo escuchaba sin decir nada, poco antes de llegar a casa, paro el coche, paso su brazo sobre mis hombros y me jalo hacia el y me beso, mareada como encontraba y por la sorpresa, me deje llevar y le correspondí, cuando se separó de mí, solo le dije, llévame a mi casa por favor, no dijimos nada más.
Esa noche, llegue a casa, me encerré en mi cuarto, solo pensaba en lo sucedido, me había gustado el besarlo, pero sabia que eso no podía pasar, sin querer se me vinieron los recuerdos de la verga de mi hermano y de la misma forma me imaginaba como seria la de Javier, eso me calentó muchísimo que termine tocándome por un buen rato pensando en como hacer para tener entre mis manos la verga de Javier, sin llegar a un compromiso, así pase la noche, desnuda, dándome placer, rosando mi clítoris y mis tetas, deseando la verga de Javier, hasta que caí rendida, al día siguiente, me llego un mensaje de Javier, quería que nos viéramos, así que le dije que pasara por mí por la tarde, el llego puntual a la hora acordada, nos fuimos en su coche a una cafetería, hay comenzó a cuestionarme sobre el beso, por lo que le dije que eso había pasado solo así, que yo era clara con el y que no quería llegar a una relación, que si él lo quería solo seriamos amigos, aceptó y cambiamos de platica, rato después le dije que tenia que irme a casa, por lo que me llevo sin ningún problema, pero al igual que el día anterior, se detuvo antes de llegar y me volvió a besar, por lo que le dije.
- Javier, espera, alguien nos puede ver, en este momento no, por favor.
- ¿Entones cuándo?
- Ven como a las 12 y me esperas en la esquina, no bajes del coche.
- ¿Pero si vendrás?
- Pues si quieres algo más, tendrás que comprobarlo.
Por la noche espere a que mi Mamá y mi hermano se durmieran y me salí de la casa a escondidas como lo hacía cuando me veía con mis amigas, el estaba esperando tal como le dije, llegue, me subí al coche, el lo puso en marcha y nos alejamos de ahí, nos fuimos al mirador, estaba muy obscuro y solitario, una vez ahí, me comenzó a besar y yo le correspondí, poco a poco nos fuimos desinhibiendo y el me empezó a meter mano en mis teta, yo estaba muy excitada, pero aun estaba clara de que solo podía ser un faje, jamás lo dejaría llegar a más, al oído le dije, que yo estaba clara de que tenia que llegar virgen al matrimonio, sí que no podía tener penetración, el se relajo un poco pensando en lo que le acababa de decir, por lo que yo proveché, para hacerlo hacia atrás de su asiento, le comencé a tocar sobre el pantalón su verga, el lo entendió y se dejó llevar, le desabroche el pantalón, metí mi mano en su triza y saque su verga, estaba ya erecta, grande, sus venas marcadas, su cabeza brillaba por el líquido pre seminal. Se veía deliciosa, la acaricie y sin pensarlo me lance sobre ella, la bese y la introduje en mi boca, lo disfrutaba al máximo, le acariciaba los huevos y me la metía lo más que podía hasta sentir arcadas, así estuve disfrutándola por mas de 10 minutos, momento en el que se convulsiono llenándome la boca de leche, espesa, caliente y salada, yo estaba extasiada de lo que sentía, seguí chupando para limpiar todo y no dejar nada de lo expulsado, poco a poco fue perdiendo erección, por lo que la solté y me fui a besarlo nuevamente, el solo se hizo a un lado y me dijo que no me podía besar, que aun tenia restos de su semen, eso me bajo de golpe lo que sentía, por lo que le dije que me llevara a casa, días después me volvió a contactar pero después de lo sucedido ya jamás quise salir con él.
- Amor, que cachondo relato, no me pude aguantar y me corrí una vez más.
- Si me di cuenta, por eso no pare de contar. Quería seguir viendo cómo te tocabas y como lo disfrutabas, me doy cuenta de lo mucho que lo disfrutas.
- Mi mente no para de imaginar todo lo que me cuentas y me pone al máximo, con razón tienes practica al mamar la verga como lo haces.
La abrace y bese agradeciendo lo rico que me había hecho pasar esa noche, ya no pude mas cogérmela, así que solo nos quedamos dormidos en un abrazo.
Tendencia ahora