Ultima tentación
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Eran como las 10:00 de la mañana, cuando suena mi móvil.
.- Dime, hermana… Contesté al descolgar, pues su nombre salía en la pantalla.
.- Buenos días Respondió mi hermana… ¿Estás en casa?
.- Si, aun estoy aquí Respondí.
.- Voy para allá… Comenzó a explicar… Tu cuñado ha tenido un accidente con la moto y está en el hospital. Voy en el autobús.
.- Vale… Contesté… Aquí te espero. Hasta luego.
.- Hasta luego… Se despidió.
Sobre las 10:45, llegó mi hermana. Como tiene llave de casa abrió directamente. Yo estaba sentado en el sofá viendo la tele y al entrar me levanté para saludarla y se abrazó a mi llorando. Aunque no era el momento de pensar en ello, sentí sus pechos pegados a mi cuerpo, y sin querer, al abrazarla, le toqué el culo, notando que no llevaba ropa interior.
.- Me llamó esta mañana… Comenzó a explicar entre sollozos… Venía del trabajo y ha tropezado con una piedra que había en el camino y se ha caído con la moto. Unos trabajadores que estaban cerca, le ayudaron y llamaron a la ambulancia. Ahora iré al hospital a ver si me dejan verlo.
.- Vaya por Dios… La consolé, abrazándola de nuevo… Primero tranquilízate, para cuando puedas verlo no se ponga más nervioso.
Ella se pegó a mi de nuevo, con las mismas sensaciones de antes.
Cuando ya estuvo más tranquila se fue al hospital. Yo mientras salí a unos recados y a tomarme unas cervezas. Sobre las 13:20 me llamó mi hermana que estaba saliendo del hospital. Le dije donde estaba y me contestó que la esperara. Llegó al bar y nos sentamos en una mesa. Tomamos unas cervezas y ya que estábamos allí, almorzamos. Después de comer, nos fuimos a casa. Nos sentamos en el sofá y pusimos la tele.
Al poco, mi hermana se estaba quedando dormida, por lo que me levanté y me senté en el sillón, dejando que se tumbara en el sofá, pues no quiso ir a la cama, aunque le ofrecí la mía. Se quedó dormida casi al momento. Yo me quedé observándola mientras dormía. Estaba en posición fetal, de cara al respaldo del sofá, por lo que su culo estaba en pompa sobresaliendo un poco. Llevaba un pantalón ajustado, por lo que resaltaba más. Llevaba una blusa blanca, por lo que se le transparentaba un poco el sostén color carne. Me incorporé un poco y podía ver sus pechos por el escote de la blusa. Esos pechos que recordé como se pegaban a mi en el abrazo de esta mañana.
Me quedé pensando si meterle mano o no. Inconscientemente, casi sin darme cuenta, llevé una mano a su culo, acariciando sus nalgas por encima de la ropa, haciendo círculos en ellas, sin ninguna reacción por su parte. Ya que estaba en faena, seguí acariciando su cuerpo, subiendo por su espalda, hasta su cuello y pasando la mano por su cintura acaricié la parte baja se sus pechos, siguiendo la copa de su sujetador. Por el escote veía el canalillo de sus tetas (.)(.), cubiertas por el sostén.
Mientras le desabrochaba el primer botón de la blusa, mi hermana cambió de postura, colocándose boca arriba. Me quedé inmóvil, por si se despertaba. Esperé unos segundos y la escuché dar unos pequeños ronquidos. Volví a acariciar sus pechos, por encima de la ropa y desabrochar los demás botones de la blusa, dejando sus pechos descubiertos, solo con el sostén. Volví a acariciarlos, acaparándolos con mis manos, que a penas cabían, pues son grandes. Muy despacio le subí el sostén, apareciendo las aureolas rosadas y grandes, rodeando a dos erectos y deliciosos pezones. Los acaricié con mis dedos dándole suaves pellizquitos, notando como se endurecían cada vez más. Me incliné y pasé mi lengua por el pezón derecho, rodeándolo, siguiendo el circulo de su aureola, mientras amasaba despacio su teta izquierda. Me introduje el pezón en la boca, succionando primero con mis labios y mamando de él después, para seguir con el izquierdo. En un momento dado, junté los dos pechos y pude meter los dos pezones a la vez en mi boca, jugando con ellos con mi lengua. Luego bajé mi mano por su vientre hasta llegar a su entrepierna, notando el bulto de su triángulo negro de vello y, apretando un poco, los labios de su coño. Comencé a jugar con mi dedo, pasándolo entre los labios, por encima de la ropa y en ese momento, mi hermana, soltó un pequeño gemido. No despertó, pues siguió dormida.
Entonces metí mi mano por el elástico del pantalón y confirmé que no llevaba bragas, pues noté sus vellos y los labios de su coño, por los que pasé mi dedo. Saqué la mano y tirando del elastico con las dos manos, pude bajarlo lo suficiente para dejar su coño desnudo a mi vista. Se veia delicioso, pues a sus 59 años, aun están sol vellos negros y los labios mayores gordos. Los separé, contemplando sus labios menores rosados y un clitoris a punto de salir, pues ya se notaba duro. Me incliné y le di un beso en su coño, para luego pasar mi lengua por sus labios vaginales, metiendo mi lengua en su cueva del placer, como si la follara con ella. Subí un poco, hasta jugar con su clítoris, mientras metía un dedo en su encharcado coño, luego dos, fallándola con mis dedos, mientras chupaba su clítoris, cuando noté las contracciones y como mi mano se llenaba de sus flujos, mientras soltaba un gemido. La miré, pero seguia dormida, con un gesto de placer en su rostro. La observé durante unos minutos, allí tumbada desnuda. Le subí el pantalón, le cubrí los pechos, después de darle un beso en cada pezón, le abotoné la blusa y volví al sillón, dejándola dormir.
Sobre las 19:00, sonó la alarma de su móvil. Se despertó, se miró y sin decir nada entró en el baño. Salió peinada y un poco maquillada, se despidió y volvió al hospital para ver a mi cuñado.
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