Abrir la pareja
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La conocí por casualidad, en esos días en que me iniciaba como visitador médico, una tarea para nada agradable, siempre vestido de punta en blanco, pululando de clínica en clínica, entre enfermos de turno, esperando que el doctor de ocasión te atienda y ver la cara de fastidio de los pacientes que aguardan su turno
María José era una de las tantas chicas que esperaba a ser atendida y por casualidad el único lugar disponible estaba a su lado, y solo salió una conversación de la nada
Ella era de origen venezolano y había llegado a mi tierra en busca de un futuro mejor, escapando del régimen de su país, ella era muy pobre por lo que no me sorprendió que estuviera en un hospital público
Creo que fue amor a primera vista, la dulzura de su castellano, la negrura de su piel, el perfume de sus cabellos, la sonrisa de sus labios, sus dientes perlados y porque no decirlo, las hermosas tetas que cargaba que se hacían notorias a simple vista
Me enamoraría de sus curvas, de su piel, de su tatoo a un lado de su vientre y de sus pezones perforados, amaba jugar con mi lengua en los pirciengs brillosos que los atravesaban
En poco tiempo nos casamos, María José, en adelante MaJo, como todos la llamamos, consiguió empleo en una prestigiosa entidad bancaria, en atención al público
Llegó primero Ariadna, que hoy tiene ya once años, y luego Nataly, que ya tiene siete, mis dos princesitas
Así, poco a poco, mi matrimonio con MaJo se estaba metiendo en un callejón sin salida, un cúmulo de motivos nos bombardeaban sin cesar y todo nos llevaba a una previsible eclosión, la rutina, el stress, mi empleo, su empleo, y las niñas, un tema tan amado como complicado, porque estábamos en esa etapa en que los hijos son demandantes en extremo y sin querer te sacan todas las energías
La vida, la vida que te consume poco a poco, te pela capa por capas como a una cebolla, y si no sabes detener el tren a tiempo, el mismo llegará a la última estación en un abrir y cerrar de ojos
Así eran mis días junto a mi mujer, nos estábamos transformando en fantasmas, en autómatas, día tras día para que llegara otro día, habíamos caído en la rutina de cada uno ir por sus cosas, por sus proyectos, me di cuenta que casi no la escuchaba cuando ella me hablaba, y esa voz tan dulce de la que alguna vez me había enamorado ahora solo lastimaban mis oídos
Sábado por la noche, una cena especial en familia, había reservado en un restaurante céntrico, quería salir de esa aburrida costumbre que nos estaba matando y tal vez hacer algo diferente fuera una luz al final del túnel
Las cosas empezarían torcidas desde el principio, yo estaba listo pero las mujeres… diablos! qué difícil es ser mujer, que la ropa, que el calzado, que el cabello, que los turnos del baño, y mientras las agujas del reloj avanzaban, mi mal humor iba en aumento
Al fin nos subimos al coche y llegamos a nuestro sitio donde imaginé la noche ideal para un nuevo comenzar
Todo lo contrario, las pequeñas estuvieron intratables, peleando toda la noche, entre ellas, con la comida, porque nada les gustaba, y se hicieron un triste centro de atención
Y si por si no fuera suficiente, MaJo, molesta por todo, prefirió desentenderse, tomando su celular y para prestar atención a cosas que solo a ella le interesaban
Al regreso me sentí fatal, cuando Ariadna y Nataly ya se habían dormido, MaJo y yo fuimos a la cama, teníamos que hablar y solo lo hicimos con honestidad
Primero reconocer nuestro presente y decirnos luego a la cara que aun nos seguíamos amando y que debíamos pasar la tormenta, solo teníamos que hacer algo, porque no había muchas opciones por delante, no queríamos divorciarnos, por nosotros, por las chicas, tampoco queríamos terminar como mis padres, cuarenta años de matrimonio, viviendo como perros y gatos, bajo el mismo techo y durmiendo en cuartos separados, y lo peor, la infidelidad, caer en las garras de buscar por fuera lo que no se tiene por dentro, ambos teníamos contactos diarios con muchas personas y la tentación podía ser muy grande
MaJo me lo propondría un par de días después y no me resultaría extraño, puesto que en general siempre era ella la de llevar los nuevos proyectos adelante, pero si me extrañó el contenido del mismo
Pareja abierta, me dijo, hacía rato que la idea le daba vueltas por la cabeza y si tanto nos amábamos, podíamos hacer locuras por fuera de la pareja, no habría engaños puesto que todo estaba acordado previamente, ella me mostró en su notebook algunas cosas que ya había averiguado desde hacía algún tiempo y antes mis negativas iniciales ella pareció insistir y solo insistir, en un punto me dijo
Así te podrás tirar a esa doctorcita que siempre te hace ojitos, como es que se llama? no importa, da igual, solo me lo cuentas y ya, tendrás mi permiso y mi bendición…
La doctora Polansky era una gordita querendona que siempre había estado por detrás mío, era cierto, se lo había comentado muchas veces a MaJo, así que ella estaba al tanto de todo
Después de muchas dudas, de idas y vueltas, de luchar contra mis propios temores, terminé aceptando, y en una noche de octubre firmamos un pacto de palabra, con algunas reglas, porque lo principal en todo esto era fortalecer nuestra relación de pareja y no destruirla
Y si, fui el primero en dar el paso, me terminé cogiendo a la doctora Polansky, y fue muy extraño para mi estar con otra mujer, porque en todo momento, cuando se la estaba metiendo la imagen de MaJo rondaba por mi cabeza como un fantasma
A mi regreso a casa solo estaba feliz, y solo quería cogerme a mi mujer, lo más loco fue que mientras le hacía el amor, ella se excitaba con todo lo que le contaba al oído sobre lo ocurrido con la doctora Polansky, MaJo quería que le narrara todos los detalles, como la chupaba, como besaba, lo que había sentido, como la había llenado de leche y me di cuenta que tuvo un orgasmo como hacía tiempo no tenía
La situación fue tirar nafta a un fuego que parecía extinto, fue un reverdecer de una planta abandonada a su suerte y fue tener una semana tan caliente como sugerente, donde las sonrisas, insinuaciones y caricias indiscretas estuvieron a la orden del día
Pero al viernes siguiente tendría que probar el veneno de la medicina, había tenido un largo día, incluso había viajado por ruta a un par de pueblos cercanos, MaJo ya lo sabía, se lo había anticipado, así que llegué a casa cuando el sol ya se había escondido.
Ella me sorprendería, estaba preciosa, con unos aros largos, perfectamente peinada y maquillada, con un vestido entallado en color bronce, que demarcaba su pechos, sus caderas, su cola y porque no decirlo, la perfección de sus curvas, la sorprendí acomodándose unos zapatos de finos tacos altos y solo atiné a decirle
Guau amor! que bonita estás! no me esperaba esta sorpresa!!!
MaJo se rió por mi comentario y respondió
Ja ja amor! no estás entendiendo me parece, tengo una cita!
Y prosiguió
Date una ducha, te dejé la cena preparada en la heladera, las chicas están en su cuarto, no las dejes que se queden levantadas hasta tarde y no las malcríes, si?
Ella me dio un pico dejándome los labios impregnados con su pintura labial y antes de cerrar la puerta me dijo
Descansa amor, llegaré tarde
Esa cena con mis amadas pequeñas sería una cena diferente, Ariadna y Nataly preguntaban por su mamá y los dibujos animados que veían por televisión no eran suficientes para acallar sus preguntas
Cuando al fin se durmieron fui a mi cama a pasar el tiempo con mi celular, pero mi cabeza estaba en otro sitio, por primera vez en tantos años ella no estaba a mi lado, no sabía con quien estaba, ni donde estaba, me sentí perdido como un náufrago en el mar
Sentí estar caminando por el borde filoso de un cuchillo, sentí algo que nunca había sentido, el miedo a perderla, el miedo a que ella se enamorara de otro hombre y sentí en mi cerebro como otro la tocaba, como otro le hacía el amor y al mismo tiempo, me sentí hervir en deseos, quería tenerla conmigo, quería cogerla, quería violarla dulcemente
Nunca había imaginado que existían esos sentimientos escondidos en alguna parte de mi ser
Habían pasado ya las cuatro de la mañana cuando sentí abrirse la puerta de casa, ella dejó las llaves sobre la mesa, y fue hacia el baño, la sentí orinar y lavarse los dientes, luego llegó al cuarto sacándose los largos aros y me dijo sorprendida
No dormiste? estoy destrozada, me doy una ducha y vengo si?
Yo no respondí, solo la vi quitarse ese hermoso vestido y como un tigre espera por su gacela, así esperé hasta que ella estuviera descuidada, la tomé por el brazo y la tiré sobre la cama, a la fuerza, ella se dejó llevar, y quería poseerla, así como estaba, sucia, puta, con el perfume de otro en su piel y el semen en su interior, con sabor a verga en su boca y con su culo dilatado, ella mordió la almohada ante mi cogida salvaje, las chicas dormían en el otro cuarto, y más, y más, y mucho más
Caí rendido mientras ella ahora si fue por una ducha
Volvió a mi lado, nos abrazamos y me confesó que hacía mucho tiempo que no la cogía como la había cogido
No hablamos mucho al día siguiente, al contrario de ella, prefería no saber que era lo que había hecho, tenía ese lado muy celoso e inseguro que me costaba dominar, estaba claro que yo no podía vivir sin MaJo, pero ella se hubiera adaptado mucho más rápido a vivir sin mi
Nuestro matrimonio comenzó a mejorar, o mejor dicho, había nacido un nuevo estilo de matrimonio, abierto, sin engaños
Después de algunas cuantas escapadas a solas por ambos lados, una nueva jugada cambiaría un poco las reglas del juego
Esas salidas nos llevaron a conocer gente nueva, y esas personas tenían sus mundos, nos llegaron invitaciones a sitios desconocidos para nosotros y alguna noche nos encontramos bailando en un boliche para gente con mente abierta, donde todo era posible
Había ido al baño a vaciar la vejiga, MaJo se había quedado en la barra tomando un trago, no tardé demasiado, pero al volver, ella charlaba con otra mujer que estaba a su lado, en primer momento imaginé alguna conocida, pero no era así, se llamaba Ofelia, una morena de cabellos cortos a la nuca con unos enormes ojos negros, se la veía muy sensual enfundada en un trajecito colorido, tomaba sorbiendo una pajita, y al verme sonrió y dijo
Hola! vos debes ser Martín, cierto?
Y mirando a MaJo le dijo
Guau! te envidio! no me dijiste que tu marido era tan guapo!
Me sentí descolocado, pero era obvio que se estaba originando un trío del que nunca habíamos hablado
La historia terminaría en nuestra cama, una experiencia nueva, nunca se me había cruzado por mi cabeza que mi esposa y yo estuviéramos teniendo sexo con otra mujer y que la pasáramos tan bien
En resumen, creo que fue más una experiencia lésbica con un observador, pero había valido la pena
El sol entrando por la ventana sorprendería nuestros cuerpos desnudos, era raro, Ofelia me tenía abrazado y sus tetas y su concha desnuda estaban pegadas a mi piel, a su espalda, MaJo también de lado la tenía abrazada
Era tiempo de ir por las chicas que estaban con mi madre, y Ofelia mientras se vestía a un lado de la cama preguntó
Es la primera vez? cierto?
MaJo y yo nos miramos y rápidamente dije
No, no, como va a ser la primera vez?
Ella se rió y dijo
Mentiras, es la primera vez…
Pasó por el baño y antes que se fuera mi mujer le dijo
Podemos repetirlo si es que estuvimos mal…
Ella solo hizo una pausa y respondió
Gracias chicos, no repito nunca!
Tal vez para nuestra amante fuera poco, pero para nosotros había sido demasiado
Seguimos adelante, y se me hizo lógico que ahora estaba atrapado, si MaJo había permitido a una chica, seguro clamaría por un chico, lo justo es justo, solo que yo… ahhh! mierda, mis celos, mis inseguridades, mis miedos…
El encuentro con Ofelia había sido casual, improvisado y nunca me había sentido en control y tal vez eso era lo que necesitaba, saber todo, cada paso, que sucedería y como sucedería
Conocía bien a mi mujer, sabía que le gustaba, sabía lo que la calentaba, y sabía cómo sorprenderla
En adelante, todo lo que leerán estuvo planificado de mi parte, palabra por palabra, minuto a minuto, y espero se sorprendan como ella se sorprendió, ella solo sabía eso, y le dije que se dejara llevar
Ese sábado llevé a las chicas a casa de mis padres, era un tanto tarde, le dije a MaJo que la única condición era que se pusiera un vestido, o una pollera, ya que un pantalón hubiera sido un escollo en el camino
Volví a casa cerca de las diez de la noche, un tanto presuroso puesto que estaba ya en la hora de la reserva del restaurante, ella me esperaba con un vestidito suelto, a media pierna en color negro y blanco, con dibujos asimétricos entre ambos colores con un cierre al frente desde arriba a abajo, hizo un giro rápido de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, para que el mismo flameara en torno a su cuerpo
Así te gusto?
Todo le quedaba bien, y ese vestido suelto cerraba a la perfección en mis planes
Vamos que es tarde – le respondí –
De que se trata todo esto? estoy intrigada – preguntó ella con la curiosidad típica que no pueden disimular las mujeres
Nada, sorpresa, solo vos dejate llevar en todo momento – dije con la seguridad de quien tiene todo bajo control –
En un abrir y cerrar de ojos estábamos cenando en un restaurante muy acomodado de la zona céntrica de la ciudad, distendidos, tranquilos, con una música suave de fondo
Hablamos mucho, toda la conversación siempre giró en torno a nuestra nueva relación de pareja, sobre cómo nos habíamos reinventado y con lo bien que estábamos, reímos recordando algunas situaciones puntuales que nos habían pasado, porque para ser honesto, no todas son flores cuando te cruzas en la cama con extraños, recordé una vez que una mujer se puso a llorar como niña porque sería infiel por primera vez y solo se había arrepentido en el momento justo, ella también me confesaría la triste experiencia de que a su amante de turno no se le parara y cosas como esas, también hablamos de las niñas, Ariadna y Nataly en poco tiempo serían señoritas y ya no sería tan fácil poder escaparnos con tontas excusas, pero ese sería un tema para el futuro
Por cierto, también volvía cada vez que podía sobre la sorpresa que se suponía para esa noche, y siempre lograba escaparme y me encantaba jugar ese juego
Después del postre y pagar la cuenta, eran cerca de la una de la mañana, y le dije que iríamos a un departamento que había conseguido prestado, con una magnífica vista que daba al corazón mismo de la ciudad, en ese momento, para mi mujer no parecía ser un gran programa el que le proponía, solo le dije una vez más que confiara en mí, y que siempre recordara que cada paso estaba fríamente calculado, como el vestido, que hasta ahí no entendía, y como la cena, era parte de un todo
Un mensaje de WhatsApp me dejaba saber que estaba todo en orden para el siguiente paso, y solo fuimos a ese departamento
Entramos, dio un pequeño rodeo, miró por los ventanales al tiempo que yo abrí una botella de champagne para brindar y fue ahí, empezamos a bailar con un par de copas entre nuestras manos, la besé y lentamente le bajé el cierre frontal del vestido, dejando a la vista sus enormes pechos bajo un sostén blanco y el frente de la tanga del mismo color, sería ese el momento en que empezaría la acción
Del cuarto contiguo salió la persona que me había enviado el WhatsApp, como había conseguido el departamento, también había conseguido los servicios de este muchacho, hoy en día por internet se consigue todo, absolutamente todo, hasta Julián
Yo lo había elegido entre muchos, porque sabía cada imagen prohibida que tenía mi esposa en su cabeza
Julián era stripper de profesión, pero nada de esto sabría mi mujer
Ella solo vería un ser enorme de cerca de dos metros, todo musculoso, estaba todo vestido de negro, tenía el rostro tapado con una capucha por donde solo podían verse sus ojos verdes y sus labios gruesos, en su mano derecha tenía un arma que obviamente era de juguete, y cuando vi el rostro de susto de MaJo, le recordé una vez más que todo estaba calculado, que se relajara.
Julián tenía que cumplir el rol de ladrón de ocasión y a decir verdad hacía muy bien su personaje, empezó a insultarnos, a decirnos que nos iba a ‘quemar’, mientras en su mano izquierda tenía unas baratijas que simulaban ser collares costosos
Yo le pedí que se tranquilizara, que haríamos lo que él quisiera, entonces nos hizo ir hacia el dormitorio
Ya en el cuarto, me dijo que me fuera hacia el rincón más lejano y que mantuviera mis manos en alto, mientras que la tenía a mi mujer asida por uno de sus brazos, ella le dijo
Por favor… no me hagas daño…
Vos callate perra y hacé lo que yo te diga si no queres tener problemas
Luego la tiró con fuerza sobre la cama y ella rebotó un par de veces sobre el colchón de la cama, quedó boca abajo, él le levantó el vestido quedando con su rico culo expuesto, ahí fue cuando ella entendió mi insistencia porque no usara pantalones esa noche
El ladrón de turno entonces fue por el frente para que ella viera, se quitó el pantalón y una enorme verga blanca estaba en semi erección ante sus ojos exorbitados, Julián tenía terrible pija y le iba a dar a mi mujer su merecido, ella lo vio venir y dijo
No, no, me vas a hacer daño con eso!
El se colocó un preservativo y al terminar de desenrollarlo aún quedaban unos cinco centímetros por cubrir, fue por detrás de ella, le dio una nalgada, la arrancó literal la ropa interior y la obligó a ponerse en cuatro, de manera que su rostro quedara enfrentado al mío
Julián tomó lubricante que previamente había dejado en la habitación, empezó a untar con sus dedos el esfínter de MaJo, era el plan trazado, y ella protestó
No!!!! por el culo no hijo de puta!
Pero él, volvió a nalguearla y le apretó la cintura contra el colchón, para que su culo quedara más expuesto
Callate hija de puta!
El solo se aprestó a dársela por el culo y el rostro de mi esposa se fue transformando, esa cara de dolor, pero ese dolor placentero, ese dolor buscado, ese dolor excitante, que me tenía con una erección bajo mis ropas
No fue fácil pero nuestro asaltante improvisado al fin se la enterró por detrás y la hacia gemir y gritar, ahora como puta, y eso me encantaba, MaJo cada tanto trataba de mirarme a los ojos pero solo no podía, solo se entregaba a disfrutar como ese animal le rompía el culo sin piedad.
Algo que me resultó muy caliente fue que ella en algún punto le reclamara
Sacate el preservativo! dale, dale, quiero que me llenes el culo de leche, dale, dame el gusto!
Ella hablaba con su rostro sobre el colchón mientras se masturbaba con locura y yo solo era un espectador en primera fila, pero Julián no le daría el gusto, no era así el plan escrito
Al final él se acabó todo y sacó la verga del culo de mi mujer, se retiró unos pasos, se sacó el preservativo lleno de semen y la dijo
Acostate puta, boca arriba, dale, dale, no me hagas poner nervioso!
Ella hizo caso
Ahora abri la boca!
No, no… – respondió MaJo –
Haceme caso porque te meto un tiro perra!
Ella abrió bien la boca, él acomodó el preservativo cerca de su labios y empezó a verter toda la leche que tenía dentro
Dale putita, tragá, tragá todo…. eso… ves que rico? ves como te gusta cierto
Veía el semen caer en la boca de mi mujer, y el movimiento de su garganta como inevitable prueba de que iba tragando todo lo que caía
Al fin, el tomó su rol en el juego y mientras se aprestaba para retirarse dijo
Ahí te la dejo a la puta de tu mujer, bien culeada, satisfecho?
Julián solo tomó sus cosas y se retiró, sentimos cerrarse la puerta y luego el ascensor ponerse en marcha, MaJo nunca se enteraría su nombre, nunca vería su rostro, para ella solo sería un extraño que la había violado y porqué no decirlo, una fantasía recurrente en muchas mujeres que, en mi caso, con un juego, la había vivido en carne propia
Mi mujer, terminada la escena, saltó sobre mi como una perra salvaje, me abrazó y me dio uno de los besos mas calientas que jamás me hubiera dado, creí sentir al amargor aun presente de los jugos de su amante de ocasión, y eso me hizo hervir en deseos y volvimos a hacerlo como animales, enloquecidos, metiendo mis dedos en su culo todo dilatado y cogiéndola tres veces seguidas por su concha, rebalsándosela de leche como nunca lo había hecho antes
Hoy los juegos siguen, locos, desenfrenados, pasionales, la historia de abrir la pareja está resultando bien, demasiado bien, mejor de lo pensado, no se que deparará el futuro, tal vez solo encontramos nuestra manera de ser felices.
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