Historias de un matrimonio cornudo

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I. Todo comienzo tiene su encanto

En estos relatos contaré la historia de cómo nuestro matrimonio pasó de ser “normal” a uno abierto, en realidad, tenemos una relación cornuda muy sólida ya de años (poco más de 5 años).

Yo soy Alberto, mexicano de nacimiento con 42 años a cuestas, soy gerente de sistemas desde hace como 10 años y casado con Claudia, que tiene 36 años y es profesora de nivel medio superior, aquí en México eso quiere decir que da clases a chicos de 15 a 18 años desde hace 7 años.

Físicamente soy grande (1.80), muy velludo, con barba tupida y con altibajos en el peso. En cambio mi esposa es mediana (1.63), morena, delgada, cabello negro abundante que le gusta tener arreglado de muy diversas formas, de cara yo pienso que es muy normalita, pero eso sí, tiene un cuerpo muy lindo, no demasiado voluptuoso, pero si tiene sus buenas curvas, actualmente sus medidas son 89-62-99, por lo que pueden observar, lo más atractivo del cuerpo de mi esposa (a parte de ser muy delgada) es un trasero riquísimo, redondo y muy firme.

Nos conocimos hace 14 años, por nuestros trabajos de entonces, yo daba cursos de capacitación sobre seguridad en computación y ella, al terminar su carrera, decidió seguirse capacitando; la verdad es que desde que nos conocimos la atracción fue bastante fuerte, aunque ella no se vestía de forma muy espectacular, pues siempre traía trajes muy holgados y solo de vez en cuando usaba escote, es muy inteligente, su sentido del humor es fantástico (muy sarcástica, igual que un servidor), además de que siempre ha sido muy extrovertida, pero sin exagerar.

A ella le gustaba de mí que soy muy culto, con un muy buen humor, también soy sarcástico y la verdad es que desde el principio nos la pasamos muy bien juntos; gracias a todo esto, después de terminar el curso de capacitación empezamos una relación de noviazgo muy interesante que apenas duró menos de un año, la verdad porque nos llevábamos tan bien supimos que teníamos la necesidad de vivir juntos, y como, sobre todo ella, provenía de una familia muy tradicional, nos casamos sin problemas hace 13 años.

Nuestra vida matrimonial inició de muy buena manera, teníamos sexo en muchas posturas y muy a menudo, eso provoca que al año y poco de casados llegara nuestro primer hijo. Todo era felicidad, aunque por las nuevas responsabilidades y la verdad, mejoras naturales en nuestros empleos, la vida sexual fue menguando, pero siempre seguimos con la misma pasión, sin la periodicidad anterior.

Después de 6 años, nuestro hijo nos pidió un hermanito y la verdad es que sí nos apetecía agrandar la familia, por lo que sin problemas hace casi 7 años nace nuestra pequeña, y cerramos la fábrica; mi esposa quiso operarse en el nacimiento; y esta es nuestra situación familiar actual.

Pero suficiente de hablar de la familia, hace más o menos 8 años me ofrecieron un ascenso muy jugoso, ser gerente de sistemas en la empresa donde había entrado a trabajar cuando me casé, el sueldo es realmente bueno y la verdad es que el trabajo es a ratos sumamente pesado, pero a ratos no tanto, por lo que empecé a tener tiempo libre dentro de mi oficina, eso hizo que, gracias a una red proxy, empezara a leer relatos eróticos, como era nuevo en esto pues inicié con los tradicionales, y realmente eran muy aburridos, siempre lo mismo.

Entonces decidí comenzar a leer los de sexo salvaje, éstos me excitaban mucho, pero me sentía tan culpable de que el dolor ajeno causara tanta excitación en mí que al poco tiempo dejé de leerlos; y fue ahí cuando llegué a los relatos de infidelidades, naturalmente empecé a leer de todo, pero solo me terminaron llamando la atención (y de qué manera) los que tenían como temática principal la infidelidad femenina, sobre todo aquellos donde de una mujer, digamos, normal, pasaba a tener una vida sexual completamente plena y depravada, uf.

Infidelidad femenina

Aún eran mejores aquellos en donde el marido o se daba cuenta al final de en lo que se había convertido su esposa y lo aceptaba de buena manera o participaba abiertamente en el emputecimiento de ésta. Naturalmente este tipo de relatos me fueron llevando a buscar otro tipo de material, por lo que llegué a los talkies cornudos, que son imágenes que pueden o no ser eróticas y que tienen un breve texto referente a los cuernos, son muy excitantes, llegué a tener una colección de más de 4000 imágenes y más de 100 relatos exclusivamente de cornudos.

Naturalmente la sobreexposición a este tipo de material francamente pornográfico me llevó a empezar a fantasear con nosotros en esas situaciones, al principio y por la naturaleza de la educación que tenemos en este país (somos demasiado machistas, los feminicidios están a la orden del día, aún es natural que los hombres piensen que si una mujer se viste de manera provocativa tienen el derecho de decirle y hacerle de cosas) me sentía entre culpable y avergonzado, sobre todo después de masturbarme con todo eso, durante el proceso de excitación tenía las más locas y cachondas fantasías de mi mujer con otros, pero en cuanto terminaba me sentía tan mal, que hasta me daba asco verme al espejo.

Esto me hacía pensar que no era suficientemente hombre, porque qué hombre quiere que su mujer se acueste con otros de manera normal, gracias a estos pensamientos creía que esto no era más que una loca fantasía que tenía cuando estaba excitado, pero entre más veía talkies, más leía relatos, menos me parecía asquerosa la idea, por lo que terminé aceptándola, aunque hubo un hecho en particular que me hizo darme cuenta que en realidad no era solo una loca fantasía. Una vez fuimos al cine a ver una película de acción, a mí no me gustan pero a mi esposa sí, me encontraba criticando la película cuando ella bromeando me dijo que entonces conseguiría a alguien con quien venir a ver este tipo de películas.

Aún me mencionó el nombre de uno de sus excompañeros de universidad (Carlos) que sabía que ella le gustaba bastante a él y que le fascinaban; la reacción inmediata de mi cuerpo fue increíble, me excité muchísimo, no se ni con que pretexto cambié el tema, pero uf, tenía una erección de caballo; a partir de ese momento me di cuenta de que realmente me gustaría la experiencia de que mi amada esposa se acostara con otros.

A partir de ese momento me dediqué a investigar sobre cómo confesarle mi fantasía a mi esposa, empecé a recabar información sobre qué pensaban ellas, cómo actuaban, qué tipo de preguntas, dudas o inquietudes tenían a partir de una confesión así de su marido; la investigación me llevó mucho tiempo, pues aunque hay muchas páginas sobre cuernos, foros y chats, realmente es difícil encontrar a verdaderos cornudos.

Lo que más abunda son hombres que presumen ser corneadores pero que a las primeras de cambio te das cuenta de que no tienen ningún tipo de experiencia tratando a parejas de este estilo o a hombres que solo fantasean con que su mujer les ponga los cuernos; total que terminé investigando por casi un año hasta que me sentí capaz de manejar la situación; así que decidí dar el siguiente paso.

Como confesar mi fantasia

Planeé confesarle mi fantasía de manera indirecta y muy light posible, por lo que aproveché una vez que íbamos a regalar un teléfono celular, mi esposa me pidió que lo formateara, pero sabía que ella lo terminaría revisando ya que era para un familiar de ella, por lo que lo formatee pero dejé los 5 relatos eróticos que no solo me gustaran, sino que reflejaran realmente mi fantasía de que ella se acostara con otros, además de 20 talkies seleccionados de mi colección que también mostraran claramente lo que era una relación cornuda y que encima fueran excitantes. Ella se quedó con el teléfono por más de 2 semanas, cosa que me pareció una excelente noticia. Una noche, después de dormir a nuestros niños, ella me indicó que quería hablar conmigo:

Me preguntó qué era eso y me mostró sobre todo los talkies, aunque también abrió los relatos. Le respondí que era mi más oscura fantasía. Ella me respondió con otra pregunta, que si mi fantasía era que se acostara con otros, le contesté que sí. Ella hizo claramente una expresión a medio camino entre la tristeza y el enojo, dándose más o menos la siguiente conversación:

  • Esto quiere decir entonces que no me amas -. Me dijo ella. Sabía que esta duda era la primera que siempre se les ocurría a las mujeres.
  • Para nada amor, creo que eres el amor de mi vida, estoy seguro de que quiero pasar el resto de mi vida contigo -. Respondí sin temor a ser reiterativo, quería que le quedara claro que esto no tenía que ver con el amor que sentía por ella.
  • Pero ¿no te parezco atractiva? – Siguió con las preguntas.
  • Amor, me pareces la mujer más sexy y guapa del mundo -. Respondí de inmediato.
  • Oye ¿Entonces esto no es un pretexto para que te acuestes con otra mujer? – Al fin había hecho la pregunta importante mi esposa, por lo que había investigado, sabía que esta pregunta era clave, pues ella se plantea la hipótesis totalmente creíble de que por una calentura loca de su marido se arriesgan años de matrimonio completamente estable y feliz y aún se pone en peligro a la familia completa. Por lo que era necesario responder de una forma contundente e inmediata sobre la realidad de la fantasía.
  • Mira amor, primero debes saber que tú eres el centro de todas mis fantasías, me la jalo pensando en tí, he tenido sueños eróticos contigo, solo que cogiendo con otros hombres. Tú placer es mi felicidad, y debes entender que si me cumples esta fantasía, estaré tan pleno y satisfecho sexualmente que ni siquiera me plantearía voltear a ver a otras mujeres, no quiero acostarme con nadie, quiero que tú lo hagas -. Respondí vehementemente, con la esperanza de expresar correctamente al fin mi fantasía.
  • Ella se quedó pensando un momento, yo tenía miedo de interrumpir su juicio, así que esperé pacientemente hasta que al fin me preguntó.
  • ¿Oye amor, y tu decidirías con quien me acostaría? – La pregunta me tomó completamente por sorpresa, porque quería decir muchísimas cosas, en primera que había no solo entendido, sino que aceptaba perfectamente mi fantasía cornuda, además de que quería saber que tanto control iba a querer tener yo en este “juego”, conociendo la inteligencia e independencia de mi esposa decidí darle no solo la confianza, sino la autonomía que parecía querer para, al fin, cumplirme mi fantasía.
  • No amor, para nada, tú decidirías completamente con quién, cómo, cuándo y dónde acostarte con otros. Respondí sintiendo el triunfo después de todo el tiempo invertido en mis investigaciones.

Mi esposa se quedó completamente pensativa, y ahora sí, con la confianza de saber que se habían entendido mis propósitos y que por lo visto a mi mujer no le molestaba la situación (cosa que había leído sería ganancia) me animé a preguntarle qué pensaba, pero su respuesta me tiró de espaldas:

  • Hay amor, a qué mujer no le gustaría poder acostarse con quien quisiera y que su marido no sólo estaría de acuerdo, sino que encima sería más feliz con eso, y además el muy pendejo seguiría siendo fiel como un perrito -. Contestó mi mujer con una sonrisa en la boca.

No podía creer su respuesta, estaba con la boca abierta, pero la verdad super excitado, mi esposa no usaba ese tipo de palabras (“pendejo”, “fiel como un perrito”), pero en cuanto la volteé a ver ella me brindó una sonrisa y me dijo riendo:

  • Hay amorcito, es que leí bastante bien los relatos que me pusiste en el celular y la verdad me encantaron, y pues noté como siempre terminan tratando al cornudo del marido – empezó a tocarme el bulto que se me había formado en el pantalón del pijama y me dijo – y veo que a tí tampoco te molestó lo que dije, si ya hasta reaccionaste, jijiji.

Una de las mejores sesiones de sexo en nuestro matrimonio

Esa noche tuvimos una de las mejores sesiones de sexo en nuestro matrimonio, nos abrimos a cosas muy distintas, por ejemplo, realmente a mí nunca me había llamado la atención hacerle sexo oral a las mujeres, pero como mi esposa desde el principio empezó a decirme que si me gustaría probar su panochita recién utilizada por otro, eso me encendió y me bajé a lamérsela, chupársela y comérsela varias veces esa noche, además, de manera increíble pude hacérselo cuatro veces.

Normalmente no puedo hacerlo más de una o dos veces por sesión, aparte de que me tardo en estar listo de nuevo; mi propia esposa se sorprendió de mi rendimiento sexual esa noche, hasta me llegó a decir, hay amor, de haber sabido que hacerte pendejo te haría tan buen amante, te hubiera metido unos cuernotes desde hace mucho tiempo.

Aún no alcanzaba a vislumbrar todo esto, pero sabía que me gustaba, que mi esposa había aceptado mi gran fantasía de ser un cornudo y que ya solo sería cuestión de tiempo.

Los cambios fueron prácticamente de inmediato, y en muchos aspectos de nuestra vida que me imaginaba, pero no esperaba; en primer lugar mi esposa empezó a vestirse mucho más sexy, por ejemplo, pantalones muy pegados y a la cadera, además de escotes o semitransparencias o faldas que empezaron a hacerse cada vez más cortas y lo que jamás pensé ver, empezó a usar tangas (ella al inicio del matrimonio decía que no le gustaban y ahora empezaba a cambiar de manera constante todos sus calzoncitos por tangas, eso sí, decía que las normales le molestaban, así que solo usaba de hilo), obviamente todo se lo aplaudía, le decía que se veía hermosa, que qué piernas tan espectaculares, etc.

Ella parecía que apreciaba mucho este tipo de comentarios y compraba más ropa de ese estilo, me decía que siempre le había gustado sentirse guapa, y que ahora que no tenía ningún problema es que yo fuera a criticarle la vestimenta (como sí lo hacían sus hermanos o su papá) pues que ahora estaba encantada. Otro cambio importantísimo fue en nuestra vida sexual, llevábamos 8 años de casados, así que cuando teníamos suerte lo hacíamos una vez a la semana y todo muy normalito; sin embargo, a partir de la confesión, la fantasía empezó a tomar total control de nuestra vida sexual, empezando porque lo hacíamos prácticamente diario, pero siempre tomando en cuenta la fantasía.

Llegaba mi esposa de su trabajo y me contaba cómo le coqueteaban ahora que se vestía muy sugerente, como se le quedaban viendo o como al saludarla o despedirse le arrimaban la verga y ella no les decía nada, solo se reía nerviosamente; entonces al contármelo ella agregaba cosas como, “¿te gustaría que uno de mis compañeros calientes usaran a tu esposita?” o “¿Qué vas a hacer cuando llegue por fin bien usada por una vergota papi?”.

De inmediato tenía una mega erección y me bajaba a hacerle sexo oral, mientras mi esposa perdida de placer me decía, “eso cornudito, lame la vagina bien usada de tu mujer” o cosas por el estilo (ella siempre me aclaraba que aún no me ponía los cuernos, pero que tomaba frases de los relatos porque estaba completamente cachonda y fantaseaba), después de hacerle sexo oral la penetraba, pero como estaba tan excitado terminaba en menos de 2 minutos, y uf, la cabrona de mi esposa me decía, “ya ves porque tengo que buscar machos de verdad.

Eres tan impotente que te vienes luego luego, ahora a ver como me haces terminar”, y pues en lugar de sentirme mal o enojarme, no se por qué, pero me excitaba mucho lo que me decía y bajaba a comerle la panochita de nuevo, y ella se excitaba tanto que me decía: “así cornudo, así, límpiame toda la leche de macho” y ahí me tenían limpiando mi propia leche fantaseando que era de otros.

Al principio esta dinámica tan dura de mi esposa insultándome y criticándome me causaba muchos conflictos, pero como ella después de la sesión de sexo me consentía y me hacía mimos y me decía cuanto me amaba pues fue hasta volviéndose más cotidiana y natural. Finalmente el último aspecto que cambió radicalmente y que pienso que es la llave de nuestro feliz matrimonio fue la total y completa confianza que empezamos a tener, nos contábamos todo, los pequeños flirteos, comentarios que le hacían tanto hombres como mujeres.

Era increíble como nos empezamos a comunicar, prácticamente sin ningún reparo ni secreto, ella me decía que era porque veía como me excitaba y realmente disfrutaba de todas las cosas que me contaba.

Continuará…

Historias de un matrimonio cornudo II

Nuestra ahora extraordinaria vida sexual era totalmente controlada por la fantasía de tener cuernos y nos duró unos meses, realmente era muy excitante, mi esposa se volvía cada vez más coqueta, se vestía más sexy y sentíamos la necesidad de llevar a la realidad lo que imaginábamos en la alcoba, nunca me había sentido tan vivo, con tantas ganas de sexo y con tanta vitalidad; y también cuando terminábamos de nuestras sesiones yo le preguntaba a mi esposa que si ya tenía candidatos o algo, ella me lo negaba, decía que solo jugaba con sus compañeros, que era muy divertido sentirse deseada, pero que todavía nada llegaba a más y que pues ella agarraba parejo en los juegos, eso me calentaba mucho, pero ya esperaba que me hiciera cornudo, y cuando se lo decía, ella se reía y me comentaba: “dilo apropiadamente amorcito, hazme el favor de ponerme cuernos”, yo le reclamaba en tono cariñoso diciéndole que todavía que se acostaría con otros, era como si me hiciera un favor y ella razonaba diciéndome que claro, que haría realidad mi fantasía, que ella era una pobre víctima de las circunstancias y de las calenturas de su marido cochino.

Un día de junio de 2018 ella me comentó que sería la ceremonia de fin de semestre de la escuela donde da clases, y que las maestras habían decidido ir todas uniformadas, falda y saco grises, blusa blanca y zapatos negros, ella me comentó que ya que era el último día le iba a dar un toque picante, por lo que la falda se la compró mucho más corta y pegadita, terminó a medio muslo; además de eso se llevó una blusa blanca de botones (que obviamente llevaba muy escotada con los dos botones de hasta arriba desabotonados), pantimedias color natural, pero lo que le daba un toque demasiado sexy (tanto que yo nunca la había visto así) fueron unos zapatos de tacón altísimos, de aguja y plataforma, se veía realmente espectacular; tanto que cuando la fui a llevar a la escuela, en el coche le dije a modo de despedida que ahora sí se veía muy bien, que me hiciera el favor de ponerme mis primeros cuernos, ella solo se rió, me dijo que a ver qué pasaba y se fue.

Yo fui a trabajar, después pasé por los niños para cuidarlos en casa porque su mami me había escrito que se iban a ir a comer y a festejar el fin del semestre a una cantina cercana, le mandé un mensaje diciéndole que se cuidara y que se portara lo más mal posible, a lo que ella solo contestó con el emoji de una sonrisa. Como a las 8 de la noche recibo un whats en donde mi esposa me pone lo siguiente: “amor, me estoy divirtiendo mucho, ya estoy algo entonada y creo que ahora sí te hago el favor de cumplirte tu fantasía”, en cuanto leí el mensaje me excité como no tienen idea, así que le respondí: “gracias amor, muchas gracias, diviértete mucho y disfruta, que te cojan rico” y no supe nada de ella hasta las 2 o 3 de la mañana.

Obviamente después del mensaje de mi esposa estaba muy, pero muy nervioso y excitado, una erección no me había durado tanto nunca, y no quería siquiera tocarme porque sentía que con cualquier roce terminaría y no disfrutaría cuando mi esposa regresara. Cuando no supe nada de ella más allá de las 12 de la noche sabía que mi fantasía por fin se estaba convirtiendo en realidad; cuando a las 2 o 3 de la mañana recibo el siguiente mensaje: “amor, mi nuevo amiguito me lleva a casa, prepárate porque regreso bien rellenita, jejeje”; no decía más y casi me vengo sin remedio, pero me aguanté, aunque eso sí, decidí salir a la calle a esperarla.

No tardé ni 10 minutos en divisar a un coche blanco que se estacionó muy cerca de nuestra puerta, decidí no mostrarme (estaba muy oscuro y yo estaba al lado de una columna junto a la puerta de la casa), lo extraño es que se estacionó y no escuché nada (ni puertas ni nada), así que decidí asomarme, por suerte estaban bajo la luz de un farol, me extrañó mucho lo que vi, solo se veía un tipo con barba incipiente, fuerte, recargando su cabeza en el asiento con claros síntomas de gozo, pero no se veía nada más, en eso, veo como mi mujer levanta la cabeza, uf, se la estaba chupando al tipo, ella nunca había querido hacer nada tan fuerte en la vía pública y ahora veía claramente como se levantaba de estársela mamando a un tipo en su coche justo frente a nuestra casa.

Después de esa visión tan lujuriosa, mi esposa salió del auto, se despidió brevemente (hasta un beso le mandó), el auto se fue y yo salí de mi pseudo escondite, mi esposa al verme me sonrió y corrió a abrazarme (para ser sincero me encantó y enamoró esa actitud), después me besó de manera super apasionada, y en medio del beso siento una consistencia viscosa y con sabor entre salado y amargo, de inmediato supe que me había pasado la leche de su amigo, sabía mucho más amarga que la mía y estaba más espesa, pero por la excitación me pareció deliciosa, después del beso se hizo un silencio un poco incómodo, así que le comenté para romper el hielo: “hay amor, tomaste un poco, jeje, hueles un poco a alcohol”, pero la cabrona de mi esposa que me contesta riendo: “y a verga amor, vengo oliendo a verga” y ambos nos reímos.

Dentro de la casa estaba tan excitado que no me pude aguantar, en cuanto entramos la aventé al sillón de la sala y ella solo me decía: “con cuidado amor, con cuidado”; yo me puse de rodillas de inmediato, noté que ya no traía las pantimedias y en cuanto le abrí las piernas, uf, apestaba a sexo, la tanga la noté completamente empapada y empecé a lamérsela, sabía muy salada, pero me encantaba, recordaba un poco al sabor de ese beso inicial; me di cuenta que su amigo había terminado dentro de mi esposa y me dio aún más excitación; ella empezó a suspirar muy fuerte y me decía: “despacio, despacio”; le quité la tanga y la visión era surrealista, al menos para mí.

Nunca le había visto así su panochita, estaba con los labios de fuera, toda roja, roja y hasta brillaba de lo babosa que estaba; se veía simplemente deliciosa, y ataqué con fruición ese manjar, ella me pegó en la cabeza y me dijo: “no pendejo, por favor despacito que me dio con todo”, ahí caí en la cuenta de que le ardía mucho, y lo empecé a hacer con todo el amor y el cuidado del mundo, y creo que lo empecé a hacer tan bien que mi esposa empezó a gemir poco a poco, aunque sin dejar de quejarse y decirme cosas como “hay amor, me dio con todo”, “te gusta que tu mujer venga totalmente bien cogida”, “al fin se te hizo que te crecieran esos cuernotes”, “que marido tan cornudo y pendejo tengo”, “hazlo con mucho cuidado que vengo muy adolorida” y aún mas cosas por el estilo; yo estaba que explotaba, estaba seguro que solo con tocarme explotaría irremediablemente.

Después de un rato bastante largo en donde estuve consintiendo la panochita de mi mujer recién cogida por otro hombre y en donde ella me decía lo cornudo que al fin era, ella llegó a un escandaloso orgasmo gritándome cornudo. Al terminar mi labor me doy cuenta que solo le había quitado la tanguita, así que procedo a desnudar a mi esposa, y me voy dando cuenta de lo salvaje que fue la sesión de sexo que tuvo, no traía pantimedias, la blusa ya no tenía ningún botón y el saco estaba todo manchado y también con una manga desprendida, no solo eso, mi esposa estaba completamente despeinada y cuando la desnudé traía marcas y moretones en la espalda, las tetas, el cuello y las piernas, uf, yo jamás la había dejado así.

Ya cuando estaba desnuda, le abro las piernas, intenté penetrarla, y ella lanzó un grito de dolor “hay pendejo”, y cerró las piernas de inmediato, pero era tanta mi excitación que irreductiblemente terminé solo con ese rozón, y vaya que terminé, creo que ni cuando mi esposa quedó embarazada de ninguno de nuestros hijos boté tanta leche, tres, cuatro chorros seguidos. Ya que terminé mi esposa solo se empezó a reír y me dijo: “No sabía que te gustara tanto ser un cornudo mi amor, ni siquiera me penetraste y terminaste como un pinche chamaco de secundaria todo calenturiento, si quieres sígueme comiendo hasta el siguiente orgasmo mientras te cuento como un verdadero macho sí pudo penetrarme”.

La verdad estaba tan excitado que no me molestó el insulto de mi esposa, solo quería saber cómo fue la primera vez que me puso cuernos, así que volví a ponerme de rodillas para seguir dándole placer; mientras lo hacía con infinito cuidado y amor mi esposa me tomó del cabello mientras me contaba lo siguiente:

“Hay amor, la verdad ya había tomado varias cervezas y pues con todo el sexo que hemos tenido y la forma de tenerlo estaba muy caliente, no me quitaba de la cabeza que podía ponerte los cuernos libremente, entonces decidí mandarte el whats sin tener ningún plan ni nada, pero como me respondiste muy ilusionado, me calenté aún más, por lo que ahora sí estaba viendo a mis compañeros con ánimo de ver a quien le coqueteaba, porque una cosa eran juegos inocentes en donde había algunos tocamientos y otros ya coquetear con ellos de manera evidente para que nos acostemos.

Total que me llamaron la atención dos de mis compañeros, Marcos y Eder (yo solo los conocía de vista cuando a veces iba por mi esposa a la salida); así que empecé a coquetearles, cerrarles un ojo, mandarles besos, reírme de todas las tonterías que decían, cuando se acercaban, tocarles los brazos y dejar que ellos me tocaran las piernas, total que fue un éxito rotundo, los dos se interesaron mucho, tanto que salí con ambos a fumar un cigarro, claro que por separado, primero con uno y después con otro, y no desaprovecharon la oportunidad, pues tremendo faje que me acomodaron ambos, me besaron, me tocaron y todo, claro que les ayudé bastante abriendo mis piernas mientras me tocaban para que tuvieran libre acceso a mi tanguita; en realidad fue muy excitante, me sentía tan deseada y tan guapa, pero al entrar Marcos se distanció y solo Eder me comentó de ir a otro lugar más privado, para serte sincera, estaba super excitada, cualquier cosa que me dijera le iba a decir que sí, así que acepté me dijo de ir a un motel cercano y le dije que ya nos fuéramos, él solo se empezó a reír y me dijo que se notaba que estaba impaciente”.

Al subir a su coche estaba tan, pero tan caliente que en cuanto cerramos las puertas de inmediato me dirigí a desabrochar su pantalón y así sacar su verga . . . “ recuerdo que en ese momento la interrumpí con dos preguntas, le dije: “oye amor ¿Y todos tus compañeros te vieron yéndote con Eder?” a lo que respondió: “sí cornudo, todos me vieron, aunque debo decirte que ya quedaban pocos en la reunión como 5 o 6” y también le pregunté que qué tal estaba su verga, a lo que ella solo se empezó a reír y me dijo que todos los hombres éramos iguales, lo único que nos importaba era el tamaño, me aclaró que sí estaba más grande que la mía, pero que no le parecía que mucho, lo que sí le llamó la atención es que estaba muy, pero muy venosa y que no se venía rápido.

En fin, ella me dijo que si ya la dejaba terminar o iba a seguir preguntando pendejadas, esa actitud me encantaba, aunque me molestaba un poco ya que nunca nos habíamos hablado así. Le dije que continuara y ella me tomó de la nuca y me dijo, entonces cállate y sigue lamiendo.

“Lo primero que me pareció increíble es que no se venía nada rápido, pues tardamos unos 15 minutos en llegar al motel y el cabrón no se venía y eso que me pedía que se la chupara duro, total que llegamos al motel, entramos al estacionamiento privado de la habitación y ahí cambió radicalmente, mientras se la chupaba en el coche me decía cosas como putita, que qué bien mamaba y lo habitual, pero en cuanto llegamos me tomó del cabello, me levantó la cara y me dijo, bueno puta de mierda, ya llegamos a donde te voy a llenar de verga, te voy a dar justo lo que pedías a gritos y me dio mi primer cachetada y me escupió, la verdad la sentí bastante fuerte, me asusté al inicio, siempre el sexo contigo y mi ex había sido muy tranquilo, muy dulce, muy tierno, y este Eder empezó muy agresivo, no solo con palabras, sino hasta pegándome”, la verdad entre que me excité y me preocupé, le pregunté si le había gustado y ella de inmediato me contestó que contrario a lo que se pensaría esa cachetada inicial, el escupitajo y el dolor en la nuca por tenerla tomada del cabello hizo que se mojara completamente, que hasta sintió un pequeño orgasmo, aunque todavía faltaba mucho más.

Me contó que ella obedientemente se levantó y lo siguió a la habitación, Eder la besó muy apasionadamente en la boca mientras le agarraba las nalgas con mucha fuerza, después la tomó de nuevo del cabello y le dijo: “putita bájate por lo que viniste a buscar” y la puso de rodillas frente a él, mi esposa toda turbada y confundida por el beso y después la agresividad se quedó pasmada y el cabrón le dio tremenda cachetada de nuevo y le dijo “no te hagas pendeja, que a eso viniste” y ella obedientemente se la empezó a chupar, mientras él la tomaba de la cabeza para controlar el ritmo de la mamada, ella no estaba acostumbrada a hacerlo tan fuerte, que se atragantaba con cada embestida de Eder, sin embargo, estaba tan excitada que aguantó todo hasta que él le dijo que ya era suficiente.

La volvió a tomar del cabello (ella se quejaba, aunque me dijo que no con mucha convicción) y la aventó a la cama, después empezó a desnudarla pero de forma muy, muy agresiva, le rompió las pantimedias, le rompió una manga del saco para quitárselo, todos los botones de la blusa también para quitársela y solo la dejó con la mini y la tanga, todo eso mientras la besaba bruscamente y la manoseaba toda. ya con mi esposa en esa condición la acostó boca arriba, le abrió las piernas y se la clavó durísimo, de una estocada hasta los huevos, pero me dijo que estaba tan caliente y mojada que no le dolió, así que solo gimió, pero Eder le empezó de nuevo a dar de cachetadas y escupirle mientras la penetraba fuerte.

Ahí mi esposa me cuenta que pierde completamente el control y en lugar de que le dolieran o se sintiera mal, se las empezó a regresar, que al principio Eder se desconcertó, no esperaba que mi mujer también le diera de cachetadas, pero no solo se pegaban (y me contó que cada vez lo hacían más fuerte), sino que se empezaron a insultar, Eder le decía que era una zorra, una puta regalada, una nalgas fáciles y demás lindezas, en cambio mi mujer le decía, que era un pendejo impotente, hijo de puta, que le diera más duro, que le demostrara lo macho que era. Así estuvieron hasta que Eder en lugar de seguirla cacheteando le tomó las manos por encima de la cabeza y se la seguía clavando con todo, aunque mi mujer siempre le seguía llamando “hijo de puta, hijo de puta”. Eder también aprovechó que mi esposa se calmó para morderle el cuello, las tetas y los pezones, y aunque mi esposa me dijo que le dolía, estaba demasiado excitada para notarlo.

Después de un buen rato de que Eder la tuvo de misionero, la volvió a tomar del cabello y la puso de perrito, en ese momento mi esposa ya no peleaba, solo se dejaba para disfrutar lo máximo posible, aunque el cabrón le decía “pinche puta nalgas fáciles, desde que te vi en la escuela sabía que eras una putota, sobre todo cuando empezaste a usar ropa provocativa, en cualquier momento aflojarías las nalgas” y cuando la tenía en cuatro le seguía dando muy fuerte, tanto que mi esposa tuvo que agachar la cabeza y dejar todo su trasero en pompa a merced de su compañero.

Eder lo aprovechó para empezar a darle de nalgadas fuertes y comenzar a meterle un dedo en el culo (en este punto debo aclarar que mi esposa en ese momento era virgen del culito, no porque ella quisiera, desde que éramos novios siempre estuvo dispuesta a explorar por su cavidad anal, pero la verdad es que yo nunca pude desvrigarle ese orificio, aunque eso será tema de otro relato), ahí mi esposa aunque estaba completamente perdida por el placer recibido reaccionó.

Por ahí no, por ahí no, soy virgen del culito

Se quitó muy rápido y le dijo “por ahí no, por ahí no, soy virgen del culito y debería hablar con mi esposo primero”, en ese momento Eder se desconcertó completamente, supongo que porque no le parecieron lógicas las palabras de mi esposa, así que en primer lugar la puso a chuparle la verga de nuevo mientras el estaba hincado, obligándola también a lamerle los huevos (cosa nueva para ella porque ni yo ni su exnovio la habíamos puesto nunca a hacer eso, el sexo oral era siempre lo que ella quisiera hacer), y que al inicio lo hizo tan mal que se ganó dos bofetadas bien dadas por pendeja.

Después de la mamada, Eder se acostó en la cama y le dijo a mi esposa que lo montara, cosa que ya muy obedientemente hizo, y que mientras ella cabalgaba, su compañero le apretujaba las tetas y las nalgas, le pellizcaba los pezones, golpeaba sus pechos y la nalgueaba muy fuerte, también le indicaba cómo moverse, si en círculos o más fuerte; a ella le sorprendió mucho su aguante y el hecho de que le gustara que ella prácticamente fuera una licuadora sobre él, porque conmigo, pues se salía la verga si lo hacía tan duro.

Me contó que se cansó muchísimo de la cabalgata en la verga de su amigo, y que de plano le dijo que ya no podía, él le recriminó diciéndole que tan puta y se cansaba bien pronto, que debía enseñarle a ser una buena zorrita, entonces Eder la puso en cuatro de nuevo, pero en cuánto se la metió la obligó a que quedara acostada boca abajo y se la empezó a bombear durísimo tomándola con una mano del cabello muy fuertemente mientras con la otra la tomó del cuello, ella me dijo que se dio cuenta de que esa posición le encantaba, porque aunque sentía dolor del jalón de cabello que le hacía lo sentía muy adentro y al estar acostada pues sentía mucho placer, esta es otra posición que aunque lo habíamos intentado (sin tomarla del cabello, solo que ella estuviera acostada boca abajo) la verdad es que nunca habíamos llegado muy lejos, pues después de algunas embestidas y entre más fuerte lo hiciera, se me salía la verga por las nalgotas de mi esposa.

Total, que en esa posición su compañero le daba muy fuerte y la insultaba, le decía que era una puta, que era seguro que estaba mal atendida en su casa, que sería su perra, y más lindezas por el estilo, mi esposa solo le decía hijo de puta, y pedía más. Fue en esa posición, cuando un rato después Eder empezó a gemir y gritar y así le vació los huevos a mi esposa, ella me contó que llegó a su tercer orgasmo en la noche (después le preguntaría cuáles fueron los demás, y ella me comentó que el primero fue cuando prácticamente la sometió a base de cachetadas, y el segundo montándolo y moviéndose como licuadora); y que sintió una lechada intensa, se quedó congelada recibiendo la venida de su amante hasta que él cayó rendido sobre ella por el esfuerzo sexual.

Después de tremenda cogida tanto mi esposa como su nuevo amigo, se quedaron rendidos por un rato, pero no llegaron a dormirse, después se empezaron a reír y a decir que nunca habían tenido sexo así, que él se volvió a convertir en su compañero normal y gracioso que siempre era; ella la verdad estaba encantada.

Mi esposa hizo que le acabara de mamar su panochita recién utilizada por Eder hasta que terminara de nuevo mientras me decía que era un buen cornudo, que si me había gustado al fin lamerle la panochita bien usada y en el clímax de su orgasmo de plano me dijo que había sido la mejor cogida de su vida.

Al terminar, nos quedamos sin aliento, mi esposa llevaba 5 orgasmos en esa noche (3 con Eder y 2 conmigo únicamente por medio de estimulación oral); y estábamos rendidos, mientras nos íbamos a la cama (porque seguíamos en la sala) ella me preguntó si me había gustado la experiencia (empezó a tratarme de manera muy tierna y cariñosa, volvía a llamarme amor y me sentía pleno y feliz), le contesté que cómo no, que jamás me imaginaría la manera tan caliente en la que mi fantasía se convertiría en realidad; de ahí mi esposa me preguntó que si quería que se volviera a repetir.

Yo estaba completamente en las nubes y de inmediato dije que sí, y le regresé la pregunta, ella me volvió a repetir que al haber sido la mejor cogida de su vida hasta el momento obvio que quería repetir (para ser sincero, fue la primer mordida de celos que experimenté durante todas estas historias), después me preguntó que cómo veía lo del sexo anal, increíblemente me excitó muchísimo la pregunta, porque a pesar de que ella siempre estuvo dispuesta, la verdad es que nunca pudimos concretar, y una de las fantasías recurrentes de los cornudos es que nuestra esposa haga cosas con sus amantes que con nosotros no hace o no podemos hacer, así que le dije que me encantaría que, sí Eder podía desvirgarle el culito, que sería super excitante, después de decirle eso, ella me besó muy tiernamente.

Finalmente le pregunté cómo se dió la mamada del coche y ella se empezó a reír y me dijo que Eder se la cogió tan, pero tan bien, que ella se sintió obligada a agradecérselo y que la única forma que encontró fue ir chupándosela mientras él le daba un aventón a la casa. Y con esta conversación nos fuimos a dormir muy abrazados, ella diciéndome al oído: “te amo”.

By: Cuernos Felices 😂

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