Entre por agua y sali dando leche

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Era una noche de junio, hacia mucho frio y yo manejaba mi Nissan Centra color plomo por las calles de Villa María, mi radiador no tenía agua y se me fundía el motor, era un lugar nuevo para mí, venía de hacer una carrera, no conocía a nadie y ya casi era la 1 de la mañana, las luces de las casas ya estaban pagadas y no había gente en las calles; pero curiosamente vi una luz tenue prendida, yo buscaba un galón de agua para mi radiador, con temor, toque la puerta pero nadie me abría, volví a tocar esta vez con algo más de insistencia, oí la voz de una mujer q preguntaba quién era, temeroso le dije mi nombre y ella miraba x la ventana. Tras esa cortina vi la silueta de una mujer hermosa, de cabello castaño, pechos medianos y con un curioso lunar en el rostro, me pareció sexy.

La mujer me miraba de pies a cabeza y yo, con la galonera en mano le pedí agua, ella algo temerosa por su ventana me recibió la galonera y muy gentilmente me dio el agua, me abrió la puerta y fue sorprendente porque en eso la vi en babydoll color carne q traslucían sus piernas contorneadas y sus pechos en esa linda tela de seda, la mire fijamente y me sonrió, ella siguió viéndome con la puerta entreabierta como llenaba de agua mi auto. Me preguntó si tenía frio y yo asentí con la cabeza. Me pidió que cuadre mi auto en la puerta de su casa, ya que estaba casi en medio de la pista y me invitó a pasar y tomar un café.

Le agradecí la invitación y la confianza, me invito a su sala, me senté mientras ella se daba vuelta e iba a la cocina a preparar un café q tanta falta me hacía. Veía sus piernas contorneadas y la luz tenue traslucía su tanga color roja, muy sexy, ya se me había pasado el frio, estaba excitado y hasta nervioso. Ella lo notó cuando regresó porque ya miraba sus piernas descaradamente. Se sentó a mi lado y me preguntó sobre mis anécdotas de trabajo, le contaba y yo también comencé a preguntarle. Me contó q era madre soltera y q sus hijos dormían en sus habitaciones al fondo de la casa, q no había problema q conversáramos con soltura porque sus hijos tenían el sueño pesado yo sonreí y ella me dijo, tienes una mirada q inspira confianza y yo le dije que tenía una carita de ángel y que me gustaba su curioso lunar.

Me miró de forma coqueta y me dijo: ¿creo q no es lo único q te gusta? he notado q te gustan mis piernas. Rosa, porque me dijo que ese es su nombre, se me acerco y no dude en besarla, prácticamente me tiré encima de ella, en su sillón de 3 cuerpos de su sala, con luz tenue. Nuestras lenguas se entrelazaban y mis manos comenzaron a tocar más de la cuenta, la cogía de la cintura y luego ya cogía sus nalgas, redondas y duritas, y mi otra mano se regodeaba con sus pechos con enormes pezones, y aureolas marrones.

Me moría de ganas de poseerla, ella me dijo q fuéramos a su habitación para estar mas cómodos, pero camino a su cuarto nos besábamos con intensidad y mis manos cogían sus nalgas. Ya en la puerta de su habitación, le saqué su babydoll, ella respiraba de manera agitada y yo besaba su cuello, lanzó un gemido corto, casi tímido, comencé a hurgar con mis dedos dentro de su tanga roja, tenía la vagina depilada y el clítoris gruesa y salida y demasiado mojada. Ella volteó y me quitó la chompa y el polo rápidamente, mientras mis labios comían su cuello y 3 dedos entraban y salían de su vagina mojada.

Completamente excitados, nos quitamos la ropa como locos, ella no había tenido intimidad en años y yo, por mi trabajo, no había tocado una mujer en mucho tiempo. Verla desnuda con la ayuda de las lámparas de su habitación, reflejaba una luz tenue y eso lo hacia romántico, nos tiramos a la cama y nos comíamos a besos, nuestras lenguas se enredaban una a la otra; ella gemía mientras mis dedos entraban hasta más no poder y mi mano se untaba en un charco de flujos. Ella me cogía el pene y me masturbaba, no aguante mas y comencé a morder sus pechos y ella a gritar, yo seguía bajando llegue a su vientre plano y lizo, besé sus piernas.

Poco a poco metí mi lengua en su sexo y fue una sensación increíble, encontré su clítoris y se comenzó a retorcer y gemir, al punto de gritar que tuvo q ponerse la almohada en la cara y morderla y reprimir sus gritos. Luego de unos segundos, se tiró encima de mí, en 69, para mamarme el pene . Empezó por el glande y luego la cabeza, para luego pasar la lengua por todo el tronco, terminó comiéndose hasta mis “bolas” mientras yo metía mi lengua hasta donde podía, mordía su clítoris delicadamente y chupaba como limón sus labios vaginales. Ella ya se había venido, y ya no gritaba porque tenía todo mi pene en su boca. Golpeaba sus nalgas y hurgaba todo su sexo, incluso comencé a lamer su linda cola. Ella me preguntó q hacia y yo le pedía q se dejara llevar, así que comenzó a gemir y movía sus caderas suavemente, pero yo sostenía con mis manos su rico poto mientras ella me chupaba la verga como loca ella.

Me pidió ir ya a la acción, la eche a la cama y la puse piernas al hombro, mi verga entro sin dificultad. Estaba completamente mojada, comenzó a gemir y yo comencé a bombear más duro, era estrecha y entraba ajustadito, claro, también debo decir que tengo el pene grueso y de largo mide 18 cm; eso hacía que entrara con cierta dificultad, más los años de no haber tenido contacto por parte de ambos. Ella gritaba y puse su tanga en su boca para evitar que nos descubran. Luego, la puse en 4 y la penetración fue más placentera, ella se movía a mi ritmo y estábamos muy a gusto.

Vi el sillón de su habitación y la llevé allí, la senté encima y comenzó a moverse suavemente, nos besábamos y le cogía los pechos, ella se montaba y cabalgaba más y más rápido, sentía que se venía una vez más, yo golpeaba su cola y ella me pedía que me viniera que quería sentir mi leche dentro. No podía más, me pare y la puse contra la pared, comencé a bombear tan rápido que la sentía irritada, no pasaron ni 5 minutos y me vine por primera vez, fueron 3 chorros, uno más abundante que el otro.

Exhausto y con las piernas temblorosas nos tiramos a la cama, nos besamos con pasión, vimos la hora ya eran las 3 de la mañana, nos bañamos con agua caliente, nos echamos a dormir desnudos y salí raudo a las 5 de la mañana, para que sus hijos no me vieran y yo pueda seguir trabajando. Es así que fui por agua y salí dando “leche” fue una noche muy movida y que promete repetirse. A la dama del agua le prometí volver y ella me prometió mas sesiones, quizás unas mejores que estas, espero les haya gustado.

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