Aquella Noche

Aquella noche
Relato
Aquella noche, como la recuerdo, a media luz en lugar solo para nosotros dos, era el baño de la casa de tu hermana en donde fui de visita invitado por ella, pero con conocimiento de causa, pues tu sabias que iba a estar allí. Como olvidar nuestras miradas cómplices desde que llegue,
Es imposible no recordar que con la anuencia de tu hermana pudimos encontrarnos en ese lugar que casi es ya nuestro nido de amor.

Tu, dispuesta a seguirme, yo buscando con cuidado tu aprobación al mirarnos
Aunque sabia la respuesta a decir si cuando te invitara a entrar al baño.
Si ese lugar hablara contara más cosas que un cuentista.

Raudo y veloz en cuanto pudimos nos desaparecimos
de la vista de nuestra cómplice y nos introducimos en el aquel cuarto
lugar que jamás hemos visto como simple baño,
sino como oportunidad para devorarnos como fieras, pues eso paremos.

Nos besamos una y otra vez con tanta pasión que sufrieron nuestros labios
Mis manos se desplazaban por tu cuerpo con desesperación, buscando abandonar nuestra ropas hasta encontrar nuestros cuerpos y allí, amarnos sin pudor, olvidando el lugar, la hora, nuestra condición de sometidos a otras personas a ese vinculo social y legal al que por el formalismo nos sujetamos.

Después de un largo rato entre besos y caricias nos fuimos desabrochando nuestras ropas que ya nos molestaban,
Baje hasta tus senos y pude contemplar que como el resto de tu cuerpo estaban erizados,
Los mire, pues me encanta verte así tan dispuesta y sin nada que oculten esas dos razones de mi felicidad,
Entonces los frote como sino los volviera a ver, mientras tú te confundía entre gemidos y placer,
Eso hacía que me excitara más y más,
Entonces después comenzaste tú por desnudarme hasta desabrochar mi pantalón y no conforme con eso, también me bajaste lo que cubren mi vergüenza y afloja todos mis deseos.

Entonces hiciste de mi lo que quisiste, jugando con mi pene a la vez que veía en tu cara un placer una satisfacción que me obligo a dudar de quien de los dos disfruto mas.
Pero antes de que explotaras en un orgasmo sin igual me incorporé y fui allí, al lugar en donde se expresan todos tus deseos, esa vagina hermosa que jamás olvido. Con mis afanosas manos me dirigí hasta tu entrepiernas y toda mi imaginación mientras accionaba la práctica de mis experiencias y se pusieron a prueba para que disfrutara de uno de la masturbación más explosiva que en mi vida haya visto en una mujer; ya que a la hora del éxtasis tu cuerpo libero una cantidad de jugos vaginales que como manantial saciaban mi sed de ver una mujer en su goce total.

No sabría describir aquí ese baño con un paraíso o con una tierra habitada solo por nosotros dos en donde ya más nadie contaba en esos momentos.
Que noche esa, jamás la olvidare.